Los pies son nuestro soporte y los que nos permiten andar, bailar, correr… pese a ello, no siempre les damos los cuidados y los mimos que necesitan

A menudo, tras una larga noche de baile, son los pies (y unos zapatos poco apropiados) los que no aguantan más y ponen fin a la noche. Para que no te pase y ayudar a que tus pies sigan tu ritmo durante horas, además de elegir un calzado adecuado, hay un truco que te será muy útil y que no te ocupará mucho espacio en el bolso.

Antes que nada elige un buen calzado

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Siempre va a ser mejor prevenir que curar, así que, antes de ver cuál es ese sencillo truco que te evitará la aparición de ampollas en los pies, lo que te conviene es saber cómo deben ser los zapatos para que tus pies estén sanos y libres de problemas. Desde el Colegio Oficial de Podólogos de Cataluña recuerdan que el calzado debe adaptarse al pie y no al revés, y dan algunas claves para elegirlo: 

  • Utiliza un calzado adecuado al tamaño del pie y siempre con sistema de abrochado o fijación al pie.
  • Evita tacones altos y punteras estrechas. El talón debe tener como máximo entre 2 y 4 centímetros. 
  • Asegúrate de que la altura de la pala (la parte del zapato que se encuentra encima de los dedos de los pies) sea adecuada a la medida de tus dedos.
  • Elige zapatos elaborados con materiales nobles y naturales y lo más transpirables y flexibles posible. 
  • Evita las suelas de zapato delgadas y, para evitar caídas, usa zapatos estables y con suela antideslizante.
  • En verano, las sandalias deben contar siempre con sistema de sujeción al pie.
  • Utiliza calcetines elaborados con fibras naturales, para favorecer la transpiración natural del pie y evitar la humedad.

También aconsejan comprar siempre los zapatos al final de la tarde, pues es cuando el pie está más ancho y acertaremos más con el tamaño del zapato. Además, debemos alternar el uso de distintos tipos de calzado.

Los zapatos de noche a menudo no cumplen estas características ideales, en especial la de la altura del tacón, lo que puede comportar molestias en los pies. 

El truco fácil para cuidar tus pies

Si los zapatos que usas para salir de fiesta son nuevos o los usas con poca frecuencia, es probable que te den problemas cuando menos lo deseas y te impidan seguir bailando. Afortunadamente, hay un truco que puede serte muy útil y para el que solo necesitas un producto que es muy probable que ya esté en tu bolso cuando sales de noche: el desodorante. 

Frotar un poco de desodorante de barra transparente en el zapato o en la zona del pie en el que te apriete ayudará a evitar la aparición de rozaduras o ampollas, porque el gel actúa como lubricante. 

Ten en cuenta que esto solo funciona antes de que aparezcan las lesiones, cuando notas que el zapato te roza. Una vez ya tienes una herida no debes aplicarte desodorante ni ningún otro producto que no esté indicado para el tratamiento de estas lesiones, porque podría irritarlas y empeorarlas. 

También hay desodorantes para pies específicamente diseñados para evitar la sudoración y prevenir las rozaduras y ampollas. 

Cuidados para las ampollas en los pies

Si ya te ha aparecido una ampolla en el pie, lo más importante para evitar que se complique es no tocarla ni reventarla. Normalmente desaparecerá por sí sola en una o dos semanas, pero hay algunas cosas que puedes hacer tú misma en casa ayudar a que desaparezca lo más rápido posible: 

  • Limpia el pie con agua y jabón y sécalo bien.
  • Cura la zona de la ampolla con povidona yodada (Betadine) para evitar que se infecte.
  • Cubre la zona de la ampolla con una gasa y esparadrapo de papel (sin apretar), que ayudara a que transpire.

Solo en el caso de que la ampolla sea muy grande y te cause mucho dolor al caminar, puedes contemplar la opción de drenar el líquido del interior. Sin embargo, debes hacerlo con mucho cuidado, lavando bien la zona y usando una aguja estéril. No debes nunca recortar la piel de la ampolla, pues sirve de protección para la herida. 

Una vez drenada la ampolla, debes volver a lavarla, secarla y desinfectarla con povidona yodada. En este caso, conviene cubrirla con un apósito cicatrizante, que evitará que quede pegado en la piel suelta de la ampolla. Ten en cuenta que si la zona se infecta será mucho peor, por lo que debes extremar los cuidados y, en caso de duda, consultar al podólogo.