El consumo continuado de un aditivo colorante, el E129, común en muchos productos ultraprocesados, podría favorecer el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad McMaster en Canadá. El trabajo se realizó con animales de laboratorio, pero autores advierten del posible efecto en las personas.
El E129 es un pigmento de color rojo que también se denomina "allura red AC", "rojo alura AC", FD&C Red 40 y "food red 17". Es un ingrediente común en dulces, refrescos, productos lácteos, algunos cereales, preparados cárnicos y otros productos pensados especialmente para atraer a los niños, como las gominolas y caramelos. El aditivo está autorizado en la Unión Europea y está prohibido en Noruega.
¿Qué daños provoca el E129?
El consumo continuado de este aditivo podría promover la inflamación y el daño sobre el intestino. Según los investigadores, este pigmento sintético interrumpe directamente la función de barrera intestinal y aumenta la producción de serotonina, una hormona/neurotransmisor que se encuentra en el intestino, que posteriormente altera la composición de la microbiota intestinal y aumenta la susceptibilidad a la colitis. Este hallazgo tiene una implicación importante en la prevención y el manejo de la inflamación intestinal, explica Waliul Khan, coautor principal del estudio y profesor del Departamento de Patología y Medicina Molecular de la Universidad McMaster.
El estudio advierte en el estudio publicado por Nature Communications que el uso de colorantes alimentarios sintéticos como el E129 ha aumentado significativamente en las últimas décadas. "Lo que hemos encontrado es sorprendente y alarmante, ya que este colorante alimentario sintético común es un posible desencadenante dietético de las enfermedades inflamatorias intestinales. Esta investigación es un avance significativo para alertar al público sobre los daños potenciales de los colorantes alimentarios que consumimos a diario", advierte Khan.
Las enfermedades inflamatorias intestinales son crónicas y graves, y afectan a millones de personas en todo el mundo. Entre las razones del aumento de incidencia se han citado los desequilibrios de la microbiota intestinal y los factores ambientales, como la dieta típica occidental, rica en grasas procesadas, carnes rojas y procesadas y azúcar, pero deficiente en fibra. Ahora, aditivos como el E129 entran a formar parte de los posibles factores causantes.
El aditivo también está relacionado con alergias e hiperactividad
Estudios científicos anteriores han relacionado el E129 con ciertas alergias, trastornos inmunitarios y problemas de conducta en los niños, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Es uno de los aditivos asociados a la hiperactividad infantil por el estudio "Southampton 6", junto con la tartrazina (E102), Ponceau 4R (E124), amarillo de quinoleína (E104), amarillo ocaso (E110), carmoisina (E122) y benzoato de sodio (E211, un conservante). En 2007, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria exigió que se pusiera una advertencia en el etiquetado y redujo temporalmente la ingesta diaria admisible de estos aditivos. Sin embargo, en 2009, la EFSA reevaluó los datos disponibles y retiró la obligación de poner la advertencia.
El E129 es muy utilizado por la industria
En el mundo cada año se producen 2,3 millones de kilogramos de allura red AC. Además de en los alimentos, se utiliza en medicamentos, cosméticos y piensos para perros y gatos. Todo para que los productos resulten más atractivos a la vista. También se utiliza en tintas para tatuajes. Su uso ha aumentado porque ha sustituido a otros aditivos con efectos dañinos probados como el E127 (eritrosina) y el E128 (rojo 2).
Situación legal del E129
El E129 está autorizado como aditivo alimentario por la Unión Europea, pero está prohibido en algunos de los países miembros y otros países del espacio europeo: Noruega, Alemania, Dinamarca, Suiza, Suecia, Francia, Austria y Bélgica.
En 2013, la EFSA reevaluó la literatura científica y no encontró evidencia para modificar la situación legal, pero recomendó que se realizaran nuevas pruebas para abordar las incertidumbres relacionadas con la posible genotoxicidad de Allura Red AC (no se mencionaron los efectos inflamatorios descubiertos ahora). La genotoxicidad es la capacidad de una sustancia para dañar el ADN, el material genético de las células.
En 2015, la EFSA concluyó que Allura Red AC no es genotóxico para perros y gatos. Los nuevos datos de prueba demuestran que Allura Red AC no daña el ADN de las células individuales ni muestra otra evidencia de genotoxicidad.
Referencia científica: