En España, el 63,7% de los hombres y el 48,4% de las mujeres tienen exceso de peso, y un 19,3% de los hombres y un 18,0% de las mujeres padecen obesidad.

Por lo tanto, existe un gran interés por los consejos para perder peso. Los hay útiles y menos útiles. Uno de ellos es la suposición de que la comida picante estimula tu metabolismo y te ayuda a perder peso. Un estudio transversal con ciudadanos estadounidenses examinó recientemente el impacto de los chiles en el índice de masa corporal y el riesgo de obesidad, pero el resultado fue inesperado.

Para determinar con qué frecuencia los participantes comieron chile durante el último año, completaron el llamado cuestionario de frecuencia de consumo. Este método típico en los estudios científicos permite registrar la ingesta habitual de alimentos y obtener información sobre toda la dieta.  Según su información, los participantes se dividieron en tres grupos:

  • No consumidores de chile (ni una vez al mes)
  • Consumidores ocasionales de chile (no más de una vez por semana)
  • Consumidores frecuentes de chile (al menos una vez a la semana)

Comer chiles aparentemente aumenta el riesgo de obesidad

El grupo que ocasionalmente comía chile fue el más grande, con un 74% de los participantes. En contraste, el 17% nunca comió chile y el 9% consumió a menudo pimientos picantes.

Con respecto a ciertos hábitos de estilo de vida y otros factores de riesgo potencialmente asociados con la obesidad, los participantes informaron si fumaban (45%), bebían alcohol (70%), tenían presión arterial alta (36%) o diabetes. 

Cuando los investigadores analizaron los datos, teniendo en cuenta las variables mencionadas anteriormente, así como otros factores, como la edad, el sexo y el nivel educativo, encontraron que una mayor frecuencia de consumo de chile se asociaba con valores más altos de IMC y una mayor prevalencia de la obesidad (número total de casos).

En comparación, los sujetos que comían chiles con frecuencia tenían un valor de IMC promedio 0,71 unidades más alto que los sujetos que nunca comían chiles.

La prevalencia de obesidad aumentó un 37% en el grupo de consumo ocasional respecto a los no consumidores y un 55% en los de mayor consumo.

El efecto es más pronunciado en mujeres y personas mayores

El análisis de subgrupos reveló que las variables género y edad modificaron significativamente la asociación entre la frecuencia del consumo de chile y la prevalencia de obesidad.

El efecto fue más pronunciado en mujeres y personas de 60 años o más que en hombres y personas menores de 60 años. El efecto sobre el IMC sólo fue más pronunciado en las mujeres.

Los autores del estudio explican que sus resultados concuerdan con estudios previos de la región asiática, que también encontraron una conexión positiva entre la obesidad y el consumo regular de comida picante. Su investigación ha sido la primera en observar la misma asociación en la población estadounidense.

Aunque un punto fuerte del estudio es que utilizó datos fiables de una encuesta representativa, hay que reconocer que un estudio transversal no puede probar la causalidad. Además, solo se registró la frecuencia de consumo; se desconoce información sobre las cantidades consumidas, los tipos de chile y su nivel de picante.

Estudios anteriores que examinaron específicamente el efecto de la capsaicina, responsable del picante, demostraron que es capaz de aumentar el consumo de calorías y regular el apetito. Sin embargo, el consumo excesivo de chile también podría conducir a una reducción de la sensación de saciedad. 

¿Debería evitar los chiles en el futuro?

La explicación de la asociación entre el chile y la ganancia de peso puede guardar relación con otros factores que acompañan su consumo.

Por ejemplo, las personas pueden consumir platos picantes que son ricos en grasas o en hidratos de carbono y, como les gusta la sensación, los podrían comerlos en exceso. 

En cambio, en las personas que no tienen preferencia por el picante y no lo consumen a menudo, consumirlo puede reducir su apetito. 

Es muy probable que el pimiento picante por sí solo no favorezca el aumento de peso. En cualquier caso, los estudios científicos llaman la atención sobre la necesidad de observar si las recetas picantes que se consumen son excesivamente calóricas. 

Referencias científicas: 

Liu, M., Zhu, Y., Wang, F. Does chili pepper consumption affect BMI and obesity risk? A cross-sectional analysis. Frontiers in Nutrition

Yang, K., Li, Y., Mao, Z. et al. Relationship between spicy flavor, spicy food intake frequency, and general obesity in a rural adult Chinese population: the RuralDiab study. Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases.