Cruzarte con una persona que parece hablar sola por la calle puede ser desconcertante. Este tipo de escena nos hacen pensar, a primera vista, que estamos ante alguien mentalmente desequilibrado. Pero si te paras a pensarlo, de hecho, es bastante probable que te descubras habiendo mantenido una conversación en voz alta contigo misma en más de una ocasión.
Es habitual que nos suceda cuando estamos intentando resolver un problema matemático, cuando no entendemos algo, cuando queremos memorizar un concepto o cuando algo nos frustra o nos resulta un desafío. Entonces, ¿es normal hablar con uno mismo de vez en cuando? ¿O hay algún componente preocupante en el soliloquio? Hoy te contamos lo que la psicología dice de todo esto.
El arte del soliloquio
En el teatro es habitual verlo. El personaje sube al escenario y comienza a hablar para sí mismo, como si el público no existiera, exponiendo detalles sensibles de su historia que no podríamos conocer de otra forma. Pero cuando sucede en la vida real y el monólogo interno que todos tenemos empieza a reproducirse en voz alta, en aquello que conocemos como soliloquio, a algunos nos saltan las alarmas.
Puede que la mala fama de esta tarea, la de hablarse a uno mismo en voz alta, tenga origen en el mundo del cine. En seguida se nos viene a la cabeza la imagen del personaje desequilibrado que está a punto de cometer una locura, y que habla consigo mismo en voz alta. Buen ejemplo de ellos es el archiconocido Golum, de la famosa saga El señor de los anillos, cuyo perturbador soliloquio solemos imitar cuando nos referimos a él.
Pero lo cierto es que este hablar en voz alta no solo no es peligroso. Es común y muy saludable, según explican los expertos.
El neuropsicólogo Alexander Luria asegura que el lenguaje no tiene únicamente una función social. También participa en procesos como la organización del pensamiento o la planificación de las acciones. De ahí que, por ejemplo, cuando tienes que recordar cómo llegar a un sitio, empieces a recitar en voz alta las indicaciones que otros te han dado. O que, para resolver un problema matemático, empieces a repasar números y operaciones a viva voz.
Entonces, si no solo no es perjudicial, sino que es natural, ¿por qué hablamos en voz alta con nosotros mismos?
¿Por qué nos hablamos en voz alta?
La psicoterapeuta Anne Wilson Schaef asegura que el soliloquio es una herramienta natural de la que dispone nuestro cerebro para calmarnos y mejorar nuestras funciones cognitivas. De hecho, ella misma lo recomienda a sus pacientes como vía para manejar las emociones.
Al hablar en voz alta, conseguimos alivio emocional. Por eso cuando nos enfadamos tendemos a farfullar, de forma instintiva. Es una gran herramienta, dice la experta, para liberar la ira.
“Todos necesitamos hablar con alguien interesante, inteligente, que nos conoce bien y está de nuestra parte”, asegura la experta, “y esa persona somos nosotros mismos”. Así, explica Shaef, el soliloquio puede convertirse en una valiosa herramienta cognitiva.
Gary Lupyan, profesor de la Universidad de Wisconsin, aseguraba que “hablar en voz alta con uno mismo no es algo irracional”. Lejos de esa imagen de locura que nos asalta al tratar el tema del soliloquio, el experto aseguraba a la BBC que este diálogo interno puede ser eficaz para recuperar la memoria, mejorar la concentración o ganar confianza en uno mismo.
En este sentido, los estudios apuntan que hablar en segunda o tercera persona en este soliloquio puede ser más beneficioso que hacerlo en primera persona, en especial cuando se trata de calmar emociones o fomentar la autoestima.
No obstante, cuando este hablar en voz alta se vuelve negativo, con un fuerte componente crítico y autodestructivo, puede volverse peligroso. Los expertos afirman que, en muchos casos, este tipo de soliloquio va a asociado a una enfermedad mental, como la esquizofrenia.
Beneficios de hablar a solas
Ahora que sabes que hablar contigo misma no tiene nada de peligroso, es hora de que conozcas todo lo que puedes ganar con este hábito. Si no lo haces de forma natural, es hora de empezar a hacerlo, porque hablar sola te puede a ayudar:
- Mejorar la memoria. Repetir la información en voz alta activa áreas de nuestro cerebro que promueven la retención de esta, facilitando el recuerdo. Por eso, si estás estudiando, repetir en voz alta la lección te ayuda a memorizarla más rápido.
- Gestionar emociones. Hablar contigo misma en voz alta es una forma genial de procesar aquellas emociones que surgen con mayor intensidad. Al repasar de viva voz lo que sientes, te resultará más sencillo dar con soluciones a tus problemas.
- Aumentar la concentración. Decir en voz alta lo que piensas puede ayudarte a enfocarte mejor en lo que estás haciendo. La técnica del soliloquio, en este caso, puede ayudarte a evitar distracciones y mejorar tu eficiencia.
- Motivarte. Está demostrado que el acto de hablar con uno mismo es una herramienta muy eficaz de automotivación. Mírate al espejo y recuérdate que “Tú puedes” o que “Esto no te va a detener”. Decirte estas cosas a ti misma, reforzará tu autoconfianza.
- Centrarte en tus objetivos. Decir en voz alta aquello que deseas, hablar de ti misma, de tus planes, metas y objetivos, te ayudará a organizarte mejor y a comprometerte.