Tener los oídos tapados es algo tremendamente molesto que, además de impedirte oír bien, afecta a la concentración en lo que sea que estés haciendo (estudiar, ver la televisión, trabajar…) e incluso al descanso. Esto es especialmente así si lo que ocurre es que tienes agua en el oído.

Al nadar en la piscina o la playa, o simplemente al ducharte, puede entrarte agua en los oídos y, hasta que logras que salga, es difícil pensar en otra cosa. Además, si el agua no sale pronto puede acabar provocando una infección de oído (otitis), algo que resulta muy doloroso y puede, además, causar picor, enrojecimiento, hinchazón y secreciones en el oído. A continuación, te damos algunos trucos muy eficaces para sacar el agua del oído.

Formas de sacar el agua de los oídos

Sacar el agua de los oídos no siempre es fácil y puede llevarte algún tiempo. Es importante no perder la calma e ir probando estos sencillos métodos.

1. La fuerza de la gravedad

Simplemente inclina tu cabeza hacia el lado de la oreja que está tapada y tira suavemente del lóbulo de tu oreja con la ayuda de una toalla limpia. “También es efectivo dar algún pequeño salto para que por efecto de la gravedad sea expulsada”, explican desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). A veces, este sencillo movimiento ayuda a que el agua salga.

Otra forma de usar la gravedad a tu favor es acostarse del lado de la oreja tapada, con una compresa caliente en contacto con el oído tapado para que ayude a evaporar el agua.

2. Maniobra de Valsalva

El nombre de maniobra de Valsalva puede que no te diga nada, pero es algo que seguro que has hecho mil veces cuando se te tapan los oídos, por ejemplo, en un avión: taparte las fosas nasales, respirar profundamente, cerrar la boca e intentar expulsar aire por la nariz.

Esta maniobra a veces ayuda a abrir las trompas de Eustaquio (el tubo que va desde el oído medio hasta la faringe y que regula la presión del oído alrededor del tímpano) y liberar el agua atrapada.

3. Crear un vacío

Otra forma muy habitual de sacar el agua del oído es inclinar la cabeza hacia el lado de la oreja tapada y taparte la oreja con la palma de una mano, de modo que crees un pequeño vacío. A continuación, retira rápidamente la mano para romper el vacío y liberar el agua atrapada.  

4. Aplicar aire caliente

Para evaporar el agua del oído puede ser útil también usar un secador a muy baja potencia y baja temperatura, situado a varios centímetros de la oreja para evitar quemaduras y no dañar el oído.

Girar la cabeza hacia el lado de la oreja tapada también ayudará a destaparla.

5. Bostezar, masticar o tragar

Gestos tan sencillos como bostezar, masticar o tragar (o simularlo), que implican mover los músculos de la mandíbula conectados al canal auditivo, pueden ayudar a equilibrar la presión en los oídos y hacer que salga el agua.

Qué no hacer si tienes agua en el oído

Tan importante son las cosas que pueden favorecer que salga el agua, como evitar aquellas que pueden empeorar la situación. Ten en cuenta estos consejos:

  • Evita introducir en le oído bastoncitos de algodón u otros objetos como horquillas para el pelo o palillos, pues solo conseguirás empujar el agua más adentro y puedes irritar la piel del oído e incluso dañar el tímpano.
  • Tampoco te pongas los dedos en el oído ni intentes usar tus uñas, favorecerías las heridas en la piel del oído y la entrada de bacterias.

Aunque no consigas que el agua salga con los métodos que hemos mencionado antes, habitualmente lo hace por sí sola, sin tratamiento, en unos 2 o 3 días. Sin embargo, si no es así, o si desarrollas síntomas como dolor, hinchazón o disminución de la audición, no dudes en acudir al médico cuanto antes.