Cuidado con aquello que te tomas de forma personal. Pasamos la vida enfadados, tristes y decepcionados por tomarnos las palabras de los demás como algo personal. Es desagradable enfrentarnos a personas que nos atacan, nos hieren o no se comportan de la mejor forma posible con nosotros. Pero, ¿es algo personal? ¿Deberías darle más vueltas de lo necesario?
Aurora Michavila –experta en comunicación verbal y no verbal y conferenciante internacional– tiene claro que no. “Yo solo hay una cosa que sí me tomaré personal”, nos explica en sus redes sociales, “porque todas estas situaciones que te voy a contar ahora lo único que hacen es que me enganche, cuando en realidad, lo que sucede tiene más que ver con lo que le pasa al otro que conmigo”.
Si seguimos sus consejos, podemos descartar cuatro tipos de comentarios que no deberían importarnos lo más mínimo. Basta con ignorarlos para que pierdan su fuerza. Y así podremos identificar aquello en lo que sí debemos invertir nuestro tiempo para reaccionar.
Un ataque personal
El primer tipo de comentario sobre el que nos advierte la experta son los ataques personales en medio de una discusión. Por ejemplo, que alguien te diga “lo que pasa es que tú te crees mejor que nadie”. Michavila nos recomienda no reaccionar ni tomárnoslo de forma personal.
Este comentario, nos explica Michavila, probablemente surja “porque la otra persona se ha quedado sin argumentos o no sabe autorregular sus emociones, y dispara como mecanismo de defensa”.
Consejos gratuitos
Otra situación, desagradable y habitual, ante la que Michavila nos recomienda no reaccionar, son los famosos consejos gratuitos. Te desahogas con alguien sobre que vas justa de tiempo, y te responde “a lo mejor, deberías organizarte mejor y no perder tanto tiempo”.
“Si no te conoce, invierte más tiempo en resolver tu vida que en hacerte preguntas para entender tu contexto, no merece que dignifique su osadía dándole explicaciones”, sentencia la experta en comunicación.
Actitudes fuera de lugar
A veces, en medio de una conversación o debate alguien salta con un comentario que no entendemos de dónde viene. Parece salido de la nada, es totalmente gratuito y está fuera de lugar. Por ejemplo, podrían decirte “mira, vamos a dejarlo aquí, que me pones enferma y no tengo más ganas de hablar contigo”.
Sería normal que sintieras que se trata de un ataque personal, pero Michavila nos recomienda que sencillamente lo ignoremos. “Puede que haya interpretado mal algo que tú has hecho o dicho, o que se esté dejando llevar por sus miedos e inseguridades y necesite espacio.” En cualquier caso, nos dice la experta, “está protegiendo su ego, no necesariamente te está atacando a ti”.
Contestan con monosílabos
Es muy irritante, pero no debemos tomárnoslo de forma personal. Seguro que alguna vez te ha pasado hasta con tus seres más queridos. Le preguntas a alguien, “¿vamos al cine?”, y por toda respuesta obtienes un “vale”. Insistes, “no parecer muy convencido, ¿seguro que te apetece?”. Y de nuevo, tan solo consigues un “sí”.
Solo leerlo basta para que a una le invada una ira sobrenatural, pero no te apresures. Según Michavila, “lo más probable que su mente esté en otro lugar o que esté cansado o que no tenga nada más que añadir, pero probablemente no te está castigando”.
Cuando sí debemos tomarnos las cosas de forma personal
Estos ejemplos, aunque irritantes, son casos en los que la experta nos recomienda no reaccionar. O, al menos, no sobrereaccionar. Podemos ignorarlos, marcar el límite y seguir a lo nuestro. Pero no darles más importancia de la que realmente tienen.
Entonces, ¿cuándo sí debemos tomarnos las cosas de forma personal? Para Michavila, la clave está en si percibimos “que una falta de respuesta adecuada por mi parte pone en riesgo algo que me importa y por lo que vale la pena alzar la voz.” En estos casos, dice la experta “sí, me levanto y me lo tomo de forma personal”.
El concepto es mucho más abstracto que en los casos anteriores. No es una situación única y común para todos los mortales. “Cada uno de nosotros sabe cuáles son sus líneas rojas y los temas, por lo que tiene sentido comprometer su energía. Puede que esté en riesgo tu reputación, la imagen de una persona querida, que sean comentarios despectivos recurrentes y afecten a tu salud mental…” ejemplifica Michavila.
En cualquier caso, “tú sabrás que es lo que de verdad merece tu tiempo.” Y cuando hayas descartado todo lo demás, podrás ahorrar tu energía para cuando de verdad tienes que tomarte las cosas de forma personal y defenderte con todas las de la ley.