Jugosos, refrescantes y dulces… los nísperos son un fruto de primavera que no dura mucho en los mercados, por lo que conviene aprovecharlos al máximo durante las pocas semanas que pueden encontrarse.
Lo mejor es disfrutarlo al natural, como postre, tentempié, en ensaladas, en macedonias o en batidos, aunque también puedes usarlo para preparar deliciosas mermeladas y pasteles.
Origen de los nísperos
El níspero común (Mespilus germanica) es un arbusto grande de hoja caduca que puede crecer hasta los 8 metros de altura. Se cultiva por sus frutos desde la época de los romanos, que lo trajeron a Europa desde Asia.
La variedad de níspero japonés (Eriobotrya japónica), que en realidad procede de la China y es bastante diferente al níspero común, es la que más se consume y está muy presente en todo el mediterráneo.
El níspero requiere veranos cálidos e inviernos suaves y prefiere los lugares soleados y secos con suelos ligeramente ácidos. Es uno de los frutos más tempranos de la primavera: a partir de abril es fácil ver los nísperos llenos de fruta en las huertas del Levante peninsular. De hecho, en Callosa d'en Sarrià existe una denominación de origen de esta fruta.
El sabor del níspero cambia a medida que madura. Cuando no está verde, es muy astringente y ácido. Sin embargo, a medida que va madurando se vuelve más dulce.
nísperos: propiedades saludables
Los nísperos son una fruta de color anaranjado dulce, carnosa, con un toque ácido y exótico. Contienen vitaminas C y del grupo B, así como minerales: potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio.
Su color naranja es una señal de su contenido en carotenos, unos pigmentos antioxidantes, y es también es una fuente de compuestos fenólicos y flavonoles, lo que la convierte en una buena fuente de antioxidantes naturales.
Además, solo comiendo tres nísperos puedes conseguir la mitad de la vitamina A que necesitas al día. La aportan en forma de betacaroteno, que el organismo transforma en vitamina A a medida que lo necesita.
Beneficios para la salud de los nísperos
Los nísperos aportan diversos beneficios para la salud. Su elevada proporción de agua los convierte en una fruta muy hidratante y, dada su bajo aporte calórico (unas 40 Kcal por 100 granos de fruta) y de grasas, son una excelente opción para aquellas personas que quieren controlar o bajar de peso.
También tienen un efecto diurético, gracias a su contenido en potasio, que ayuda al funcionamiento de los riñones y es especialmente útil para las personas con problemas de retención de líquidos. Los flavonoides y vitaminas que contiene son beneficiosos para la función del hígado y ayudan a su depuración.
Sin embargo, los nísperos tienen un ligero efecto astringente debido a sus taninos, responsables de la sensación de aspereza que queda en la lengua después de comerlos.
Por otro lado, los nísperos contribuyen a un buen estado de salud del cabello y la piel, gracias a su contenido en antioxidantes. Los carotenos, precursores de la vitamina A, están también vinculados al cuidado de la salud ocular.
Además, la vitamina A del níspero le otorga un efecto protector sobre las mucosas digestivas, sobre todo del estómago y también del intestino.
Su elevada cantidad de vitamina C estimula el sistema inmunitario y favorece unos buenos niveles de energía y un mejor estado anímico.
Las fibras solubles del níspero, en particular las pectinas, además de contribuir a mejorar la salud digestiva y evitar el estreñimiento, pueden actuar como laxantes, reduciendo la absorción de colesterol. Se cree que puede contribuir a reducir el riesgo de diabetes y aterosclerosis (la acumulación de placa de colesterol en las paredes de las arterias). También gracias a su contenido en antioxidantes, puede ayudar a reducir el colesterol y prevenir diversas enfermedades inflamatorias.