Hace más de cuatro años, en su primera visita, Marga no dejaba de repetir lo mucho que le estaba afectando haber entrado en "la dichosa menopausia", si bien, curiosamente, no relacionaba su principal motivo de consulta con ese cambio vital. De hecho, lo primero que relató fue que había dejado de fumar hacía unos meses.

Desde entonces se notaba acelerada, de muy mal humor y con gran irritabilidad. Es cierto que la deshabituación tabáquica puede asociarse a esos síntomas, pero más adelante comprendió que los cambios fisiológicos de esa época también la estaban llevando a esa situación.

O dicho de otra manera, que los sofocos que había empezado a sentir también en esa etapa no eran una consecuencia aislada del proceso menopáusico, sino que formaban parte de esa coherencia de expresión sintomática que ella experimentaba durante esa etapa de cambios tan importantes.

5 remedios homeopáticos para los sofocos de la menopausia

Los sofocos son síntomas de aparición súbita y la manifestación más común de la menopausia. Sus modalidades de presentación son diversas, y en función de ellas se ajusta la mejor medicación homeopática que la mujer precise. Algunos de los medicamentos más usados son:

1. Lachesis mutus

Indicado para sofocos con mucha sudoración que ascienden por todo el cuerpo hasta alcanzar la cabeza, pero dejan los pies fríos. Hasta la menopausia estas mujeres solían presentar reglas irregulares, con sangre muy oscura y mucho dolor con las reglas, predominantemente en el lado izquierdo.

Se asocian a palpitaciones y en ocasiones a dolor de cabeza también pulsátil. Este medicamento suele encajar bien en mujeres que sufren mucho al desconfiar en exceso de sus parejas. No suelen tolerar la ropa ajustada, especialmente alrededor del cuello.

2. Sepia

Oleadas de calor pasado el mediodía o de noche. Desinterés por cualquier actividad, en especial las relacionadas con el entorno familiar más próximo. Gran sequedad vaginal y mucha debilidad.

3. Cimífuga racemosa

Cuando la sensación de bochorno se asocia a neuralgia o dolor de cabeza muy intenso, en mujeres cuya menstruación se relacionaba con diversas situaciones conflictivas.

4. Ignatia amara

Sofocos asociados a dificultad para tragar, con sensación de tener algo en la garganta. Mujeres que suspiran mucho, tienen un sueño muy ligero y gran tendencia a llorar.

5. Pulsatilla aigricans

Para sofocos que únicamente aparecen de noche, en algunos casos con tanta frecuencia que imposibilitan el sueño. Suele tratarse de mujeres de gran labilidad emocional. Cuando entran en la menopausia suelen vivirla con mucha tristeza y gran sentimiento de soledad.

¿Por qué se dan los sofocos?

La manifestación más común y la que provoca más consultas por su incomodidad es la aparición de los sofocos. Suelen surgir súbitamente; en ellos, una oleada de calor se adueña con celeridad del tronco, el cuello y la cara.

Algunas veces se acompañan de enrojecimiento de la piel o de sudoración de parte o toda la zona afectada. En función de cuáles sean las modalidades de presentación, y también de otros aspectos generales de quien los padezca, aplicaremos un medicamento homeopático distinto en cada caso.

Tratamientos personalizados

Virginiaprobó por primera vez la homeopatía con la intención de aplacar esos desagradables efluvios de calor que se manifestaban principalmente en la cara y en especial en las orejas, las cuales tomaban una intensa coloración roja con cada oleada. Iban asociados a un agudo dolor de cabeza y gran sensación de congestión.

Tampoco era extraño que coincidieran con palpitaciones fuertes, que ella describía como un caballo desbocado en el pecho y el cuello. También destacaba en su cuadro que desde que había empezado con las primeras irregularidades menstruales se sentía torpe, con mucha confusión mental, hasta el punto de experimentar una somnolencia profunda aun manteniendo una actividad elevada.

Con las primeras dosis de Sanguinaria canadensis empezó a experimentar una disminución de la intensidad y la frecuencia de sus jaquecas, que poco más tarde fueron menguando hasta desaparecer los sofocos por los que había consultado.

En cambio, cuando Virginia aconsejó a Sara, su hermana menor, que me visitara por la misma razón, tuve que prescribirle un medicamento distinto: Pulsatilla nigricans. Sara presentaba igualmente sofocos, pero en su caso con una profusa sudoración y de predominio nocturno, lo que le impedía descansar bien durante su sueño interrumpido.

En la primera visita destacaba su especial emotividad, y describía esa época de su vida, entre sollozos, como la más triste de su vida. Se sentía muy sola a pesar de ser madre de familia numerosa, y suspiraba desesperadamente cuando hablaba de todas sus cargas, tanto domésticas como laborales.

La menopausia: una transición personal

La menopausia es una etapa natural en la vida de toda mujer. Significa el cese definitivo de la menstruación, y es debida a la disminución en la producción de hormonas ováricas: los estrógenos y la progesterona. Esto conlleva que la mujer pierda su capacidad cíclica de ovular, y por ende su posibilidad de engendrar.

No estamos hablando, pues, de un cambio poco trascendental, dado que puede implicar consecuencias físicas, mentales y emocionales de muy diversa índole. Cada mujer vivirá la transición y los cambios según su propia disposición personal, que a su vez depende de varios factores, entre ellos su herencia, sus expectativas, su bagaje cultural, su autoestima y su alimentación (por ello también es importante acompañar las soluciones para combatir los sofocos con alimentos que te ayuden a reducirlos).

Habrá quien no perciba prácticamente cambios físicos durante el proceso, pero sí note afianzamiento o desaliento en su humor o su carácter. Otras mujeres sufrirán súbitos ascensos de calor en su cuerpo diversas veces al día, o se verán imposibilitadas para conciliar un sueño que hasta entonces nunca se había truncado. Incluso en muchos casos se observa cómo los aspectos psicológicos se entretejen a fondo con los cambios más físicos, en un lapso de tiempo siempre variable y difícil de predecir.

Observarse con serenidad

La mujer necesitará más que nunca volcarse hacia su interior y observar con serenidad lo que en ese fondo está albergando para ser expresado

El proceso de la menopausia facilita un escenario distinto para un nuevo comienzo: la mujer necesitará más que nunca volcarse hacia su interior y observar con serenidad lo que en ese fondo está albergando para ser expresado. Redefinir lo que ella misma anhela, representa y significa será clave para envejecer con congruencia y sabiduría.

La medicina homeopática pretende buscar un enfoque global ante cualquier consulta, valorando todas las características de quien acude al médico desde un punto de vista integrativo. Apreciar las cualidades individuales de cada manifestación y de cada ser humano es una de las bases teóricas en que se fundamenta esta disciplina terapéutica.

En un periodo de cambios tan dinámicos como acostumbran a ser los del climaterio y la menopausia, la homeopatía puede ser notablemente eficaz y, en muchos casos, un acompañante ideal para suavizar y facilitar el tránsito hacia una nueva etapa vital.

¿Cómo cambian las relaciones sexuales durante la menopausia?

Con la menopausia la mucosa vaginal pierde su elasticidad y en muchos casos la mujer puede experimentar esas molestias en forma de sequedad vaginal, que principalmente nota por la dificultad e incluso el dolor que siente a partir de entonces durante las relaciones sexuales. Además de la aplicación local de lubricantes, también la homeopatía puede ayudar en estos casos.

Rosa lo experimentó al tomar Sepia para sus repetidos problemas de hongos vaginales coincidiendo con la entrada en la menopausia. No solo dejó de presentar sus irritantes micosis, sino que aumentó su elasticidad y confort en la zona vaginal, lo que mejoró sustancialmente también sus problemas de pérdida de libido.

Ganancia tras la pérdida

Con la llegada de esta nueva etapa, una mujer puede experimentar un gran abanico de cambios vitales, afectivos y de humor. Si durante las primeras fases del climaterio predomina la resistencia al cambio o el temor a lo que está por llegar, difícilmente se podrá gozar de esta nueva andadura.

Es cierto que culturalmente suele asociarse la menopausia a una situación de pérdida, pero hay espacio también para ganar en ese proceso. Teniendo en cuenta que este tránsito aparece aproximadamente en la mitad de la vida, hay que pensar en todo lo que queda por delante y cuántas experiencias nuevas deberán ser todavía disfrutadas con plenitud.

Será indispensable vaciar antes de poder llenar de nuevo, y mantener la armonía durante este periodo sin duda ayudará a recuperar el equilibrio global que precisa cualquier etapa rítmica y vital.

Habrá mujeres que vivan con alivio el hecho de liberarse de la menstruación periódica, pero otras lo harán con pena al haber perdido la posibilidad de una función reproductora que durante tanto tiempo dio sentido a su vida

A Marga, a quien le preocupaba su irritabilidad y sensación de tristeza como veíamos al inicio, le ayudaron unas tomas de Ignatia amara para recuperar su ánimo. Con la estabilización de los síntomas físicos también experimentó un afianzamiento emocional que le sirvió para afrontar con ilusión y humildad su futuro.

La menopausia es en realidad tiempo de balance. Se cierra un capítulo del libro para empezar otro nuevo. De cada mujer depende, desde su experiencia y disposición, que lo vivido aporte riqueza y nuevas ilusiones en lugar de carga y deterioro. Así, transformando el lastre del pasado en nuevas oportunidades, logrará vivir con plenitud esa nueva mujer que renace de sí misma.