Explicar a los niños las fases principales de la luna no es difícil si se utilizan actividades divertidas que les hagan asimilar el conocimiento de forma amena. 

La Luna es un astro que llama la atención en el cielo a grandes y pequeños. En el caso de los niños, no tardan mucho en fijarse en su entorno y cómo este cambia del día a la noche. Sus preguntas acerca del Sol o la Luna pueden ser constantes, sobre todo en el caso de esta última. Y es que para ellos es curioso ver cómo cambia de forma a lo largo de los días: de llena a menguante, de nueva a creciente. 

Explicar estas fases a los niños no es difícil, pero su conocimiento requiere utilizar metáforas o actividades que les ayuden a entenderlas. 

La Luna y sus fases explicadas para los niños

Los niños son curiosos por naturaleza. Y se fijan en muchos detalles. Por eso, no es de extrañar que, cuando ven un cambio en la Luna, se pregunten por qué ha ocurrido. Antes de hablarles de las distintas fases, es necesario que entiendan qué es la Luna. Para ello, hay que explicarlo con un lenguaje sencillo y fácil de entender según la edad del infante. 

En general, todos los niños lo podrán comprender si se les explica que la Luna es un astro que se mueve alrededor de la Tierra y que tarda unos 29 días y medio en dar una vuelta completa.

Es cierto que normalmente se dice que son 28 días, pero esto hace referencia solo al tiempo que tarda la Luna en dar la vuelta a la Tierra sin tener en cuenta que esta se desplaza también al girar alrededor del Sol. Teniendo en cuenta el movimiento de la Tierra, la Luna tarda aproximadamente 29 días y medio, durante los cuales su aspecto va cambiando. Esas diferentes maneras en que se ve la Luna son las fases lunares.

De todas ellas (en total se distinguen ocho fases lunares), las principales para los más pequeños son cuatro: 

  • Luna nueva: cuando la luna no se ve debido a que el sol no le da luz y es casi invisible en el cielo. 
  • Luna creciente: cuando hay una parte de la luna iluminada y otra más oscura, pero conforme pasan los días se ve más grande la parte iluminada y más pequeña la parte oscura.
  • Luna llena: cuando se ve toda la luna redonda. 
  • Luna menguante: cuando hay una parte iluminada y otra oscura, y conforme los días se suceden la parte oscura va creciendo y la parte iluminada se va haciendo más delgadita.

¿Y si tarda 29 días y medio en dar la vuelta porque no la vemos todo el día y toda la noche? Porque la Tierra, a su vez, también gira sobre sí misma y con ella giramos también nosotros, de manera que la mitad del tiempo estamos mirando en otra dirección. 

Actividades divertidas para explicar las fases de la luna a los niños

Explicar y asimilar el conocimiento anterior puede resultar complicado para los niños, porque les cuesta mucho imaginarse cómo se relacionan el planeta Tierra, la Luna y el Sol. Pero existen varias actividades que pueden resultar prácticas y útiles para ayudarles a comprender. 

Niño sol, niño luna, niño tierra

Una de ellas es utilizarlos a ellos mismos como ejemplo. Es necesario tener a mano una lámpara o linterna y dos niños. Uno de ellos hará de Luna, mientras el otro será la Tierra. La linterna hará las veces de Sol.

Así, el juego consiste en colocar a la Tierra en el centro de un círculo de manera fija. La Luna, alrededor de esa Tierra y moviéndose. Y la linterna un poco más alejada y de forma permanente en un punto. 

  1. Si se inicia la actividad representando la luna nueva: la linterna enfoca a la Tierra, pero la Luna está entre estos dos, de tal manera que la luz incide sobre la espalda del niño Luna, pero no ilumina la parte delantera, por lo que el niño que hace de Tierra no la ve por estar oscura.
  2. Para la fase creciente, el niño o niña que haga de Luna debe moverse en el sentido contrario a las manecillas del reloj en un ángulo de 90º (ha de pasar de estar entre el Sol y la Tierra a ponerse mirando al perfil de la Tierra). Esto hará que el Sol ilumine la mitad derecha de su cuerpo, mientras la izquierda queda a oscuras.  Visualmente, se vería como una ‘C’ invertida.
  3. La luna llena se representa más fácilmente, porque será en una línea casi recta colocando primero la Luna, luego la Tierra y por último el Sol. La alineación no tiene que ser perfecta, la Tierra tiene que estar mínimamente desplazada, porque si no estaríamos ante un eclipse. Así, de esta manera, la luz solar llega tanto a la Tierra como a la Luna. 
  4. Por último, la fase decreciente hará que el niño que hace de Luna deba moverse en el sentido contrario a las manecillas del reloj en un ángulo de 90º, para quedar la Tierra de perfil y, en este caso, ilumina solo una parte de su cuerpo (la parte izquierda). En este caso, a nivel visual se vería como una ‘C’.

Esta misma actividad se puede realizar con pelotas o incluso con dibujos en papel. Pero cuando se implica a los niños el conocimiento es mucho más fácil de asimilar e incluso puede ser una actividad entretenida y divertida para una clase.

La caja lunar

Otra actividad para ayudar a los niños con las fases lunares es construir una caja lunar. Te hará falta:

  • una caja de zapatos
  • pintura negra
  • una bola blanca de corcho
  • hilo de pescar o alambre
  • cuatro rollos de papel higiénico
  • una linterna

Cómo hacer este juego:

  1. Lo primero será pintar la caja de zapatos de negro, tanto por dentro como por fuera.
  2. En el centro de la tapa de la caja fijamos la bola blanca, que será la Luna. Esta puede colgarse con hilo o bien con alambre. 
  3. En la otra parte de la caja se deben hacer cinco agujeros (siguiendo un reloj, a las 12, las 3, las 6, las 8 y las 9).
  4. En los agujeros de las 12, 3, 6 y 8 se colocarán los rollos de papel higiénico (previamente pintados de negro)
  5. En el agujero de las 9, se coloca la linterna. Este no debe ser demasiado grueso.  De esta forma, cada uno de los rollos de papel dejarán ver la luna en sus distintas fases.