El saludo es un acto social que realizamos casi sin darnos cuentas. Y, sin embargo, hay personas que lo evitan a toda costa. Más allá del fenómeno social, el saludo tiene un valor simbólico enorme. A través de un simple “hola” o un gesto con la mano, damos paso al primer contacto, mostramos nuestra disposición hacia la otra persona. Es como si nos pusiéramos un cartel de “disponible para interactuar” sobre la cabeza.

Entonces, ¿por qué hay personas que evitan saludar a toda costa? La reacción inmediata cuando alguien no nos saluda suele ser negativa. Nos desconcierta, nos molesta. ¡Es de mala educación! Puede que hasta empieces a comerte la cabeza preguntándote qué has podido hacer mal. Pero lo cierto es que, según la psicología, lo más probable es que tú no tengas nada que ver con esta ausencia de saludo. Las razones que se esconden tras este comportamiento se encuentran mucho más profundas.

¿Qué significa el saludo en el contexto social?

Según el psicólogo Ronald E. Riggio, las interacciones sociales y, particularmente, el saludo, son indicadores de la calidad en una relación. Por eso es normal que, cuando alguien no te saluda (y sobre todo si no te devuelve tu intento de saludar) es normal que reacciones con preocupación y enfado.

Entre dos desconocidos, el saludo es una forma de establecer un primer contacto, y es clave para la primera impresión, nos explica Riggio. Pero entre conocidos, el asunto se vuelve mucho más personal.

Sea cual sea la razón que subyacente, una cosa queda clara. Quien no saluda, señala que no está disponible para conversar, no quiere empezar una interacción, o está pasando por una etapa de distanciamiento emocional. Pero ¿por qué? Esto es lo que nos dice la psicología.

 

Timidez o ansiedad social

Una de las principales razones por las que una persona puede evitar el saludo es esta: es alguien tímido (en extremo) o padece una fuerte ansiedad social. Las personas que experimentan estos sentimientos pueden sentirse incómodas e inseguras en situaciones sociales, lo que puede hacer que las eviten a toda costa.

Chritophe André, psiquiatra especializado en psicología, ha hablado ampliamente de la timidez y sus efectos en las interacciones sociales. Según André, las personas tímidas pueden evitar los saludos o las conversaciones, paras protegerse del miedo al rechazo o al juicio de los demás.

En muchos casos, la timidez no está relacionada con el desinterés o la falta de afecto, sino con un miedo mucho más profundo a ser percibido como inapropiado o cometer un error social. Por lo tanto, en estos casos, la ausencia de un saludo no denota desinterés o malas intenciones, sino que es, sencillamente, el resultado de una ansiedad interna que dificulta la conexión con los demás.

Conflictos no resueltos

En algunas ocasiones, la ausencia de saludo puede ser una señal de algo alarmante. Puede indicar que tienes conflictos son resolver con esa persona. Cuando el desacuerdo persiste y la disputa no se ha dado por terminada, no saludar a esa persona puede ser un acto de rechazo pasivo, una forma de señalar el malestar sin tener que expresar abiertamente las emociones. Es un mecanismo que muchos usan para proteger el ego, y que también se puede interpretar como un ataque pasivo-agresivo.

Quienes reaccionan de esta forma, en lugar de afrontar de forma sincera el problema, se refugian en este tipo de actos que no aportan nada a la relación. Si te encuentras con una situación como esta, lo mejor es pasar a la acción. Pregunta directamente a la persona qué es lo que sucede y sal de dudas. No merece la pena andarse con rodeos si han quedado temas sin resolver.

Baja autoestima y el miedo a no ser saludado

La baja autoestima influye de forma significativa en cómo interactuamos con los demás. Si tienes una mala imagen de ti misma, puedes llegar a pensar que no mereces la atención ni el afecto de los demás, y eso te llevará, inevitablemente, a situaciones sociales comprometidas. Es habitual que las personas con baja autoestima eviten el saludo al pensar que el otro no tiene ganas de verlo, o que será una molestia.

El psicólogo Marcelo R. Cebeiro sugiere que los individuos con baja autoestima tienden a percibir las interacciones sociales de manera más crítica, y temen que su presencia no sea deseada. Por esta razón, pueden evitar incluso los gestos más sencillos, como saludar, por miedo a ser rechazados o ignorados.

La influencia de las costumbres y la cultura

Es importante recordar que no todos los contextos sociales o culturales tienen las mismas expectativas en cuanto a los saludos. En algunas culturas, el saludo no es una práctica tan común o no se lleva a cabo con las mismas normas que en la nuestra. En algunos lugares, el acto del saludo depende de ciertas normas sociales o jerarquías que determinan quien debe iniciar la interacción o en qué circunstancias puede hacerse.

Por ejemplo, en ciertas regiones de Asia, saludar en situaciones informales puede no ser necesario. Por eso, es posible que, si te encuentras con un vecino de nacionalidad asiática en el ascensor, no te salude. No es falta de educación, es simplemente una diferencia cultural.

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