Los higos han sido una parte integral de la dieta mediterránea durante siglos, y con razón. Es un fruto delicioso, rico en fibra y antioxidantes y repleto de beneficios para la salud que, desgraciadamente, tiene una temporada muy corta, así que conviene aprovecharlo al máximo mientras aun se encuentra en el mercado. Y que mejor manera de hacerlo que preparando una mermelada de higos casera para poder disfrutar más tiempo de su dulzor.
Receta de mermelada de higos casera (muy fácil)
La mermelada de higos es ideal para disfrutar sobre una tostada en desayunos y meriendas o como acompañamiento de quesos veganos, en ensaladas… tú eliges en que plato disfrutarla. Te explicamos cómo hacer una receta tradicional y muy sencilla. Si quieres una mermelada de higos más exótica e innovadora, prueba a añadir melocotón y jengibre o canela, combinan a la perfección con el higo.
Ingredientes:
- 500 gramos de higos frescos y maduros
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 1 taza de azúcar integral de caña (puedes adaptar la cantidad en función del dulzor de los higos)
- Agua (si es necesario para hacer la mermelada más líquida)
Instrucciones:
- Lava los higos, quítales la piel y córtalos en trozos pequeños.
- En una cacerola grande de fondo grueso, pon los higos, el azúcar integral de caña y el zumo de limón y mézclalo bien todo. Déjalo reposar durante unos 30 minutos.
- Coloca la cacerola en el fuego a fuego medio y lleva la mezcla a ebullición, removiéndolo todo el rato para que no se pegue.
- Cuando empiece a hervir, baja el fuego y sigue cocinándolo durante unos 20-30 minutos, mientras sigues removiéndolo a menudo. Verás como va espesándose. En caso de que se espese demasiado puedes añadir un poco de agua para diluirlo.
- Una vez la mermelada tenga la consistencia adecuada, retírala del fuego y déjala enfriar unos minutos. A continuación (mientas está aún caliente), viértela en tarros esterilizados, ciérralos y déjalos enfriar (oirás como se sellan).
Beneficios y propiedades de los higos
El higo es una fruta típicamente mediterránea, muy nutritiva y aromática. Existen multitud de variedades distintas, pero en España las más habituales son la Blanca de Maella, la Napolitana Negra, la Colar, la Burjasot, el Cuello de Dama Blanca y Negra o la Moscatel.
Aunque solemos creer que es muy calórica, lo cierto es que fresca aporta pocas calorías más que una manzana (74 por 100 gramos). Su aporte de grasas y proteínas es muy bajo.
Los higos son una gran fuente de fibra, que ayuda a tener una buena salud digestiva al suavizar y agregar volumen a las heces y prevenir el estreñimiento. Promueve la sensación de saciedad, con lo que puede ser útil en personas que quieren bajar de peso.
Asimismo, contienen polifenoles y flavonoides, compuestos vegetales con propiedades antioxidantes que ayudan a proteger a las células del daño oxidativo causado por los radicales libres (que pueden tener un papel importante en el desarrollo de diversas enfermedades crónicas y el envejecimiento).
Aporta también minerales como el calcio, el magnesio y el potasio, que se encuentran especialmente concentrados en el higo seco. De hecho, el higo es la fruta que más calcio contiene (35 mg por 100 g). También contienen vitaminas como la vitamina K, la vitamina A, la vitamina B6 y varias vitaminas del grupo B. Todos estos nutrientes tienen varios beneficios para la salud, por ejemplo, contribuyen a la salud ósea y del corazón.
En la mermelada, muchos de los nutrientes de los higos se conservan, como la fibra, las vitaminas, los antioxidantes o los minerales, aunque su concentración puede ser menor que en la fruta fresca. En cuanto al aporte calórico, obviamente será mayor en la mermelada y conviene tomarla con moderación.
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