Un estudio publicado en la revista Clinical nutrition muestra que una dieta enriquecida con nueces expresa dos genes relacionados con el metabolismo: la glicina amidinotransferasa y la arginina deiminasa. Estas enzimas están involucradas en vías metabólicas que pueden afectar la protección cardiovascular. Además, los resultados del estudio amplían la comprensión de la modulación del microbioma intestinal relacionada con las nueces.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial y los factores dietéticos están asociados con más de la mitad de todas las muertes ocasionadas por estos trastornos. Según los investigadores, la evidencia sugiere que el microbioma intestinal puede contribuir o prevenir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Las nueces pueden prevenir enfermedades cardiovasculares
Los resultados indican que la ingesta de nueces puede aumentar la producción endógena de homoarginina a través de la regulación positiva de GATM (glicina amidinotransferasa) mediada por la microbiota intestinal. Según los investigadores, este es un mecanismo novedoso mediante el cual las nueces pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
En el estudio, los científicos incluyeron un metanálisis de 26 ensayos controlados que demostraron que las dietas enriquecidas con nueces mejoran el colesterol total, los triglicéridos y la apolipoproteína B (una proteína que ayuda a transportar grasa y colesterol por el cuerpo) en comparación con las dietas de control.
Los investigadores habían demostrado antes, mediante la secuenciación del ARNr 16S, que una dieta enriquecida con bacterias que contienen nueces está involucrada en la producción de ácidos grasos de cadena corta, así como en el metabolismo de los elagitaninos.
Más nueces, menos enfermedad cardiovascular
El consumo regular de nueces está inversamente asociado con el riesgo de enfermedad cardiovascular, y los ensayos controlados aleatorios muestran pruebas sólida de que las nueces mejoran los principales factores de riesgo, incluidos los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
El estudio incluyó a 35 participantes cuyas muestras de heces se analizaron después de recibir una dieta con nueces, una dieta combinada con ácidos grasos de nueces o una dieta con ácido oleico (principal componente del aceite de oliva). Los investigadores utilizaron un proceso llamado metatranscriptómica para medir un perfil completo de expresión genética y estimar la función del microbioma.
Las nueces colaboran con la microbiota intestinal
Los hallazgos revelaron una mayor expresión de la glicina amidinotransferasa de Gordonibacter en quienes seguían una dieta de nueces. Gordonibacter forma parte de la microbiota intestinal humana y puede metabolizar los polifenoles de la dieta (incluidos los elagitaninos) en metabolitos bioactivos conocidos como urolitinas.
Investigaciones anteriores han demostrado que las urolitinas pueden influir en la salud cardiovascular, incluida la hipertensión, la aterosclerosis, el infarto de miocardio, la isquemia-reperfusión miocárdica, la fibrosis cardíaca, la arritmia y la miopatía.
¿Cuántas nueces hay que consumir al día?
Tradicionalmente, basándose en otros estudios, se ha recomendado consumir de 5 a 7 nueces diarias, sin embargo, en la investigación mencionada se administraron 57 g de nueces al día a los participantes.
Hay que destacar que contienen no solo los elagitanos que se han probado beneficios en el mecionado estudio, sino que también aportan una dosis alta de ácidos grasos omega 3, que son antiinflamatorios y especialmente beneficiosos para la salud del sistema cardiovascular. Las nueces contienen asimismo vitamina E, proteínas, fibra, minerales y vitaminas del grupo B.
Referencias científicas: