La falta de agua es un gran problema que amenaza la salud de los ecosistemas y nuestra forma de vida. A parte de las políticas globales o estatales para ahorrar agua, son muchas las cosas que, individualmente, cada uno de nosotros podemos poner en práctica para salvaguardar este bien tan preciado: desde reciclar el agua de la ducha o de la lavadora, hasta instalar grifos economizadores o cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o nos enjuagamos las manos.

Hay una medida que tal vez no has tenido en cuenta, pero que puede ser determinante si cada vez más personas la tienen en cuenta y consiste en elegir bien los alimentos que llevamos a nuestra mesa y optar por técnicas culinarias que ahorran agua.

Alimentos ecológicos para ahorrar agua

Hay cultivos en los que se usa mucha agua y es algo que conviene tener en cuenta a la hora de comprar nuestras frutas y verduras: es mejor elegir un tipo de agricultura que no derroche agua.

La agricultura de regadío industrializada consume el 80% del agua dulce disponible, bombea el agua subterránea en exceso, erosiona el suelo, agota sus nutrientes y libera CO2 a la atmósfera en lugar de retenerlo.

Por el contrario, los campos de cultivos ecológicos cuentan con diez veces más de materia orgánica, y esto les permite almacenar y retener mejor el agua de lluvia.

 

Rechaza hortalizas regadas con pozos ilegales

Los pozos ilegales agotan un recurso escaso que es de todos. La extracción ilegal de agua es un delito penado en en el Código Penal español, y quienes incurren en el pueden afrontar multas e incluso penas de prisión, Sin embargo, la inacción de las administraciones a menudo hace que quienes cometen estos robos de agua queden impunes, pero a parte de luchar para que esto no sea así, puedes de forma individual evitar contribuir a ello con tu compra.

Según WWF, se calcula que se venden unas 35.000 toneladas de fresas y frutos rojos cultivados en Doñana ilegalmente y regados con agua robada. Por ello, el consejo es buscar agricultores ecológicos y de confianza cuando compres estas frutas.

Ten en cuenta la huella hídrica

El concepto de huella hídrica indica la cantidad de litros de agua que se necesita para producir un kilo de alimentos. No incluye solo el riego que necesita la planta, sino también toda el agua que se necesita para transformar el alimento en el producto que nos llega a la mesa.

Un buen ejemplo de alimento con una alta huella hídrica es el chocolate. Según la Water Footprint Network, producir un kilo de chocolate supone consumir 24.000 litros de agua, más que la carne de ternera (15.500 litros).

Otros productos que requieren mucha agua para su producción son los lácteos. Se estima que para producir un solo litro de leche se necesitan alrededor de 1.000 litros de agua en total y para producir medio quilo de queso, serían necesarios unos 2.500 litros de media.

La forma de cocinar también importa

No solo eligiendo bien lo que compras colaborarás a reducir el desperdicio de agua. También las técnicas culinarias que usas para cocinar los alimentos pueden marcar una gran diferencia.

En este sentido, conviene priorizar la cocina al vapor. Y es que, en general, se utiliza menos agua para cocinar al vapor que para hervir verduras y, según un estudio del Journal of Food Quality, cocinar al vapor es también más nutritivo.

De media, la preparación al vapor reduce unas cuatro o cinco veces la cantidad de agua que se usa en una cocción por inmersión.

Por otro lado, cuando cocines con agua, no la tires: puedes aprovecharla para elaborar caldos o sopas, o para regar las plantas una vez se haya enfriado.