Los geranios, con sus coloridas y abundantes flores, son una de las plantas más características de los balcones y alféizares de las ventanas en España durante la primavera y el verano.

Esta planta, que es bastante resistente y se adapta bien a una gran variedad de climas (siempre que no haya heladas), necesita algunos cuidados para crecer bien. Entre ellos, una poda adecuada y realizada en el momento preciso nos asegurará una buena producción de flores en la siguiente temporada de floración. 

¿Cuándo hay que podar los geranios?

Los geranios son un grupo de plantas que comprende más de 400 especies de los géneros Geranium y Pelargonium. Los del género Pelargonium, originarios de Sudáfrica, son los más habituales en los balcones y alféizares de los hogares españoles por su aspecto más colorido, en especial el Pelargonium zonale (conocido como geranio común). 

Las diferentes especies difieren en el aspecto de sus hojas, estructura de crecimiento y flores (que pueden ser de diferentes colores: blanco, rosa, rojo, amarillo, naranja, morado…), pero requieren unos cuidados parecidos.

Los geranios florecen en primavera y verano, su estación de máximo esplendor. Para que año tras año sigan floreciendo, conviene podarlos una vez termina su floración y han perdido todas las flores, en otoño. Así, además de favorecer su crecimiento los prepararemos para resistir el invierno. 

Otra época en la que podemos podar los geranios, en caso de que no lo hayamos hecho en otoño, es al finalizar el invierno, antes de que comience la primavera

¿Cómo se podan los geranios?

geranio

Podar los geranios es muy recomendable para mantener la planta joven, vigorosa y equilibrada y para, como decíamos antes, favorecer su floración futura.

El objetivo de la poda es dejar la planta limpia y compacta, sin tallos que crezcan descontrolados y espigados. Por lo tanto, al podar hay que eliminar todos los tallos que sobresalen, aquellos que han ido creciendo en exceso a lo largo de la primavera y el verano. 

También hay que eliminar las hojas viejas o deterioradas y los tallos enfermos, débiles o dañados, que restan vigor al resto de la planta. 

Asegúrate de que tus tijeras de podar estén afiladas y desinfectadas (para evitar infecciones cruzadas), selecciona los tallos a cortar y hazlo por encima de los nudos (por los que brotarán nuevos tallos, hojas y flores), dejando un par de centímetros. 

Reproducir los geranios

Los tallos sanos que has cortado en la poda pueden servirte de esquejes para reproducir la planta y tener nuevos geranios, si lo deseas.

Para ello, solo tienes que eliminar las hojas y ramitas sobrantes de los tallos cortados, y plantarlos en una maceta con una mezcla de sustrato universal, un poco de perlita y un poco de humus, apretándolos suavemente en la tierra.

Riégalos un poco para que se asiente la nueva planta y colócalos en una zona en la que tengan mucha luz, pero no sol directo. 

Otros cuidados esenciales para los geranios

Estos son los cuidados básicos que necesita el geranio para crecer bien: 

  • Clima: prefiere los climas templados y hay que evitar las heladas, que podrían matarlo. En caso de que en tu zona haya heladas, conviene entrar el geranio dentro de casa o taparlo con una mantita antes de que empiecen.
  • Luz solar: es una planta que necesita mucha luz, aunque los rayos solares directos de las horas centrales del día (especialmente en verano) pueden dañar las flores. 
  • Riego: el agua es un factor importante para los geranios y necesitan un riego moderado pero constante, en especia en verano. Hay que vigilar que no se seque, por lo que hay que controlarla a menudo cuando la temperatura es muy cálida. Hay que evitar que se encharque para que no se pudran las raíces.  
  • Drenaje: como ocurre con la mayoría de plantas, es importante que la maceta tenga un buen drenaje para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces. 
  • Abono: ayudará al crecimiento y la floración del geranio. Idealmente, hay que abonar antes de la floración, para potenciarla. 
  • Plagas: su principal plaga es la mariposa africana (también denominada taladro del geranio), que afecta principalmente al tallo. En el mercado existen productos específicos para eliminarla (conviene optar por los ecológicos), pero hay que ser constante en su uso porque es bastante difícil de eliminar.