Si eres una apasionada de las fiestas, quizá te cueste imaginarlo. ¿Por qué alguien odiaría la Navidad? Pero lo cierto es que las estadísticas lo dejan claro. Según el I Observatorio de la Navidad de España, el 33% de los españoles aseguran que no les gusta la Navidad. El 27% confirma que les agrada entre poco y nada. Y un alarmante 6% directamente la odia.

Pero ¿cómo es posible que tantas personas sientan rechazo por estas fechas que, según la teoría, son para compartir, disfrutar y dar rienda suelta a la ilusión? La psicología nos revela cuáles son las causas de esta creciente aversión hacia la Navidad.

El síndrome de la silla vacía

En el Teléfono de la Esperanza han acuñado este término para referirse a esas emociones contradictorias que muchos sentimos en estas fiestas cuando echamos de menos a un familiar fallecido o ausente, que entra en conflicto directo con el aire festivo de las fechas. Según el estudio que hemos citado anteriormente, esta es la principal causa por la que tanto detestan las fechas: la nostalgia. El sentimiento aumenta durante la Navidad en el 60% de las mujeres y el 47% de los hombres que encuestaron. Además, el 35% de las mujeres aseguraban sentirse más tristes durante estas fechas.

Y es que, aunque asociamos socialmente la Navidad con la felicidad y la armonía, lo cierto es que no todos vivimos igual estas fechas. Así lo asegura Silvia Sumell, profesora colaboradora con la Universidat Oberta de Catalunya. “Depende de las circunstancias vitales de cada uno de nosotros”, asegura, destacando como especialmente conflictivas “tener personas queridas o familiares hospitalizados, ser inmigrante, estar privado de libertad, tener muy pocos recursos básicos, estar pasando por un proceso de duelo, sentirse solo, pasarlo mal por la ausencia y la añoranza de un ser querido, etc.”

A esta nostalgia navideña se le suma otro problema grave que nos afecta en estas fechas: la soledad, declarada problema de salud pública por la OMS. Un informe del Instituto Nacional de Estadística revela que el 25% de las personas mayores de 60 años se sienten más solas en Navidad que durante el resto del año.

El síndrome del villancico

Es comprensible que, en condiciones complicadas, la Navidad se convierta en una fuente de tristeza. Pero ¿y qué hay de aquellos que odian la Navidad siempre, independientemente de las circunstancias? Algunos terapeutas lo llaman síndrome del villancico, y tal como explica Sumell, se refieren a “el exceso de consumismo, la obligatoriedad de estar felices, reencontrarnos con personas que no nos caen bien o con las que tenemos conflicto”, así como otras tantas cosas que nos generan estrés.

Porque lo que revela un informe realizado por Nascia, el estrés es la segunda causa por la que más personas odian la Navidad. De hecho, según el estudio, el 65% de sus participantes sufrían ansiedad y estrés generalizado desde los días previos a las fiestas hasta la finalización de estas.

Entre los principales factores de estrés, los participantes señalaron estos como los más preocupantes:

  • Aglomeraciones.
  • Tener que ir a un centro comercial en plena campaña navideña.
  • Pensar en todo el dinero que tienen que gastar.
  • Comprar regalos a tanta gente.
  • No saber qué regalos escoger.

Este estrés continuo, explica Sumell, puede causar síntomas que se asocian a la depresión como “tristeza, rabia, ganas de llorar, desánimo, pocas ganas de hacer cosas, apatía, irritabilidad, sensación de estar más susceptible y, muchas veces, una elevada ansiedad”. Los expertos de Nascia aseguran, además, que los participantes de su estudio experimentaron también insomnio, dolores de cabeza, dolores musculares, problemas estomacales, exceso de pensamientos negativos, mayor irritabilidad y sensación de falta de control.

¿Cómo evitar que las Navidades se conviertan en un infierno?

Con todo esto encima, no es de extrañar que tantas personas odien la Navidad. Pero ¿cómo podemos evitar que todas estas emociones nos impidan disfrutar de las fiestas? Para Sumell, la respuesta pasa por “aceptar nuestras emociones o sentimientos, incluso cuando conviven con fechas en que se espera que seamos felices”.

Además de darnos “permiso” para estar tristes o no tan felices en estos días, es importante que diferenciemos entre ser o estar. Que no te apetezca celebrar en estas fiestas no te convierte en un Grinch. Es importante que te comuniques con los demás, expliques por qué no te apetece, no porque se lo debas a nadie, sino para evitar que se sientan responsables de tu malestar. Y sobre todo, “evitar aspirar a la perfección en estas fechas”.

La psicóloga recomienda también “intentar organizarse y hacer las tareas necesarias con la máxima antelación”, puesto que “no va bien dejarlo todo para el último momento. Añade como recomendaciones pedir ayuda si lo necesitas, no querer hacerlo todo tú misma y atreverte a decir que no. Las cifras demuestran que poner en prácticas estas recomendaciones puede mejorar tu relación con las fiestas, para pasar a formar parte de ese 41% de personas que afirman que estas fechas les gustan mucho. O mejor aún, a ese 26% que las adora.