Da igual si eres una principiante o llevas años practicando yoga o pilates: necesitas un cinturón de yoga. Y es que, si eres nueva en estas prácticas, te va a ofrecer un poco más de seguridad en las posturas para que puedas ir avanzando a tu ritmo sin sentirte limitada por tu fuerza o tu flexibilidad. Y si llevas años con el yoga y el pilates, te ayudará a profundizar más en las posturas y sacarle el máximo partido.
Te adelanto ya cuál es su secreto: el cinturón de yoga funciona como un activador del core. Avisa a tu cuerpo de que toca apretar los abdominales, y así consigue que trabajes adecuadamente desde el núcleo. Aunque en realidad, el proceso es bastante más complejo de entender. Por eso, a continuación, te explico en claridad qué es un cinturón de yoga, cómo debes usarlo y qué beneficios te ofrece. ¿Preparada?
¿Qué es un cinturón de yoga y para qué sirve?
A simple vista, el cinturón de yoga es solo una correa de algodón o nylon con una hebilla en un extremo. En la práctica, es una extensión de tu cuerpo. Se usa para alcanzar posturas que, de otra forma, no podrías realizar, ayudando a mantener la alineación correcta y reduciendo la tensión en los músculos y las articulaciones.
Es un accesorio especialmente útil para quienes tienen problemas de flexibilidad, porque permite estirar sin forzar. De hecho, en las posturas que requieren de un mayor estiramiento o prueba de equilibrio, el cinturón de yoga reduce el riesgo de sobreextensión y caída, algo esencial para quienes están empezando en este deporte.
Si ya tienes más experiencia, el cinturón te va a ayudar a profundizar en ciertas asanas, centrando tu atención en el core o añadiendo un componente de resistencia a determinadas posturas.
En el pilates, por otro lado, el cinturón mejora la movilidad y el control del cuerpo, facilitando aquellos movimientos que requieren de un poco más de extensión o de cierta resistencia. Y al igual que con el yoga, se adapta a cualquier nivel y hace que la experiencia sea mucho más segura y efectiva.
Beneficios y razones para incluirlo en tu entrenamiento
Si has estado practicando hasta ahora sin cinturón de yoga, vas a notar mucha diferencia en cuanto lo incorpores en tu rutina. Como te explicábamos previamente, el cinturón de yoga mantiene firme la postura y le recuerda a tu cuerpo que debe activar el núcleo para mantener la posición. Y esto es clave, porque tanto el pilates como el yoga tienen como objetivo clave la activación de la zona abdominal, el famoso core.
Además, el cinturón de yoga te ayudará a:
- Mejorar la flexibilidad. Si sientes mucha tensión durante determinado asana, el cinturón te va a ayudar a estirar sin que la falta de elasticidad limite demasiado tu movimiento. Con el tiempo y la práctica, irás ganando amplitud en las posturas sin sentir dolor o incomodidad.
- Aumentar la fuerza. Al mantener ciertas posturas durante más tiempo, gracias al cinturón, vas a poder trabajar la resistencia muscular de forma progresiva y sin riesgo de sobrecarga.
- Previene lesiones. Una mala alineación durante un asana puede causar dolores y tensiones innecesarias. Usar el cinturón te permite ajustar la postura y proteger, especialmente, las articulaciones.
- Facilita la progresión. Hay posturas que al principio parecen imposibles, algo que resulta muy frustrante. Con el cinturón puedes ir avanzando a tu ritmo, alcanzando cada vez posturas más complejas, hasta que logres realizarlas por completo.
- Mayor control y calidad en la práctica. En pilates, específicamente, el cinturón de yoga favorece mucho la estabilidad y la coordinación, ayudándote a conectar mejor con tu cuerpo y activando el núcleo.
Cómo usar el cinturón de yoga
¿Ya tienes tu cinturón de yoga entre manos? Perfecto, toca aprender a usarlo correctamente para conseguir sacarle el máximo rendimiento posible. Verás cómo marca la diferencia y te ayuda a hacer un estiramiento más efectivo.
El primer paso es ajustar la longitud a la postura. El cinturón no debe estar ni demasiado suelto ni demasiado tenso. Si estás estirando los isquiotibiales, por ejemplo, intenta mantenerlo lo suficientemente corto como para sentir la elongación, pero sin perder la alineación de la espalda.
Algunas posturas requieren que el cinturón se mantenga más estable, como cuando estiramos hombros o en la postura de la mariposa con aperturas de piernas. En estos casos, usa la hebilla para fijar la medida.
Recuerda en todo momento, que el cinturón es un apoyo, no una muleta. A medida que avances, intenta reducir su uso progresivamente para ganar independencia en la práctica, y conviértelo en un aliado para aumentar la resistencia o profundizar en las posturas que ya controlas.
Algunas posturas en las que te será especialmente útil
Para ver de forma más práctica cómo te puede beneficiar esta herramienta, repasemos algunas posturas en las que resulta especialmente útil.
- Paschimottanasana (pinza de pie o sentado). En esta postura puedes usar el cinturón para estirar la parte posterior de las piernas sin forzar la espalda.
- Supta Padangusthasana (estiramiento de pierna tumbado). Colocando el cinturón en la planta del pie, conseguirás un estiramiento más profundo de estos músculos, así como de la cadera.
- Dhanurasana (postura del arco). En este caso, el cinturón de yoga te puede ayudar a facilitar el agarre de los tobillos si no tienes suficiente flexibilidad en la espalda.
- Gomukhasana (postura de la cara de vaca). En este último ejemplo, el cinturón te puede ayudar a alcanzar las manos si todavía no las puedes unir por detrás de la espalda.
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