Ana María Lajusticia fue una destaca química española, pionera en el estudio de la nutrición y en la promoción del magnesio como complemento alimenticio. Una de esas grandes voces (además, femeninas) que resonarán en la historia por sus increíbles aportes al campo de la nutrición.

A los 43 años le diagnosticaron diabetes tipo 2 y artrosis severa y fue entonces cuando decidió cambiar para siempre su relación con la alimentación. Comenzó a investigar, y descubrió que su dieta era deficiente en proteínas y magnesio. Modificó sus hábitos, cambió su alimentación, y su dieta la ha llevado a vivir hasta los 100 años. Este jueves 7 de noviembre nos dejaba, no sin grandes lecciones de las que podemos aprender a vivir una vida plena y larga como la de ella.

El alimento que Lajusticia comía tres veces al día

Una de las características más admirables de Lajusticia, es que habló siempre desde la experiencia propia. Experimentó, en primer lugar, los cambios en su cuerpo y en su propia sintomatología al cambiar la dieta. Luego, comenzó a divulgar. Ahora, tras vivir un siglo, queda claro que Lajusticia sabía lo que hacía. Una vez más, se volvió en el vivo ejemplo de aquello que predicaba.

Pero ¿cómo era su dieta? Una famosa cita de Lajusticia lo define a la perfección: “Desayuna fuerte, toma proteínas en el desayuno y procura no enfadarte con la gente”. Esta era, según ella, su clave para vivir cien años.

Y así fue. Desde aquel diagnóstico que cambió su vida, Lajusticia tomó siempre proteína tres veces al día. Incluso más, si era posible. Cada cinco horas, para ser exactos, dado que este es el tiempo que duran los aminoácidos en el organismo.

En cuanto a qué fuente de proteína elegir, la bioquímica era flexible. “La vida es dura, entonces tenemos que procurar ayudarnos a nosotros mismos y a los demás. En el tema de la comida, si una cosa te gusta y no te hace daño, disfrútala”.

En uno de sus muchos vídeos de YouTube, la experta explicaba con detalle su dieta. Gracias a ello sabemos qué proteínas conformaban su alimentación diaria. Para desayunar, jamón y un huevo. En la comida, legumbres y carne sin grasa. En la merienda, un yogur desnatado y natural. Para la cena, un poco de pescado (en todas sus variantes).

A esto, Lajusticia le sumaba suficientes alimentos como para obtener el resto de los nutrientes esenciales. Mucha vitamina C, vitaminas de los grupos A, B y D, magnesio, un poco de calcio y mucha fibra. Esta fue su fórmula secreta para vivir hasta los 100 años.  

Lo que aprendimos de Lajusticia

La dieta de Lajusticia, por supuesto, no era casual. Era fruto de una inteligencia superlativa y un estudio profundo, que ha dado como resultado un legado inolvidable.

En 1980, Ana María abría su propia marca de complementos alimenticios, con el objetivo de hacer accesibles nutrientes esenciales para la salud. Escribió doce libros sobre nutrición y salud, entre los que destaca El magnesio, clave para la salud, que salió a la venta en 1979, convirtiéndose en un bestseller de la época.

Su legado en el campo de la nutrición, como podrás imaginar, es muy valioso. En especial, en lo que se refiere a la promoción del magnesio y otros nutrientes esenciales. De Lajusticia aprendimos que:

  • El magnesio es clave para la salud. La bioquímica afirmaba que una deficiencia en magnesio puede ser la causa de diversos problemas de salud, desde la fatiga hasta los dolores musculares o los problemas óseos.
  • La dieta nos enferma o nos sana. A partir de su experiencia personal, Lajusticia fue una de las grandes voces que destacó la importancia de una dieta equilibrada para mejorar condiciones crónicas, como la diabetes o la artrosis. Modificar la alimentación, puede mejorar los síntomas.
  • El organismo necesita un balance adecuado de macronutrientes. Es decir, proteínas, carbohidratos y grasas. En particular, Lajusticia destacaba la importancia de las proteínas. “Tenemos que tomar proteína por a mañana, al mediodía y en la cena”, explicaba en una de sus muchas entrevistas. “Esto se debe a que los aminoácidos solo están cinco horas en la sangre”.
  • La nutrición debe ser accesible. Por medio de sus libros y conferencias, Lajusticia intentó que el conocimiento sobre la nutrición fuera accesible para todas las personas, independientemente de su formación. De manera sencilla, acercó al público general información clave sobre cómo mejorar la alimentación y promover la salud por medio de hábitos saludables.
  • La suplementación inteligente es una gran aliada. Lajusticia fue pionera en el uso racional de suplementos, enseñando a reconocer cuándo es necesario complementar la dieta con minerales y vitaminas específicos, como el magnesio y el colágeno, en lugar de seguir tendencias y modas. “A la juventud la veo muy preocupada por la salud, pero desde el punto de vista de la belleza”, solía decir la bioquímica”. “Yo quiero que la gente llegue a ser mayor con lucidez. Lo importante es alargar con la vida la salud”.