La vida moderna, con su ritmo vertiginoso y tecnológicamente saturado, puede desconectarnos de las fuentes naturales de energía y paz, por lo que salir a disfrutar de los espacios al aire libre es una necesidad. Solo el acto de caminar con los pies descalzos sobre la hierba puede mejorar la salud cardiovascular y aumentar el bienestar emocional. Además, la exposición a la luz natural ayuda a regular nuestro ritmo circadiano, mejorando la calidad del sueño y la salud general.

Hacer ejercicio en armonía con el entorno

Alejarnos de la rutina diaria y sumergirnos en el ambiente tranquilo de un bosque, de la playa, de un parque o de cualquier espacio al aire libre produce efectos muy positivos para nuestra salud.

Correr al aire libre y descalzos tiene de por sí muchos beneficios, pero también ejercicios simples más suaves.

Practicar yoga, taichí o, incluso, hacer unos estiramientos suaves al aire libre puede transformarse en un poderoso ritual de conexión interna y con el entorno.

La clave está en ser consciente del espacio que te rodea y de cómo se desenvuelve tu cuerpo en ese medio. La resistencia natural al viento o la irregularidad del terreno pueden incrementar la intensidad del ejercicio, haciendo que cada sesión no solo sea un reto físico, sino también una oportunidad para salir de la zona de confort que propone la actividad en espacios cerrados.

Además de ejercitarte en la naturaleza, aprovecha el buen tiempo para pasear, abrir las ventanas o disfrutar del balcón o la terraza.

Por qué te beneficia tanto estirarte al aire libre

Disfrutar de los estímulos que brindan los espacios naturales fortalece tanto el cuerpo como la mente. Estos son los motivos:

  • Calidad del aire: Respirar aire fresco y limpio mientras haces ejercicio incrementa la oxigenación del organismo, lo que mejora la salud pulmonar y del sistema cardiovascular.
  • Estímulos sensoriales: Los sonidos, vistas y sensaciones en la naturaleza enriquecen la experiencia, estimulan la mente y reducen los niveles de estrés. Está probado que los paisajes verdes y azules aumentan el bienestar.
  • Vitamina D natural: La exposición al sol proporciona vitamina D, esencial para fortalecer los huesos y para regular la inmunidad entre otros efectos beneficiosos.
  • Conexión: Estar en la naturaleza fomenta una conexión más profunda con el entorno que los espacios cerrados raramente logran.

Integrar los ejercicios que te proponemos en tu rutina diaria puede parecer desafiante; pero si estableces pequeños objetivos, facilitarás la transición. Comienza por sesiones de 10 minutos de duración y aumenta gradualmente el tiempo sin esforzarte. La regularidad en las prácticas al aire libre no solo mejorará tu condición física, sino que también te ayudará a restaurar tu equilibrio interior. Lograrás una sensación de mayor plenitud y realización en todos los ámbitos de tu vida.

1 /6
Respira y reconecta

1 / 6

Getty Images

Respira y reconecta

Inicia tu sesión de ejercicios al aire libre conectando con tu respiración y movilizando los hombros y la parte alta de tu espalda.

  • De pie, cierra los ojos e inhala profundamente por la nariz mientras abres los brazos hacia los lados.
  • Exhala profundamente y cierra los brazos, abrazándote de manera que tus manos toquen la espalda.
  • Repite este movimiento coordinado con la respiración 6 veces. Siente la expansión de tu pecho.

Postura del guerrero

2 / 6

Getty Images

Postura del guerrero

Esta asana de yoga es un estiramiento muy completo para realizar después de correr o de hacer ejercicio intenso.

  • Con los pies juntos, da un gran paso atrás con la pierna izquierda, manteniendo el talón elevado.
  • Desde ahí, inhala y sube los brazos por encima de la cabeza, alarga la columna y relaja los hombros, separándolos de las orejas.
  • Exhala y flexiona la pierna delantera, de modo que el muslo quede paralelo al suelo, y estira la pierna izquierda tanto como puedas, dirigiendo el talón hacia el suelo.
  • Repite el movimiento unas 5 veces, liberando la tensión al exhalar. Alterna la posición de las piernas.

estiramiento1

3 / 6

Getty Images

Estiramiento de piernas completo

Este ejercicio abre las caderas y libera de tensión los gemelos y los isquiotibiales.

  • Colócate de cuclillas apoyando las manos en el suelo frente a ti para mantenerte en equilibrio.
  • Estira lateralmente la pierna izquierda manteniendo el talón en el suelo y los dedos de los pies hacia arriba. Intenta tocar con la mano la punta del pie sin flexionar la rodilla (estira lo que puedas).
  • Mantén la posición 5 o 6 respiraciones profundas y repite con la otra pierna.

estiramiento3

4 / 6

Getty Images

Estiramiento de hombro para relajar la espalda alta

Relaja los hombros dejando que los brazos cuelguen sin tensión a lo largo del tronco y estira la columna mientras miras al frente.

  • Haz un par de respiraciones conscientes y estira lateralmente el brazo izquierdo sobre tu pecho ayudándote de la mano derecha para acercarlo un poco más. Mantente así durante 5 respiraciones.
  • Con cada exhalación descarga la tensión y relaja la musculatura de la parte alta de la espalda, cuello y hombros.
  • Deshaz lentamente y repite con el otro brazo.

estiramiento4

5 / 6

Getty Images

Mantén el equilibrio

Colócate de pie alargando bien la columna y relajando completamente los hombros.

  • Activa el abdomen e inhala. Lleva la rodilla de tu pierna izquierda hacia el pecho y sujétala con ambas manos.
  • Apoya firmemente la planta del pie derecho contra el suelo y acerca todo lo que puedas el muslo de la pierna flexionada hacia tu abdomen. Siente cómo se estira el músculo.
  • Deshaz lentamente la flexión mientras exhalas y repite con la otra pierna. Para este estiramiento necesitas un poco de equilibrio, así que si ves que pierdes la estabilidad, apoya tu columna sobre un tronco de árbol o cualquier superficie que tengas disponible.

estiramiento2

6 / 6

Getty Images

Liberar la rigidez de la espalda

 De pie, inhala y estira los brazos por encima de la cabeza.

  • Toca tu espalda con la mano derecha flexionando el brazo y empuja suavemente el codo hacia abajo con la mano izquierda.
  • Mantén esta postura durante 6 respiraciones largas, expandiendo el pecho en cada inhalación y liberando rigidez en cada exhalación.
  • Mientras sostienes el estiramiento, relaja el rostro y mantén los hombros hacia abajo, evitando que se contraigan.
  • Deshaz en una exhalación y repite el estiramiento con el brazo contrario.

  •