Aunque actualmente puedes encontrar fresas todo el año gracias a los invernaderos, lo ideal es consumirlas en su temporada, cultivadas de la forma más natural posible y mucho mejor de precio. Esto hace que aprovechemos y las cojamos en grandes cantidades pero, cuál es nuestra sorpresa y decepción cuando vemos que enseguida comienzan a estropearse. Y es que, aunque el 99% de ellas estén estupendas, basta con que una tenga un poquito de moho para que se extienda a una velocidad vertiginosa.
Por eso, lo recomendable es que en cuanto llegues a casa, las saques de su caja o envase y las revises una a una retirando las que no estén bien, ya sean golpeadas, picadas o con moho. Si no las vas a consumir todavía, no las laves ni les quites el tallito, simplemente ponlas en un recipiente de cristal y, en cuanto puedas, pon en práctica el truco de experto que te contamos a continuación.
El truco avalado por la ciencia
Ciencia y cocina están íntimamente relacionados, tal como demuestra Heinz Wuth de @soycienciaycocina, quien recomienda la termoterapia para evitar que las fresas se estropeen rápidamente. ¿Y en qué consiste exactamente este proceso? La idea es que cojas las fresas tal cual, o sea enteras y con su tallo, y las sumerjas 30 segundos en agua caliente entre 50 y 60 ºC. ¿No tienes termómetro de cocina? Soluciónalo mezclando a partes iguales agua hirviendo y agua fría.
El siguiente paso es escurrirlas y enjuagarlas con agua fría. Sécalas con papel absorbente y disponlas en un recipiente hermético o bien tapado con film transparente. Guárdalas enseguida en la nevera. Cuando vayas a consumirlas, solo tendrás que quitar el tallito y prepararlas como más te gusten.
¿Cuál es la explicación científica para que este truco funcione? Al sumergir las fresas en agua caliente se eliminan las bacterias y hongos de la superficie, con lo que si además las mantienes bien tapadas y conservadas pueden llegar a durarte hasta 1 semana. En cualquier caso, te aconsejamos que las consumas cuanto antes para poder disfrutar de todo su sabor.
Cómo lavar las fresas para que no se estropeen
La fresa es una fruta muy frágil así que hay que es importante lavarlas con cuidado para que no se estropeen. El principal error que cometemos es lavarlas bajo el chorro del grifo, con lo que pueden resultar magulladas durante el proceso acelerando su deterioro.
Lo primero que tienes que hacer es lavarte bien las manos y luego sumergirlas con delicadeza en un recipiente con agua. No es conveniente dejarlas mucho tiempo en remojo para evitar que absorban mucha agua y por lo tanto pierdan sabor. Posteriormente sécalas con papel de cocina o un paño limpio.
Otro error bastante común es arrancar las hojitas antes de lavar las fresas. Cuando las arrancas, las fresas pueden absorber el agua y los contaminantes que se encuentren en ella, así que mejor hazlo después, justo cuando las vayas a consumir.
Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.