Por supuesto, no todos los accidentes se pueden evitar y evidentemente no se trata de hacer sentir culpable a nadie, pero muchos percances domésticos con niños se pueden evitar, pero sólo quien conoce los peligros puede prevenirlos.

1. No dejar tazas con líquido caliente al alcance de la mano

Todo lo caliente debe quedar completamente fuera del alcance de los pequeños. Ocurre que a veces los padres piensan que el niño no llegará, pero el pequeño mejora sus capacidades cada día y donde ayer no pudo llegar, tal vez hoy lo consiga.

Por eso es tan importante incorporar la costumbre de poner las tazas o platos de café, té o sopa caliente, gachas, etc. lo suficientemente lejos para que los peques no puedan cogerlos.

Los niños de entre uno y tres años corren especial riesgo de sufrir quemaduras. Cuando los niños de esta edad cogen una taza caliente, les gusta intentar imitar lo que siempre hacen mamá y papá con ella, inclinan la taza para beber y se vierten el líquido caliente sobre el cuerpo.

2. No tomes bebidas calientes con un bebé en un portabebés o un niño en tu regazo

No bebas café o té con un bebé en un portabebés o un niño en tu regazo, también es desaconsejable beber nada caliente mientras estás amamantando.

Puedes tener la sensación de que tienes la situación controlada, pero los niños y las personas que te rodean son imprevisibles.

Hay que tener también especial cuidado cuando hay mucha gente, basta con un empujón o que el niño se mueve inesperadamente para que se produzca el accidente.

3. Vigila los cables y los enchufes

"¡Uy! ¿Qué es eso? Voy a tirar de él a ver qué pasa…” . Ese pensamiento en la cabeza del niño puede llevarle a tirar del cable de la plancha o de un hervidor de agua. Una pesadilla que ninguno de nosotros quiere vivir.  Siempre hay que poner las teteras y otros aparatos eléctricos fuera del alcance de los niños, incluidos los cables. 

Lo que algunas personas olvidan en el ajetreo de la vida cotidiana es que si los cables cuelgan, los peques pueden tirar de ellos, también de los manteles, etc. Esto es algo que definitivamente debemos evitar.

Lo mismo pasa con los enchufes. Es muy importante poner protecciones antes de que el niño empiece a gatear.   

4. No cocines con un bebé o un niño pequeño en brazos ni lo sientes cerca de los quemadores de la cocina

Claro, a veces pensamos que no hay otra manera que hacer todo al mismo tiempo. Y si el niño realmente quiere vernos cocinar la cena... Por supuesto, nadie quiere correr el riesgo de quemar a sus hijos, por eso aquí es mejor prevenir que lamentar.

En general, es importante poner siempre las ollas y sartenes en los fuegos traseros y con los mangos hacia la pared.

5. No subestimes las superficies calientes 

Entre el primer y el segundo cumpleaños, cuando los niños pueden caminar solos lentamente y tocar todo lo que les llama la atención, los padres deberían asegurar todas las superficies calientes, como radiadores y tuberías de calefacción o ventanas de estufas, o mantener al niño alejado de ellas, de lo contrario existe riesgo de quemaduras graves por contacto.

Si un niño de esta edad pone sus manos sobre un panel caliente, literalmente se queda pegado a él, se da cuenta de que le duele la mano, pero no asocia este dolor con lo que está haciendo y no retira las manos. El niño sólo puede gritar desesperado hasta que alguien lo suelta y sufre una quemadura masiva.

Cuidado también con las puertas del horno. Es un caso típico que la madre o el padre saquen la comida, olviden cerrar el horno enseguida y el niño se queme, así que no olvides nunca cerrar la puerta del horno, aunque esté instalado a cierta altura.

6. No hagas vahos con un niño sobre un recipiente con agua caliente

Esta práctica puede provocar quemaduras graves en la zona del regazo, especialmente en niños pequeños, aunque no sólo en los más pequeños.

En caso de resfriados, si se desea hacer vahoshay que hacerlo con un vaporizador de agua fría que funcione con ultrasonidos.

7. Cuidado con las bolsas de agua caliente 

Una bolsa de agua caliente llena es otro peligro que a menudo se tiende a subestimar.

Hay bolsas que se pueden romper o abrir fácilmente causando graves quemaduras a pequeños o mayores. Es mejor recurrir a una bolsa de huesos de cereza no demasiado calientes.

8. Dejar encendedores o velas encendidas sin supervisión

Mantén siempre cerillas y encendedores, especialmente aquellos que se encienden con un clic, fuera del alcance de los niños, incluso de los mayores.

El fuego tiene un atractivo especial para los niños, pero lamentablemente todavía no pueden evaluar de forma fiable el peligro potencial.

Dejar a un niño solo en la habitación con una vela encendida tampoco es una buena idea. A veces basta con un minuto de descuido para que se produzca el desastre.

Si los niños tienen edad suficiente para hacerlo, se puede practicar con ellos el uso del fuego y  explicarles los peligros. En el mejor de los casos, esto también ayuda a prevenir quemaduras en los adolescentes.

9. No sobreestimes a los niños grandes 

Los niños mayores e, incluso, adolescentes también corren el riesgo de sufrir quemaduras graves. Algunas posibles fuentes de peligro en los adolescentes son los juegos de química, las barbacoas o los fuegos artificiales.

Los padres ya no tenemos tanto control sobre los hijos adolescentes como con los peques. Pero un adolescente que es consciente de los posibles peligros al menos puede evaluarlos mejor.

Lo absolutamente prohibido a cualquier edad es utilizar un acelerador líquido para  asar en la barbacoa: existe riesgo de lesiones graves para cualquiera que se encuentre cerca. Y poner la parrilla caliente sobre el césped para que se enfríe tampoco es una buena idea. Sobre todo cuando los niños corren descalzos por el jardín y podrían pisarla.