En una pareja, cuando una de las partes tiene dificultades a la hora de comunicar sus emociones, suelen surgir malentendidos que provocan tensiones y ponen en peligro la continuidad de la relación.

En este punto, es importante señalar el hecho de que no todos expresamos nuestras emociones de la misma manera. Algunas personas son más introvertidas y tienden a mostrar sus sentimientos de manera más sutil. Por ejemplo, pueden no verbalizar constantemente su amor o enfado; sin embargo, sus acciones sí que pueden reflejar su estado emocional. 

Este tipo de expresión puede ser perfectamente válido y saludable, siempre y cuando se logre una comprensión mutua en la pareja. 

El verdadero problema surge cuando una persona no solo es que expresa menos, sino que tiene bloqueadas sus emociones. Esto puede acabar causando una desconexión emocional en la relación.

Cuando la causa es un bloqueo emocional

Una de las causas de esta falta de expresividad emocional puede ser la ausencia de modelos saludables en la infancia. Si una persona creció en un entorno donde la expresión emocional no era común o, incluso, era reprimida, es probable que haya aprendido a bloquear sus propios sentimientos. 

En estos casos, el trabajo en terapia puede resultar de gran ayuda, poniendo el foco en reprogramar estas ideas. También, trabajando con los patrones aprendidos en la infancia, para comprender que el bloqueo ya no tiene sentido y que es mucho más saludable expresar lo que se siente en cada momento y, más aún, en situaciones de conflicto en la pareja

Además, este trabajo se completa con el aprendizaje de técnicas de comunicación asertiva y de habilidades sociales para mejorar la expresión emocional. 

Con este trabajo terapéutico, no se pretende forzar o cambiar a la persona, sino ayudarle a desbloquear sus frenos y darle herramientas para facilitarle el proceso. 

Resulta fundamental respetar el carácter de cada uno, ya sea más o menos introvertido, y trabajar juntos para encontrar una manera de expresar las emociones que funcione para ambos. La clave está en el esfuerzo conjunto y en la disposición de aprender y crecer como pareja.

Cuando el problema es un Menosprecio de las emociones

El verdadero problema de la escasa expresión emocional aparece cuando la persona no lo hace por una incapacidad de comunicación, sino por un desprecio hacia todo lo que tiene que ver con el mundo emocional de la pareja

Esta persona prioriza la lógica y la razón por encima de los sentimientos y ve a las personas sensibles como débiles e inferiores. De ahí que, cuando está en una relación, menosprecia las emociones de su pareja. 

Este comportamiento puede resultar muy dañino, ya que desvaloriza los sentimientos del otro, generando un ambiente de invalidación y frustración. 

En estos casos, el problema es más profundo y de más difícil solución. 

Pretender que esta persona cambie o conseguir que vaya a terapia es casi imposible. Está profundamente convencido de que tiene razón y de que los demás son débiles por ser tan emocionales. Para que buscara solución a sus carencias, sería necesaria una gran crisis personal que le empujara a replantearse completamente su filosofía de vida y le sirviera para valorar y dar espacio a las emociones... pero esto no suele ocurrir.

¿Vivir en una relación sin conexión emocional?

Este tipo de dinámica de pareja no resulta saludable y es importante reconocer cuando una relación no es beneficiosa para una misma. Si alguien no está interesado en las emociones de su pareja, la relación probablemente no ofrezca el apoyo y la conexión emocional necesarios para una vida en pareja satisfactoria.

En este tipo de casos, la reacción más sana es poner toda la distancia posible y aprender a reconocer estos patrones para no volver con otra persona que tenga los mismos bloqueos emocionales que el anterior.