¿A quién no le gusta una tarta de chocolate? Es, sin duda, una de las favoritas de pequeños y grandes, pero si ya estás cansado de las recetas tradicionales y quieres innovar, ¿qué mejor que hacerlo usando ingredientes de temporada?
En otoño, la calabaza es uno de los alimentos más representativos (aunque se puede encontrar todo el año) y su sabor dulzón la convierte en el ingrediente ideal para elaborar deliciosas tartas. Además, te permite reducir la cantidad de azúcar añadida, para crear un bizcocho de calabaza y chocolate fácil, ligero y saludable.
Receta de bizcocho de calabaza y chocolate
La receta que te proponemos es muy sencilla de hacer y, como sustituimos el azúcar por sirope de agave, que tiene un poder endulzante 1,5 veces superior al del mismo azúcar, podremos añadirlo en menor cantidad, con lo que será una opción más ligera y saludable que las recetas tradicionales. ¡Pongámonos manos a la obra!
INGREDIENTES
- 350 g de calabaza fresca
- 125 g de harina de trigo (puedes sustituirla por otros tipos de harina sin gluten si tienes celiaquía)
- 90 g de cacao en polvo sin azúcar
- 120 ml de jarabe de agave
- 120 ml de aceite vegetal
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 120 ml de leche vegetal (o leche normal)
- 90 g de chispas de chocolate negro (opcional)
PREPARACIÓN:
- Haz un puré de calabaza: corta la calabaza fresca en trozos, sin piel, y hiérvela durante unos 30 minutos (hasta que al pincharla con el tenedor veas que está tierna). Después, escúrrela bien y deja que se enfría a temperatura ambiente. Tritúrala con la ayuda de una batidora o un procesador de alimentos hasta que quede un puré suave.
- Precalienta el horno a 200 °C.
- Mezcla en un bol los ingredientes secos (la harina, el cacao en polvo, el bicarbonato de sodio) hasta que estén bien integrados.
- En otro bol, mezcla los ingredientes húmedos (el puré de calabaza, el sirope de agave, el zumo de limón, el aceite de oliva, el extracto de vainilla y la leche vegetal).
- Añade, lentamente, los ingredientes húmedos al bol donde tienes los secos, removiéndolo bien hasta que queden integrados. Puedes incorporar también las chispas de chocolate negro en este punto.
- Engrasa un molde rectangular o cúbrelo con papel de horno.
- Vierte la mezcla en el molde y alisa con el reverso de la cuchara la superficie. Hornea el bizcocho a 200 °C durante aproximadamente 25-30 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro te salga limpio.
- Deja enfriar el bizcocho unos minutos y, cuando esté a temperatura ambiente, desmóldalo con cuidado encima de un plato.
El resultado es un delicioso bizcocho húmedo que puedes acompañar con una bola de helado de vainilla, un poco de confitura o simplemente espolvoreando por encima un poco de azúcar glas.
Calabaza y chocolate, la combinación perfecta
La calabaza y el chocolate negro son dos ingredientes que casan a la perfección. El sabor dulce de la calabaza contrasta con el amargo del chocolate negro y crea una combinación deliciosa ideal para tomar en tus desayunos, meriendas o postres.
Además, son dos alimentos repletos de nutrientes saludables:
- La calabaza es rica en betacaroteno, un pigmento antioxidante responsable de su tono anaranjado a partir del cual nuestro cuerpo produce vitamina A, indispensable para la salud ocular. También aporta vitamina C, muy importante para el buen funcionamiento de nuestras defensas, y minerales como el potasio, que contribuyen en el mantenimiento de una buena salud cardiovascular. Además, es baja en calorías y aporta una buena cantidad de fibra, que además de contribuir a la salud digestiva favorece la sensación de saciedad, con lo que es una verdura muy recomendable si quieres cuidar tu peso.
- El chocolate negro, y en especial el cacao sin azúcar, tomado con moderación, es una fuente interesantísima de nutrientes saludables. Es rico en compuestos (como los polifenoles o los flavonoles) con un alto poder antioxidante, que pueden ayudar a prevenir diversas enfermedades. También contiene minerales como el hierro, el magnesio, el cobre o el manganeso, que ayudan al buen funcionamiento de nuestros órganos. Se cree que puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y, en consecuencia, contribuir a la salud del corazón y el cerebro.