El yoga es una disciplina que quiere llegar a todas las personas para que todas puedan disfrutar de los valiosos beneficios que aporta a la salud física, mental y emocional. Sin embargo, la realidad es que, pese a que siempre se puede recurrir a una versión adaptada, en ocasiones, no es posible encontrar la manera para realizar determinadas asanas en el suelo, es decir, de la manera habitual.
Las razones para ello pueden de lo más diverso. Entre las más habituales, que la persona tenga una importante falta de movilidad por una lesión o una enfermedad, o simplemente que sea una persona mayor y esté experimentando los achaques propios de la edad. En cualquier caso, también en estas situaciones es posible practicar yoga. Para ello, la mejor opción es el yoga en silla, una especialidad que aglutina asanas de todos los estilos de yoga utilizando como accesorio una silla.
Yoga en silla
La silla no es el único elemento externo que se emplea en yoga, también es habitual utilizar el bloque, un cojín o una cinta. Todos ellos se emplean para adaptar la postura al nivel de la persona o a sus circunstancias. De esta manera, es posible practicar yoga casi en cualquier situación, al mismo tiempo que se evitan lesiones musculares.
En concreto, el accesorio de la silla lo introdujo el maestro de yoga B.K.S Iyengar. De hecho, el estilo de yoga que lleva su nombre, Iyengar yoga, se caracteriza por usar en muchas de las posturas que lo integran todo tipo de accesorios, ya que es una variante muy exigente. Los soportes nos brindan un apoyo sobre el que construir y ampliar el catálogo de asanas.
El uso de la silla nos permite realizar ciertas asanas con soporte, creando así un abanico de posibilidades más extenso. La silla permite tanto adaptar las posturas más convencionales, como abrirnos a nuevas posibilidades.
¿para quién es el yoga en silla?
Esta variante del yoga está especialmente indicada para personas con dificultades de movilidad debido a una lesión, una operación o una enfermedad. Hay personas para las que puede ser una tortura sentarse en el suelo, y gracias a la silla, pueden resolver ese impedimento.
También puede ser una buena opción para principiantes, aunque si no hay una razón importante que les impida realizar las asanas en el suelo, no sería necesario optar por esta variante.
A continuación, encontrarás algunas asanas con silla. Son posturas clásicas del Hatha Yoga adaptadas en las que la silla es el accesorio que hace posible su ejecución. Es importante recordar que los beneficios de estas asanas son los mismos que los que aportan sus versiones convencionales.
Postura de la silla o utkatasana
Esta asana es perfecta para tonificar las piernas, especialmente los muslos. También se fortalece el abdomen y la parte baja de la espalda.
¿Cómo se hace?
- Ponte de espaldas a la silla.
- Descalza, sobre una esterilla, separa las piernas a la anchura de las caderas.
- Desciende las caderas y siéntate en la silla. Eleva los brazos hasta que queden paralelos al suelo.
- Mantén la mirada al frente y la espalda recta.
Postura del Guerrero i o Virabhadrasana I
La postura del guerrero I tonifica las piernas y la espalda. Una de sus principales propiedades es que favorece la corrección de la postura, ya que contribuye a la extensión de la columna.
¿Cómo se hace?
- Coloca la silla sobre una esterilla y pasa la pierna derecha al otro lado del respaldo.
- Apoya las manos en el borde del respaldo y a continuación, eleva los brazos apuntando con los dedos al techo.
- Respira lenta y profundamente. 7 u 8 respiraciones diafragmáticas.
- Gracias a la silla no tendrás que hacer fuerza para mantener la postura, y tu esfuerzo estará centrado en la extensión de la espalda.
Postura del Guerrero III o Virabhadrasana Ill
Con esta postura, no solo tonificas la musculatura, también trabajas el equilibrio. Es una asana de equilibrio, que puede ser complicada, y que gracias a la silla, es posible realizarse sin problemas.
¿Cómo se hace?
- Coloca la silla delante de ti a un metro de distancia aproximadamente.
- Colócate en la postura de la montaña o Tadasana (de pie con los pies juntos y los brazos relajados a ambos lados del cuerpo.
- A continuación, inclina el cuerpo hacia delante hasta que puedas apoyar las manos en el respaldo con los brazos estirados. Al mismo tiempo, eleva una pierna hasta que quede paralela al suelo.
- Gracias a la silla, podrás centrarte en la postura y ganar equilibrio sin apenas esfuerzo y sin riesgo de caerte.
Postura de torsión o Bharadvajasana I
Las posturas de torsión son especialmente interesantes para cuidar la espalda, y por tanto, corregir la postura. Por otro lado, también tienen efectos positivos para el aparato digestivo, ya que sirven para masajear los órganos internos, favoreciendo el tránsito intestinal.
¿Cómo se hace?
- Siéntate en la silla, con las piernas juntas.
- Inclínate hacia delante y hacia el lado derecho, apoyando el codo del brazo izquierdo por el lado externo de la pierna derecha.
- Mantén la postura unos segundos y respira lenta y profundamente.
- Vuelve a la postura inicial y repite hacia el otro lado.
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