La vitamina D es clave para la salud y el bienestar. Sirve para modular la inmunidad, lo que ayuda a prevenir las alergias y problemas como el insomnio, la ansiedad, la depresión y los dolores neuropáticos y músculo-esqueléticos inespecíficos, así como la fibromialgia, se han relacionado con la deficiencia de esta vitamina. La vitamina D se obtiene principalmente mediante la exposición de la piel a la luz solar, además de consumir ciertos alimentos.
España es un país donde se calculan unas 3.000 horas de sol al año pero también es el país donde más personas presentan un nivel bajo de vitamina D.
Ahora, la comunidad médica se ha puesto de acuerdo que la mejor recomendación para obtener niveles adecuados de vitamina D no es tomar suplementos sino recetar a los pacientes baños de sol. Según un documento que han elaborado expertos del Servicio Madrileño de salud, lo que se debe recomendar a adultos sanos que presentan un valor bajo en sus analíticas es tomar el sol 15 minutos al día en la cara y los brazos principalmente durante los meses de octubre a marzo. Eso, y tomar alimentos ricos en vitamina D.
baños de sol o Helioterapia: qué son y cómo se practican
La helioterapia es un método de exposición solar con distintas finalidades terapéuticas. A principios del siglo XX, antes de la aparición de los antibióticos, se extendió el uso del sol como terapia para combatir enfermedades. Uno de los médicos que popularizó la helioterapia fue Auguste Rollier.
La cura solar de Auguste Rollier se desarrollaba en alta montaña, donde el número de rayos UVA y UVB se incrementa en un 4% por cada 300 metros de altura.
Técnica de la exposición progresiva
La técnica de baño solar de su clínica suiza consistía en exponer al paciente al sol durante ocho días, entre 5 y 40 minutos al día.
- El primer día: baño de sol de 5 minutos en los pies y los tobillos.
- El segundo día: los pies y los tobillos se exponían 10 minutos y las rodillas, otros 5.
- Los días siguientes: se añadían piernas, abdomen y el tórax hasta completar un máximo de 40 minutos en pies y tobillos, 35 minutos en rodillas, 30 en piernas, 25 en el abdomen y 20 en el tórax.
- Después de la adaptación: se tomaba el sol diariamente media hora en todo el cuerpo desnudo, excepto cabeza y cuello.
Beneficios de los baños de sol para la salud
La acción terapéutica del sol puede ser utilizada para tratar distintas enfermedades y dolencias.
1. Afecciones de la piel
La piel es uno de los órganos del cuerpo que mejor expresa el fotoenvejecimiento, pero un correcto uso de la luz solar también le reporta grandes beneficios.
En la psoriasis ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos y en países como Suecia se prescriben baños de sol antes que medicamentos.
2. Trastornos de origen nervioso
La luz solar es imprescindible para la regulación de los neurotransmisores y es un potente antidepresivo.
Los baños de sol están indicados para recuperarse de la astenia física y psíquica. Es uno de los mayores tonificantes, si bien su exceso puede provocar mayor cansancio.
3. Enfermedades reumáticas
En problemas reumáticos, tanto en osteoartritis, como en la artritis reumatoide o procesos degenerativos por descalcificación, los baños de sol resultan beneficiosos.
4. Tiroides y alteración del ciclo menstrual
La luz regula las secreciones de la glándula pineal y modula todos los ritmos hormonales. Es útil en enfermedades de la glándula tiroides y en algunas alteraciones menstruales.
Nutrientes para protegerse mejor del sol
El consumo de frutas y hortalizas maduras puede ayudar a prevenir los posibles efectos perjudiciales del sol cuando empiece la temporada en que aumente la exposición solar.
- Betacarotenos. Son precursores de la provitamina A, de poder antioxidante. Intervienen en la reestructuración de la piel y ayudan a producir melanina. Además favorecen el buen estado de la piel y las mucosas. Se encuentran en zanahorias, mangos, papayas, melocotones y albaricoques, y también en espinacas, coles, tomates y boniatos.
- Vitamina C. Como antioxidante neutraliza los radicales libres derivados de la exposición al sol y contribuye a reparar el daño producido por las quemaduras solares. Los alimentos ricos en esta vitamina ayudan a regenerar el colágeno, que aporta flexibilidad a la piel. Se encuentra en naranjas, limones, pomelos, grosellas, kiwis, fresas, verduras de hoja verde (sobre todo crudas), pimientos y tomates.
- Vitamina E. Es otro antioxidante potente contra los radicales libres. Se halla en los frutos secos sin tostar, aceite de oliva virgen, aguacate, cereales integrales y pipas de girasol y calabaza.
- Vitaminas del grupo B. Imprescindibles para la salud de la piel. Están presentes en cereales integrales, frutos secos, verduras de hoja verde, pescados y carnes magras.