Organizar bien el contenido del frigorífico es toda una ciencia. Puedes disponer los alimentos en función de las pequeñas diferencias de temperatura en el interior de la nevera. Además de conocer estos detalles, te conviene recurrir a un truco muy sencillo que te puede evitar algunos problemas.

Entre la mermelada, los lácteos y las verduras debes dejar espacio para un rollo de papel higiénico. No me malinterpretes, el objetivo no es guardar el papel en un lugar fresco para que en verano sea más agradable de usar. El papel higiénico cumple una función completamente diferente y muy práctica en el frigorífico.

El papel higiénico elimina los malos olores en el frigorífico

La mezcla de aromas de los diferentes alimentos pueden crear rápidamente un olor desagradable en el frigorífico. Es un problema usual, sobre todo en verano.  Evidentemente hay que eliminar los alimentos que se hayan estropeado, pero el papel higiénico es una ayuda para eliminar los olores normales, pero que acaban resultando desagradables al mezclarse. 

Lo mejor es utilizar un rollo de un paquete recién abierto. Simplemente debes meterlo en el frigorífico y ya te podrás olvidar del problema, porque el papel hará el trabajo por sí solo. Absorberá los olores desagradables que, al fin y al cabo, son partículas que flotan en la atmósfera interior de la nevera.

Es importante que deseches el papel higiénico después de una o dos semanas. Pero, insisto, no va a eliminar el origen del mal olor. Cuida que los alimentos se encuentren en buen estado y acuérdate de realizar periodicamente limpiezas de las superficies y recovecos interiores. 

Nevera maloliente: encuentra la fuente del problema

Si el olor proviene de los alimentos almacenados en el frigorífico, deberás vaciar y limpiar el frigorífico. El agua no es suficiente para la limpieza:  añádele vinagre de limpieza para eliminar las bacterias con más eficacia. 

El bicarbonato de sodio o el zumo de limón también son adecuados para la limpieza de la nevera. Un lugar que no debes olvidar y que fácilmente pasa desapercibido es el orificio de drenaje. Lo mejor es limpiar el drenaje y el frigorífico aproximadamente una vez al mes.

Si el frigorífico todavía huele mal después de limpiarlo, la fuente del olor puede ser un defecto en el aparato. Tanto la ventilación como la fuga de refrigerante pueden ser responsables de ese mal olor.

También debes comprobar las gomas aislantes de la puerta, que juegan un papel importante en el rendimiento del aparato. Si no cumplen con su función, la temperatura no descenderá lo suficiente y los alimentos se estropearán antes. Además, aumenta el gasto eléctrico y, por lo tanto, la factura. 

Humedad en el frigorífico

Además del desagradable olor del frigorífico, la humedad en el interior del mismo también puede convertirse en un problema: cuando es excesiva, es frecuente que se cree una capa de hielo en la parte posterior o que el agua se acumule en las bandejas y cajones. Este agua contribuye a que los alimentos se estropeen.

El rollo de papel higiénico también te va a ayudar con esto, puesto que va a absorber el exceso de vapor de agua. De todos modos, si el agua se acumula, tienes que comprobar a fondo el funcionamiento del electrodoméstico. Poner una taza de sal, además del papel, te puede ayudar a controlar la humedad temporalmente.