Los ácidos grasos omega-3 y omega-6, entre los cuales se encuentran los ácidos grasos esenciales, son los más conocidos e investigados, pero los ácidos grasos omega-7 también cumplen importantes funciones en el organismo. Por ejemplo, contribuyen regular los niveles de colesterol en sangre.
¿Qué son los omega-7?
Los omega-7 no son ácidos grasos esenciales, es decir, el cuerpo puede sintetizarlos por sí mismo, por lo que no necesita conseguirlos de los alimentos. Pertenecen al grupo de los ácidos grasos monoinsaturados, como el también beneficioso y no esencial ácido oleico del aceite de oliva.
Dos ácidos grasos forman este pequeño grupo, el ácido palmitoleico y el ácido vaccénico. Este último solo se encuentra en alimentos de origen animal, especialmente en los lácteos de vaca. También se halla en la leche materna humana.
El ácido palmitoleico se encuentra en grasas animales y también en frutos secos y semillas. Las nueces de macadamia destacan por su contenido en omega-7.
¿Para qué son importantes los omega-7?
El ácido palmitoleico se comporta de forma similar a una hormona, que se libera del tejido adiposo e interactúa con otros órganos. Pero a diferencia de lo que ocurre con los omega-3 y omega-6, los científicos aún no han podido determinar ninguna relación causal entre una deficiencia de omega-7 en el cuerpo y algún problema de salud.
Sin embargo, los investigadores sí han podido demostrar que el ácido palmitoleico está involucrado en la regulación metabólica y tiene un efecto positivo sobre la sensibilidad a la insulina y la formación de enzimas y citocinas en animales.
Por tanto, el ácido palmitoteico omega-7 podría participar en la prevención de la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes.
Además, ingerir o consumir alimentos que contienen omega 7 puede ayudar a sentirte saciado por más tiempo porque interactúan directamente con las hormonas de la saciedad.
En 2013, científicos asiáticos descubrieron que las ratas consumían menos comida después de la administración de ácido palmitoleico, porque aumentaba la liberación de la hormona de la saciedad, la colecistoquinina (CCK).
En 2014, investigadores del departamento de veterinaria de la Universidad de Clemson (Carolina del Sur, EE.UU.) descubrieron que los ácidos grasos omega 7 pueden ayudar a normalizar los niveles de lípidos en sangre y estimular la combustión de la grasa.
Alimentos ricos en omega 7
Aunque el cuerpo es capaz de producir suficiente omega 7 por sí solo, hay algunos alimentos que demuestran ser excelentes fuentes.
Las nueces de macadamia destacan con un 36% de ácido palmitoleico entre sus grasas, casi 6 veces más que la media de los frutos secos.
Otro alimento rico en omega 7 es el espino amarillo. Además el espino amarillo tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, así como protectoras para las células y el hígado.
Los aguacates son también ricos en ácido palmitoleico, aunque contienen más ácido oleico.
Cómo el omega 7 puede ayudar a perder peso
En 2008, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que los ácidos grasos omega 7 están involucrados en ciertos procesos metabólicos. El ácido palmitoleico fue identificado como el primer ácido graso que parece tener una función hormonal.
Según resultados de estudios anteriores, este ácido graso omega 7 actúa en procesos fisiológicos del hígado y en las células musculares.
En el hígado asegura un menor almacenamiento de células grasas. Esta propiedad podría ser efectiva en la pérdida de peso. Además, los investigadores de Harvard descubrieron que el ácido palmitoleico aumenta la sensibilidad a la insulina y previene la sobreproducción de insulina. Una ingesta suficiente de ácidos grasos omega 7 podría prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2.
Sin embargo, para adelgazar sería absurdo consumir grandes cantidades de aguacates y nueces de macadamia. Ambos son muy ricos en grasas y calorías, a pesar de ser grasas de alta calidad.
Pero tiene sentido preferir el aguacate a una margarina para desayunar con una tostada o meriendas unas macadamias en vez de un producto de bollería industrial.
Referencias científicas: