La práctica regular de yoga no solo desencadena numerosos efectos positivos para la salud física, también está demostrado que incide en el estado de ánimo, así como en nuestras capacidades psíquicas. Ahora bien, además los beneficios generales que podemos obtener de esta disciplina milenaria, existen otros más específicos, que podemos atribuir a cada una de las asanas y que están asociados a la postura en sí. 

Así, no son idénticos los efectos de savasana que los que proporciona sirsasana. Tampoco obtendrás los mismos beneficios al practicar navasana que balasana. En esta ocasión, nos centraremos en las propiedades relacionadas con la postura de la tortuga o kurmasana, entre los que destacan dos: su capacidad para ayudar a eliminar toxinas y su poder para activar el metabolismo.

Cómo se hace Kurmasana

Vaya por delante que esta asana es un poco exigente. Esto significa que no es una postura básica. Es decir, que requiere tener ciertos conocimientos, así como un nivel mínimo para poder realizarla sin problemas, aprovechar al máximo sus beneficios y reducir el riesgo de sufrir molestias o lesiones musculares. 

Aunque lo más aconsejable es que sigas las pautas y las recomendaciones de tu instructor de yoga, a continuación encontrarás el paso a paso para realizar kurmasana:

  • Siéntate sobre una esterilla, con las piernas abiertas y la espalda erguida. 
  • Procura que los dedos de los pies apunten hacia afuera. 
  • Acerca los pies a las caderas y dobla las rodillas. Pasa los brazos por debajo de las piernas, dejándolos extendidos sobre el suelo. 
  • Mantén la postura durante el tiempo que te sientas cómoda, respirando con normalidad y relajando los músculos. En el momento en el que aprecies molestias, inicia la vuelta a la postura inicial. Para ello, dobla las piernas, saca los brazos, apoya las palmas de las manos en el suelo y eleva el troco despacio, sin prisas y siempre acompañando con una respiración lenta y diafragmática.
Kurmasana o postura de la tortuga

Kurmasana requiere poseer un nivel avanzado de yoga.

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Si notas un exceso de tensión, utiliza un bloque de yoga o un cojín para apoyar el pecho o la barbilla si no puedes tocar el suelo. Y si tienes alguna lesión o condición médica que pueda afectar a tu práctica, busca el consejo de un experto antes de acometer la postura.

salud física y mental

Kurmasana es una postura poderosa que reúne importantes beneficios, tanto físicos, como mentales y emocionales. Esta asana comprime y masajea los órganos abdominales, mejorando su función y eliminando toxinas. Es decir, tiene un valioso efecto détox. También ayuda a regular el metabolismo y el apetito y a prevenir el estreñimiento.

Además, es una de las posturas más recomendables para mejorar la postura, ya que alarga la columna vertebral, incrementando la flexibilidad y el rango de las articulaciones. También es especialmente eficaz para aliviar la inflamación y el dolor asociado a la ciática. 

También ayuda a aumentar la capacidad de concentración, tan a la baja en los últimos tiempos, y reduce y alivia los estados de estrés y ansiedad. 

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