Según un informe realizado por el Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD), el 33% de los empleados en el Reino Unido han mostrado signos de adicción al trabajo. La American Psychological Association (APA), por su parte, reportó que cerca del 25% de los trabajadores de EEUU sienten que su trabajo tiene un impacto negativo en su salud mental y en su bienestar general.
La situación, en general, ha ido empeorando con los años. Es por eso que es crucial abordar este problema desde todos los frentes posibles, desde las medidas políticas hasta la adquisición de pequeños hábitos que nos ayuden a desconectar y beneficien nuestra salud mental personal. Enrique Rojas, psiquiatra y autor del libro Comprende tus emociones, recomienda adquirir tres hábitos en particular que pueden ayudar, de forma práctica y eficaz, a desconectar del trabajo.
Adictos al trabajo
Todos, en menor o mayor medida, hemos sentido alguna vez la incapacidad de desconectar de lo que sucede en nuestra vida profesional cuando el horario laboral llega a su fin. Son muchos los factores que pueden influir en esta relación negativa con el trabajo, pero sus consecuencias son siempre las mismas.
Estrés crónico, fatiga, agotamiento, problemas del sueño, impacto negativo en las relaciones personales y hasta problemas de salud física. La adicción al trabajo y el estrés laboral pueden arrasar el bienestar de una persona en poco tiempo, si no se aprende a desconectar.
Y es que, tal y como explica Enrique Rojas, “aprender a desconectar es equilibrio psicológico”. Es un arte saber no llevarte los problemas a casa, ser capaz de dejarlos fuera. Y aunque no es una tarea sencilla, para conseguirlo hay algunas estrategias prácticas que pueden cambiarte la vida.
Hábitos que ayudan a desconectar
La incapacidad de desconectar del trabajo, así como la adicción al trabajo, puede generar altos niveles de estrés y ansiedad. Estos se manifiestan en el cuerpo por medio del cortisol y la taquicardia, trayendo a nuestra mente emociones como la desesperación, el desasosiego o la tristeza persistente.
Es por eso que desconectar es esencial, en especial ahora que la vida parece ir cada vez más rápido y que la adicción al trabajo se ha convertido en un problema que llega a afectar casi un tercio de la población. Porque desconectar, ya sea por medio de las prácticas que te recomendamos a continuación o por cualquier otro medio, es sinónimo de relax. Y nada es más importante que la calma y la relajación para la salud mental.
El deporte
La primera estrategia que nos propone Enrique Rojas para combatir el estrés laboral y aprender a desconectar es incluir algo de deporte en nuestra rutina. La actividad física regular es una de las formas más efectivas de reducir el estrés.
Esto se debe a que, cuando hacemos ejercicio, liberamos endorfinas. Estas hormonas, conocidas como “hormonas de la felicidad”, actúa como calmantes en nuestro organismo, generando una sensación de satisfacción y plenitud que tiene un efecto beneficioso sobre la salud mental.
El deporte, además, puede ayudar a canalizar la energía y la tensión acumulada durante la jornada laboral, algo esencial para desconectar del trabajo.
Si después de trabajar, dedicas unos treinta minutos a hacer algún ejercicio que te guste, conseguirás mejorar tu salud mental y pondrás una barrera entre la vida laboral y la personal. Además, dedicarte tiempo de calidad y cuidar de ti misma, de tu cuerpo y de tu salud, te hará sentir más conectada contigo misma.
La naturaleza
Desde hace algunas décadas, la psicología estudia el fenómeno de la biofilia. Está demostrado que rodearnos de entornos naturales, compartir tiempo con mascotas o algo tan sencillo como estar en presencia de animales, puede regular nuestro estado de ánimo.
El contacto con la naturaleza mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y puede aumentar la capacidad de concentración.
Es por eso por lo que incluir en tu rutina un paseo por la naturaleza justo después de trabajar puede ayudarte a desconectar de la jornada laboral, y llegar a casa más relajada y tranquila. Basta con dar un rodeo y pasear por algún parque, o unir este consejo con el anterior y salir a correr por algún entorno natural, para que la mente se calme y la ansiedad descienda.
La lectura
En último lugar, Enrique Rojas nos propone adquirir el hábito de la lectura como estrategia de desconexión. Y puntualiza que se trata de encontrar una buena novela que leer. Está bien dedicar tiempo de lectura a libros que te enriquezcan profesional y personalmente, pero las novelas tienen un poder increíble sobre la mente, en especial cuando son buenas.
Rojas define como “buena novela” a aquella que consigue atraparte y que te obliga a dejar lo que sea que estés haciendo, para seguir leyendo y averiguar hacia adonde avanza la trama, qué va a suceder con los personajes. Estos elementos obligan a la mente a alejarse del trabajo, a desconectar de verdad.
Además, leer estimula la imaginación, el pensamiento crítico y mejora la concentración. Es un hábito placentero que, está demostrado, reduce el estrés y la ansiedad. De hecho, leer un poco cada noche puede mejorar la calidad del sueño, dado que genera un estado de relajación en la mente antes de ir a dormir.