Aunque no hay unanimidad en cuanto al número de comidas ideal que se han de tomar a lo largo del día, lo cierto es que sí existe la opinión generalizada de que no conviene eliminar ninguna de las comidas principales, desayuno, comida y cena. Por tanto, si seguimos esta recomendación, no nos saltaremos ninguna de ellas, incluida la cena. 

Además, hay que tener en cuenta que no cenar no es, ni de lejos, sinónimo de adelgazar. De hecho, existen estudios que demuestran que evitar la cena o reducirla a una pieza de fruta o un yogur con el objetivo de perder peso, no solo puede tener el efecto contrario (engordar), también puede suponer un desequilibrio para tu organismo, ya que puede afectar directamente a la grelinay la leptina, dos hormonas que regulan el apetito, la ingesta de alimentos y el metabolismo. Recuerda que la grelina estimula el hambre, la leptina lo suprime.

A grandes rasgos, el comportamiento de estas hormonas consiste en que por la noche, la grelina suele aumentar y la leptina disminuye. Esto significa que si cenamos poco, podemos tener apetito pasadas unas horas, lo cual nos llevará directos a la nevera antes de irnos a la cama o incluso, en mitad de la noche. Lo cual, a su vez, puede desencadenar trastornos del sueño, alimentarios o aumento de peso, entre otras patologías. 

Regular el hambre con la dieta

Algunas formas de regular la grelina y la leptina por la noche son evitar las dietas extremas y restrictivas, además de dormir bien y controlar el estrés. Por otro lado, hay ciertos alimentos que tienen la capacidad de activar la leptina, la hormona que reduce el hambre. Entre ellos, hay uno especialmente interesante, tanto por su excepcional valor nutricional, como por su versatilidad en la concina. Se trata del huevo, un alimento muy nutritivo y muy fácil de introducir en la dieta. 

como cocer un huevo
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El huevo es un alimento muy rico en proteínas completas de calidad. Tanto es así que se considera el paradigma de los alimentos proteicos. Precisamente por la elevada calidad de sus niveles de proteína (6,4 g por huevo), se le atribuye propiedades tales como su gran poder saciante, capacidad para reducir la sensación de hambre y acelerar el metabolismo. 

Además, contiene tiene grandes cantidades de vitaminas A, B6, B12, D y E. También es rico en ácido fólico, vitamina muy importante para las embarazadas, ya que contribuye a la formación del cerebro del feto.

Especial importancia tiene la lecitina que contiene la yema del huevo, ya que puede aumentar la producción de leptina en el organismo. Además, el huevo también contiene colina, un nutriente que ayuda a regular el metabolismo de las grasas y a prevenir la resistencia a la leptina.

También mejora la salud de la piel, el cabello y las uñas, debido a su contenido en biotina, y protege la visión, por su aporte de luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que previenen el daño ocular por la luz solar.

¿Cuántos huevos hay que comer al día?

Queda claro que el huevo es un alimento nutricionalmente muy saludable. Ahora bien, esta afirmación no siempre fue tan rotunda. De hecho, durante mucho tiempo se aconsejaba ir con precaución a la hora de comer huevos. El número de unidades que se aconsejaba comer oscilaba entre 3 y 4 a las semana. Sin embargo, ahora la Organización Mundial de la Salud recomienda consumir, al menos, 1 huevo al día para la población general y unos 3 o 4 a la semana en personas que tienen el colesterol alto, debido a su gran potencial en nutrientes.

En la misma línea, la Fundación Española del Corazón recomienda consumir entre 3 y 5 huevos a la semana, y reducir el consumo a 2-3 huevos completos (clara + yema) en caso de niveles de colesterol altos en sangre, o 2-3 yemas y 4-5 claras a semanales.

Mejor cocidos 

La forma de cocinado puede llegar a influir mucho en la composición nutricional de los alimentos. Uno de los ejemplos más evidentes lo encontramos en las patatas. La patata cocida aporta aproximadamente 87 calorías por cada 100 gramos, mientras que la patata frita contiene entre 300 y 500 calorías por la misma cantidad.

En el caso de los huevos, no hay tanta diferencia, pero también hay una brecha importante. Así, mientras un huevo cocido tiene unas 76 calorías, el huevo frito puede superar las 100 calorías. 

Por tanto, se recomienda consumir huevo duro o escalfado, ya que así se evita el uso de aceite o mantequilla que pueden aumentar las calorías y las grasas saturadas.

Una de la recetas con huevo que podrían encajar en una dieta saludable podría ser un revuelto de setas o un salteado de espinacas. En cualquier caso, los expertos recomiendan evitar o limitar las frituras y rebozados,  ya que estos métodos de cocción implican una mayor absorción de grasa y calorías.

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