EI pomelo es una fruta nutritivamente muy completa y con destacadas propiedades medicinales. Es similar a la naranja, pero más achatado y su piel menos rugosa y más fina. Aunque para algunos paladares resulta demasiado ácido y con un deje amargo, se puede llegar a apreciar su sabor y sus matices.
Su origen no es muy preciso, pero algunos autores lo localizan en China y otros una isla cercana a Java. En la actualidad se cultiva sobre todo en Estados Unidos e Israel, aunque el clima de nuestro país también lo acoge con facilidad.
Aquí te daremos ideas para incorporar el pomelo a tu cocina, para que aprendas a disfrutarlo y puedas beneficiarte de sus propiedades. Además te ofrecemos una receta con pomelo: un espectacular postre hecho con gelatina vegetal, muy ligero y refrescante. Pero lo más importante: si te tomas su zumo, que es lo más habitual, conviene que sepas cómo hacerlo bien para maximizar sus efectos. El secreto también te lo contamos aquí.
Cómo se come el pomelo
La temporada del pomelo es de enero a junio, coincidiendo con el inicio de la primavera y el trabajo de limpieza del organismo, por lo que viene muy bien en esta época.
Es un ingrediente ideal tanto para desayunos como para postres, vinagretas o para acompañar platos variados. En los postres puedes incluirlo en ensaladas de frutas, mousses y sorbetes, y puedes preparar incluso mermelada de pomelo.
También se utiliza para aromatizar el azúcar, echando un trozo de cáscara dentro del recipiente donde se guarda.
De todas formas, si eres de experiencias fuertes, puedes incluso comerte el pomelo a gajos, como cualquier otro cítrico de mesa. Eso sí, si te cuesta hacerlo por su deje amargo, puedes rociarlo on un poco de miel o de sirope de arce.
Existen dos variedades de pomelo, con diferencias sobre todo en su aspecto y sabor, pero no tanto nutricionalmente. En la cocina se utilizan de forma distinta:
- Pomelo amarillo: Es el más común. Tiene la piel brillante y delgada y un sabor amargo más pronunciado. Se suele tomar en el desayuno, ya sea en forma de zumo o con un poco de miel o sirope de arce o ágave. Es el más depurativo.
- Pomelo rosado: Tiene la piel rosácea o algo anaranjada y cuanto más rosa sea, más dulce será su carne. Es menos ácido que el limón y menos dulce que la naranja. Se suele tomar a gajos. Es el más rico en betacaroteno.
A la hora de comprar esta fruta, has de saber que los mejores pomelos son los más pesados, porque contienen más zumo y son más jugosos. Hay que evitar los de aspecto anémico o cáscara gruesa y rehusar los de color oscuro.
Para preservar al máximo la frescura y sabor se deben guardar en un lugar ventilado, fresco y seco un par de semanas. En la nevera se conservan 20 o 30 días.
Zumo de pomelo: cómo hacerlo
Una forma muy habitual de tomar el pomelo es en zumo, pero lo mejor es no prepararlo con un exprimidor, sino con una licuadora, que permite el paso de la membrana blanca. De esta manera aprovecharás la piel, rica en algunos de los compuestos que lo hacen tan saludable..
De hecho, para usar el pomelo con fines medicinales la recomendación es tomarse unos tres pomelos diarios, con la piel blanca incluida. Puedes hacerlo incluyéndolo en tus recetas o, si te resulta más cómodo, bebiéndote el zumo.
Cortar el pomelo como un chef
Si se desea preparar el pomelo para una ocasión especial, se pueden seguir los siguientes pasos:
- Se parte por la mitad y se corta en redondo con un cuchillo de sierra, para separar la pulpa de la piel.
- Se mueve suavemente el cuchillo en torno al gajo a fin de separarlo del todo de la membrana y de la piel blanca.
- Una vez extraídos los gajos, se quitan las semillas y se retiran los restos de membrana que puedan quedar en la cáscara.
- Se colocan los gajos de nuevo en la cáscara ordenadamente en su sitio y se espolvorean de azúcar. Si se desea se adorna con guindas o grosellas.
- Se enfría 30 minutos en la nevera.
Qué te aporta el pomelo
El pomelo destaca por su extraordinaria riqueza en vitamina C ya que, al igual que la naranja, una pieza de 200 g cubre con creces las necesidades diarias de esta vitamina, aunque el pomelo la contenga en un 20% menos.
De su contenido en minerales destacan el potasio (180 mg/100 g) y el flúor (0,04 mg); también aporta cantidades moderadas de calcio, fósforo y magnesio.
Para qué sirve el pomelo
Su sabor amargo es propio de los alimentos que favorecen la digestión y el trabajo depurativo del hígado, la vesícula y los riñones. Protege el sistema vascular y el corazón porque es un reconstituyente del músculo cardiaco.
La piel blanca de los cítricos, que se suele desechar, es muy interesante desde el punto de vista nutricional. Contiene un tipo de pectina, un carbohidrato que según recientes estudios interfiere y limita la propagación de ciertas células cancerígenas, especialmente los melanomas cutáneos y el cáncer de próstata.
¿El pomelo adelgaza?
Es un tópico asociar el pomelo con dietas de adelgazamiento, ya que se trata de una fruta con un gran contenido en agua y fibra que actúa como un diurético y un laxante, ayudando a realizar una buena limpieza del intestino.
Sus componentes amargos estimulan la actividad del hígado y los riñones para la limpieza de toxinas, y disminuyen el deseo de tomar dulces. Esta acción depurativa se puede traducir en una mayor pérdida de líquido almacenado en el cuerpo, que hace descender el peso corporal.
Pero este fenómeno no tiene un efecto auténtico de adelgazamiento. Solo se puede hablar con propiedad de adelgazar cuando hay una reducción de la grasa acumulada, y esto no se consigue simplemente tomando una fruta. El pomelo debe utilizarse como un complemento más dentro de un plan de alimentación equilibrada y de actividad física apropiada que permitan que las grasas realmente se quemen.
Receta con pomelo: copa de gelatina de pomelo y avena
Aquí te dejamos una receta con pomelo para que puedas empezar a comprobar por ti mismo todo su potencial en la cocina:
Ingredientes (para 4 personas):
Preparación (para 4 personas):
- Pela un pomelo, limpia los gajos de membranas y corta a dados. Licúa los otros tres pomelos y mezcla con el sirope de arce.
- Disuelve el agar-agar en el agua hirviendo y separa en dos mitades. Reserva una mitad de la gelatina caliente al baño maría, y mezcla la otra con el zumo de pomelo.
- Reparte el zumo en cuatro copas altas de cristal, echando dos o tres trozos de pulpa en cada copa. Dejan enfriar en la nevera ligeramente inclinadas hasta que la gelatina cuaje en diagonal.
- Después mezcla la gelatina que has reservado en caliente con la bebida de avena y acaba de llenar las copas con ella, con algunos trozos de gajo de pomelo en cada una, y también en la parte superior. Adorna con unas hojas de menta y deja que se acabe de enfriar y cuajar.
Información nutricional:
- Calorías: 137
- Proteínas: 4 g
- Hidratos de carbono: 27 g
- Grasas 2 g
- Colesterol: 0 mg.
Pomelo para perfumar la casa
- Las esencias volátiles que contiene la piel del pomelo son muy apreciadas en aromaterapia por sus propiedades tonificantes.
- Puede usarse para perfumar la casa, colocando pomelos enteros o bolsitas de ropa con tiras de piel desecada en el interior de los armarios o en lugares estratégicos.