El chocolate levanta pasiones, deleita, fascina, se le ha llamado «alimento de los dioses»… Pero, ¿de dónde surge el poder del chocolate?
¿Ejerce alguno de sus componentes cambios reales en el organismo o se trata de otro mito alimentario? Hay datos que apuntan en las dos direcciones.
¿Por qué nos gusta tanto comer chocolate?
El chocolate está estrechamente asociado al placer. Su sabor, al que contribuye su contenido en azúcar, más su palatabilidad, su textura y el hecho de que se deshaga en la boca (por la manteca de cacao), favorecen esta experiencia satisfactoria.
Además, la combinación de azúcar con triptófano, un aminoácido del cacao, favorece la producción en el cerebro de serotonina, un neurotransmisor relacionado con sensaciones de bienestar. El cacao contiene también teobromina y cafeína, dos alcaloides de efecto estimulante.
Por otro lado, se sabe desde hace más de una década que en el cacao se encuentra anandamida (ananda en sánscrito significa felicidad), un derivado del ácido araquidónico que fabrica el propio cerebro y que se une a los mismos receptores cerebrales que el principio activo de la marihuana.
Los árboles del placer no deben hacernos perder de vista el bosque del bienestar.
Considerando su composición nutricional, el chocolate no se incluye entre los alimentos básicos. Ahora bien, el cacao contiene sustancias que despiertan gran interés, como los flavonoides, y en concreto un tipo de ellos: la epicatequina, el principal responsable de las funciones antioxidantes y cardiosaludables del cacao.
¿Cuánto chocolate se puede comer al día?
La recomendación o no de un alimento debe hacerse tras establecer un balance entre beneficios y perjuicios potenciales.
El consumo de chocolate también tiene sus contrapartidas. Y una de las que más peso tiene es su contenido energético, debido a la elevada presencia de azúcar y de las grasas propias del cacao.
La Unión Europea ha admitido que el chocolate pueda contener grasas vegetales distintas a las del cacao en una cantidad no superior al 5%. Con ello se abre la puerta al aceite de palma y otras grasas de escaso interés nutricional. La legislación obliga a que la composición quede recogida claramente en la etiqueta del producto.
Pero, sin duda, las 500 calorías por cada 100 gramos están ahí, y significan que una ración habitual de 20 gramos aporta unas 100 calorías. El chocolate es muy energético pero en las cantidades recomendadas el aporte calórico es bajo.
La cantidad que los expertos acuerdan como adecuada es de entre 2 y 6 gramos al día, o bien 10-15 gramos dos o tres veces a la semana. 6 g., cantidad suficiente para obtener beneficios de su consumo, aportan unas 30 calorías.
Placer y salud parecen conjugarse en el chocolate, siempre que no se olvide un principio básico de la relación con los alimentos: la moderación.
¿Es bueno el chocolate para la salud cardiovascular?
Según la Sociedad Española de Arteriosclerosis, cada vez hay más evidencias de que el chocolate negro o amargo mejora la función del corazón y de las arterias y, en definitiva, favorece la circulación sanguínea. Buenas noticias que no contradicen, sin embargo, la aconsejable moderación en el consumo.
¿Qué tipo de chocolate es mejor?
Los efectos beneficiosos del chocolate parecen deberse fundamentalmente al cacao que contiene. Así, en lo esencial, cuanto más cacao y menos cantidad de otros ingredientes, mejor.
A partir de un contenido de más del 75% de cacao, el chocolate se considera negro o amargo.
¿Qué propiedades tiene el cacao?
Además del efecto antioxidante, del que se puede beneficiar todo el organismo, hay diferentes estudios que señalan que el cacao baja la presión arterial, tanto la máxima como la mínima.
Otro efecto que se le atribuye es el de mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que puede favorecer el metabolismo de la glucosa.
¿El chocolate puede llegar a crear adicción?
Los datos actuales no indican que el chocolate pueda crear dependencia fisiológica ni que, por tanto, deba ser considerado como una droga.
Es cierto, sin embargo, que muchas personas experimentan un deseo intenso de consumirlo por el placer que les proporciona, lo que podría considerarse una dependencia psicológica.
¿Es mejor el chocolate con frutos secos?
Muchas recetas y chocolates comerciales incluyen almendras o avellanas, alimentos con un elevado valor nutricional y un perfil de grasas saludables.
Pueden, pues, ser una buena opción, aunque interesa que el chocolate en el que se bañen mantenga una elevada proporción de cacao.
¿El pan con chocolate es saludable?
Constituye una propuesta saludable que se puede tomar una o dos veces por semana.
La merienda de muchos niños se basa hoy en productos de bollería muy calóricos y con un contenido en grasas desfavorable. Un pedazo de buen pan con 10-15 g de chocolate negro resulta más interesante.
¿El chocolate tiene efecto antidepresivo?
Comer chocolate, si a uno le gusta, proporciona momentos de satisfacción, que son muy escasos o están ausentes cuando la persona se encuentra deprimida. Probablemente su «efecto antidepresivo» no vaya más allá de ahí.
Es importante gozar de buenos momentos, pero también diversificar las fuentes de disfrute.
¿Es verdad que el chocolate produce acné?
A algunas personas les aparecen granos cuando comen chocolate. Esto ocurre en pieles predispuestas y sensibles.
Las personas sensibles deben observar cómo reacciona su cuerpo y actuar en consecuencia. Pero decir que el chocolate provoca acné, de forma generalizada, no responde a hechos observados.