A veces la realidad está a la altura de la imaginación. Si visualizas un paisaje típicamente gallego, húmedo, verde, misterioso, con sus árboles retorcidos, un monasterio abandonado de antiguas piedras cubiertas de musgo, el murmullo de un río cristalino y, de propina, un trío de cascadas espectaculares… puedes verlo con los ojos abiertos en un rincón de Galicia del que probablemente no has oído hablar, pero que te está esperando.  

Primeras pistas: el rincón mágico se encuentra en el concello de Lousame, a pocos kilómetros de Noia, en la provincia de A Coruña, a una hora en coche desde la capital provincial y a 25 minutos desde Santiago de Compostela.  

Las fervenzas de Toxosoutos: cómo llegar 

Cuando llegues allí, te sentirás en un mundo remoto; sin embargo, está a un paso de la civilización. Acceder a este paraíso natural es sorprendentemente sencillo, pues se encuentra junto a la carretera del Corredor Brión-Noia (CG-1.5). 

Desde la cascada de San Xusto a la "fervenza" secreta
Wikiloc

Si vas en coche, puedes aparcar junto al Monasterio de San Xusto de Toxosoutos, donde ahora se yerguen una iglesia del siglo XVIII, un albergue, un palomar, algunos molinos y huertos.

Toma el sendero junto al río y a los pocos metros encontrarás las dos cascadas o "fervenzas" de Toxosoutos.

Si sigues el curso del río, llegarás hasta la tercera cascada justo a la aldea de San Paio.

Tres cascadas espectaculares

El río San Xusto es el verdadero protagonista de este enclave al discurrir entre árboles y precipitarse desde unos 10 metros de altura en varias espectaculares cascadas o "fervenzas", como se denominan en gallego.

cascada toxosoutos

Cascada de Toxosoutos

Instagram. @travel_live_van

Dos cascadas, la de Toxosoutos y la de San Xusto, se encuentran junto al monasterio, separadas por unos metros de sendero y un puente de madera, y son las más visitadas. La de San Xusto es especialmente bonita por la ancha cortina de agua que cae limpiamente sobre una poza cristalina.

La tercera cascada, unos dos kilómetros más abajo en el curso del río, es conocida como la "fervenza secreta" y seguramente la más impresionante por la fuerza con la que cae el agua. 

Las tres cascadas forman pozas transparentes y tranquilas donde te puedes bañar en verano si no eres friolero. En esta estación es cuando hay menos agua, pero es suficiente para llevarse una buena impresión y unas fotos excepcionales. 

Las mejores estaciones para visitar las "fervenzas" son primavera y otoño, porque la vida en el bosque está en su mejor momento y el agua fluye abundante debido a las lluvias estacionales. Pablo Vázquez nos la descubre en su cuenta @gallegoviajero y nos invita a disfrutar de una ruta circular de poco más de 2km que lleva hasta ella:

Vayas cuando vayas, llévate calzado de montaña adecuado y ten mucho cuidado, porque las piedras están siempre húmedas y es fácil resbalar. 

La experiencia del bosque atlántico

Las cascadas no son el único motivo para visitar el lugar, pues el entorno es un gran ejemplo de bosque atlántico gallego, habitado por "carballos" (robles), "ameneiros" (alisos) y "loureiros" (laureles), además de una rica alfombra de helechos, hiedra y musgo que cubre prácticamente cada palmo de terreno.  Un lugar ideal para darse un baño de bosque y relajar todos los sentidos.

La banda sonora corre a cuenta del río, el canto de los pájaros y el crujir de las ramas bajo nuestros pies. Los entornos naturales ricos en recursos hídricos y biodiversidad favorecen con sus sonidos los estados meditativos, de ahí que sean la base de las meditaciones sonoras más relajantes.

Un monasterio de leyenda 

El protagonista indiscutible de este entorno es el Monasterio de San Xusto de Toxosoutos. Su historia se remonta al siglo XII, cuando un monje llamado Pedro Crescón vendió estas tierras a dos caballeros de la corte de Alfonso VII, Froylán Alonso y Pedro Muñiz de Carnota.

Monasterio de Toxosoutos
iStock

Estos nobles, deseosos de retirarse de la vida militar, encontraron en este rincón bañado por el río San Xusto el lugar perfecto para su retiro espiritual, sin abandonar los "negocios": fundaron un monasterio que extendió sus posesiones hasta Zamora y Portugal. Después de siglos de esplendor, en el XIX el monasterio fue abandonado. 

Las "fervenzas" de Toxosoutos es uno de esos secretos bien guardados de la Galicia interior. A diferencia de otros destinos más promocionados, este enclave de gran valor natural mantiene su autenticidad. Si lo visitas, te llevarás la impresión de que te has encontrado un tesoro que pocos conocen.

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