Ubicado en la zona baja del abdomen, el chakra sva-dhisthana es el segundo de nuestros siete centros energéticos principales y el espacio donde se almacenan nuestras emociones, la creatividad y la capacidad para sentir placer. Además, está asociado con el elemento agua, por lo que nos enseña una lección fundamental: aprender a fluir con la vida.

Como elemento de la naturaleza, el agua nos enseña a dejarnos ir, a adaptarnos, a no resistirnos a los cambios que nos impone la vida. Así como los ríos encuentran su camino alrededor de los obstáculos, el segundo chakra nos invita a hacer lo mismo en nuestras vidas: abrazar el cambio, permitirnos sentir sin juzgar y encontrar la belleza en la transformación.

caderas, almacén de emociones

Sin embargo, cuando esta energía se bloquea, lo que debería fluir con facilidad se estanca y aparece la rigidez, la incapacidad de expresar nuestras emociones, la desconexión de nuestra creatividad y la repetición de patrones limitantes en nuestra vida.

Reconocer y trabajar con este centro energético es el primer paso para romper con esos bloqueos y devolver la fluidez a nuestra vida.

Las caderas, a menudo descritas como "el almacén de las emociones", están estrechamente conectadas con svadhisthana. Este área del cuerpo tiende a acumular tensión y emociones retenidas, como estrés, miedo, frustración, etc.

Al realizar asanas que abren las caderas, estamos liberando esa energía bloqueada y permitiendo que emerja. En consecuencia, no solo mejora la flexibilidad física, sino que también se equilibra este chakra, ayudándonos a sentirnos más libres emocionalmente, con mayor creatividad y apertura hacia los cambios.  

siente, crea y  vive

Aquí tienes algunos consejos para conectar con svadhisthana y llevar más fluidez a tu vida:

  • Apertura de caderas: dedica unos minutos al día a movimientos que trabajen la apertura de caderas para liberar la tensión.
  • Conecta con el agua: tomar baños relajantes, nadar o, incluso, pasar tiempo cerca del agua, puede ayudarte a sentirte más en sintonía con tu propia capacidad para fluir y adaptarte.
  • Permítete sentir sin juzgar: dedica unos minutos cada día a reflexionar sobre cómo te sientes, sin hacer autocrítica.
  • Practica la creatividad: dibuja, escribe o  encuentra una actividad que te permita expresar tu creatividad. La lección del segundo chakra y de su elemento, el agua, es simple pero poderosa, ya que la fluidez es esencial para el bienestar. Tomando conciencia de este centro y trabajando con él, te volverás más adaptable y más capaz de moverte con los cambios de la vida, en lugar de resistirlos.

LOS 6 EJERCICIOS PARA ACTIVARTE

Puedes practicar estas 6 posturas para trabajar tu energía y tu cuerpo.

Apertura de caderas

YOGA 1
Cuerpomente

Siéntate en el suelo sobre la esterilla con las piernas cruzadas y la espalda recta.

Junta las palmas de las manos en el centro del pecho (fíjate en la foto cómo se tocan los dedos) y elévalas sobre la cabeza, alargando tu columna vertebral, desde la base hasta la coronilla. Mantén los hombros relajados.

Realiza 6 respiraciones profundas y conscientes mientras visualizas cómo la energía fluye libremente por tu columna. Esta posición ayuda a activar el segundo chakra,  svadhisthana, promueve la apertura de caderas y libera tensiones emocionales retenidas.

Es ideal para iniciarte en tu práctica de yoga.

Crece hacia los lados

 

YOGA 2
Cuerpomente

Separa las piernas algo más que el ancho de tus caderas, manteniendo los dedos de los pies mirando hacia fuera.

En una exhalación, flexiona las rodillas hasta que tus muslos queden paralelos al suelo.

Coloca la mano izquierda sobre la pierna contraria y eleva el brazo derecho hacia arriba, inclinándote hacia el lado izquierdo. Mantén la postura de 4 a 6 respiraciones, sintiendo cómo tu cuerpo se expande y se libera.

Esta postura fomenta la adaptabilidad.

Fuerza y equilibrio

YOGA 3
Cuerpomente

En la posición de la montaña, con los pies juntos y la espalda erguida, inhala dando un gran paso atrás con la pierna izquierda.

Gira el tronco, coloca las partes internas de los pies en línea y lleva la punta del pie izquierdo hacia afuera. Ahora, estira los brazos hacia los lados y mantenlos a la altura de los hombros.

Exhala y flexiona la rodilla izquierda elevando el talón del suelo. Lleva la mirada hacia la mano derecha. Haz 5 respiraciones conscientes y lentas y cambia de pierna.

Esta postura requiere equilibrio, fuerza y un estiramiento profundo de la parte inferior del cuerpo. Además, mejora la autoconfianza y la conexión interna.

Alivia tensiones

YOGA 4
Cuerpomente

Desde la posición de la plancha, inhala trasladando el peso del cuerpo hacia la izquierda. Al exhalar, coloca el pie derecho por delante para facilitar el equilibrio y eleva el talón del suelo. Estira el brazo del mismo lado por encima de tu cabeza.

Activa el centro para mantener la postura firme y lleva la mirada hacia los dedos de la mano elevada. Deshaz después de 5 respiraciones y repite hacia el otro lado. 

Esta postura ayuda a soltar el control de manera suave.

Estabilidad profunda

YOGA 5
Cuerpomente

Con los pies juntos y las manos en la cintura, inhala dando un gran paso atrás con el pie izquierdo, alineando los talones.

Alarga bien el tronco y, al exhalar, inclínate hacia la pierna derecha, buscando el muslo con el tronco. Intenta mantener la rodilla estirada.

Rodea con ambas manos el talón de la pierna izquierda y relaja completamente el cuello, soltando la tensión en los hombros. 

Mantén la posición 6 respiraciones profundas y cambia de lado. Esta postura te aportará  una gran estabilidad.

Suelta y descansa

YOGA 6
Cuerpomente

Desde la postura  de la montaña, da un gran paso atrás con la pierna derecha y gira las caderas, colocando la parte interna de los pies en paralelo.

Al inhalar alarga la columna   y junta las palmas de las manos detrás de la espalda, a la altura de
los omóplatos.

En una exhalación, baja el tronco lentamente, manteniendo las piernas estiradas. Una vez abajo, relaja el cuello, permitiendo que la cabeza  cuelgue suavemente, sin resistencias. 

Mantén de 5 a 8 respiraciones, soltando las tensiones en la exhalación.