Al hablar frente a una persona que sabe leer el lenguaje corporal, te conviertes en un libro abierto. Demos gracias a que no todo el mundo aprende el sutil arte de leer los gestos, o los faroles que utilizamos en el día a día quedarían completamente al descubierto.
Pero ante el atento ojo de un psicólogo, o un experto en la ciencia de la comunicación, hay gestos que dejan claras las intenciones de una persona. Y eso mismo sucede cuando hablamos de la atracción.
Cuando sentimos atracción por alguien, nuestro cuerpo reacciona de manera instintiva, enviando señales que puede ser captadas por quien nos observa de manera casi infalible cuando nos gusta alguien.
Es un gesto pequeño, pero muy significativo, que los psicólogos y expertos en comunicación aseguran que es una señal inequívoca de interés y conexión. ¿Quieres saber cuál es para adivinar cualquier está coladito por ti? Te lo contamos.
El cuerpo habla sin necesidad de palabras
La atracción es un proceso en gran parte inconsciente. Antes de que la mente racional pueda analizar la situación, el cuerpo ya está enviado sus primeros mensajes.
De hecho, el psicólogo Albert Mehrabian afirmó en sus estudios sobre comunicación que el lenguaje no verbal constituye aproximadamente el 65% de la comunicación en un encuentro cara a cara. Y en este contexto, hay un solo gesto que indiscutiblemente señala que sentimos cierta atracción hacia la otra persona: acercarnos ligeramente hacia el otro.
Con esta leve inclinación del cuerpo, demostramos sin palabras que queremos reducir la distancia entre ambos y fortalecer la conexión.
David Givens, antropólogo especializado en el lenguaje corporal y otras de las grandes voces cuando hablamos de comunicación no verbal, ha estudiado estos gestos y cómo se manifiestan en la seducción.
Según él, cuando alguien nos gusta, nuestra postura cambia de manera instintiva, adoptando posiciones de apertura y acercamiento. En otras palabras, si estás en una conversación y sin darte cuenta te inclinas hacia la otra persona, es una clara señal de interés.
Inclinación del cuerpo: la señal que no podemos evitar
Este gesto resulta increíblemente revelador por una razón muy sencilla: no depende de una decisión consciente, es una reacción automática del cuerpo. Cabría la posibilidad de que controles tu mirada, que dejes de moverte el pelo, que no toques a la otra persona o restrinjas otros tantos gestos que demuestran atracción. Pero la inclinación del cuerpo es tan sutil, que es imposible controlarla.
De hecho, la inclinación puede ser tan sutil, que cuando la otra persona también siente atracción, suele responder de la misma manera. A este fenómeno se lo conoce como “sincronización postural” y es uno de los indicadores más fiables de conexión y compatibilidad entre dos individuos.
Un estudio realizado por la psicóloga Lisa Daily, autora de Stop getting dumped! (Deja de ser abandonado), señala que cuando alguien se siente atraído por otra persona, su cuerpo tiende a alinearse de forma natural con el del otro.
Si los pies, los hombros y el torso están apuntando en dirección a la persona de interés, está claro que hay atracción. Y, sí, además, hay una inclinación leve mientras se conversa, la intención se vuelve aún más evidente.
Otras señales del cuerpo que delatan que te gusta una persona
Aunque la inclinación del cuerpo es uno de los gestos más reveladores y difíciles de reprimir, no es el único que indica esta atracción creciente. La psicología y la neurociencia han identificado otras señales que puedes usar para identificar cuando le gustas a alguien (o cuando te está empezando a atraer otra persona).
- Contacto visual prolongado. Mantener la mirada por unos segundos más de lo habitual p desviar la vista con timidez son dos formas de reflejar interés por otra persona.
- Sonrisas frecuentes y genuinas. Una sonrisa natural y espontánea, que aparece sin esfuerzo, es otra pista clara de atracción y compatibilidad.
- Pequeños toques o contacto físico. Un roce accidental en el brazo, un toque en el hombro o el simple hecho de acercarse físicamente son gestos que pueden revelar una fuerte atracción física.
- Imitación de gestos y posturas. Cuando nos sentimos cómodos con alguien y nos gusta, de manera inconsciente, tendemos a imitar su lenguaje corporal.
- Juguetear con el pelo o tocarse la cara. Estos gestos suelen ser respuestas nerviosas involuntarias que señalan una fuerte atracción sexual.
Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.