Las natas vegetales son una alternativa sana y vegana a las natas hechas con productos lácteos. Conocemos de sobras la crueldad de la industria láctea y los efectos nocivos de sus productos. Por eso no nos sorprende que vez hay más oferta de este tipo de productos alternativos, elaborados con buenos ingredientes ecológicos. Pero no es oro todo lo que reluce.

También es fácil tropezarse con sustitutos emocionales de las natas tradicionales que no tienen nada de saludable. Productos que contienen grasas procesadas e incluso trans. A veces también incluyen estabilizantes, saborizantes o texturizantes nada naturales y con nulo interés nutricional.

Si no quieres toparte con la gemela malvada de una nata vegetal sana, lo más sencillo es que la prepares tú mismo. Prepararla en casa te garantizará un producto puro y de calidad, ya que tendrás pleno control sobre los ingredientes.

Cómo preparar nata vegana casera

Puedes preparar distintos tipos de nata vegana en casa con semillas o frutos secos crudos y activados. La activación es un proceso muy sencillo: se lavan bien con agua filtrada y se dejan en remojo en agua tibia entre 8 y 12 horas; tras el remojo, se vuelven a lavar bien. Esta técnica aumenta la disponibilidad de sus nutrientes y los vuelve más fáciles de asimilar.