Las lagartijas (o flexiones de brazos) son uno de los ejercicios más simples y efectivos que puedes incorporar en tu rutina de entrenamiento, sin necesidad de material ni equipamiento. A pesar de su original nombre, se trata de un ejercicio muy básico con una gran variedad de beneficios para el cuerpo, sobre todo para la parte superior, el core y la estabilidad.
Al trabajar varios músculos la vez, las lagartijas no solo ayudan a fortalecer el pecho, los tríceps y los hombros, sino que también mejoran la postura, la resistencia y, combinados con otros ejercicios, la quema de calorías. Además, su versatilidad y accesibilidad las convierten en una opción que une tanto a principiantes como expertos. Incorporar estas flexiones en tu rutina puede ser una forma efectiva de mejorar la fuerza. Eso sí, para obtener resultados debes practicarlas correctamente y con consistencia. ¡Te enseñamos cómo lograrlo!
BENEFICIOS de hacer lagartijas
La constancia es la clave del éxito. Lo bueno de este ejercicio es que no tienes excusas para poder realizarlos con frecuencia. No requieren de material, por lo que puedes practicarlos en casa con facilidad. Las lagartijas son una especie de flexión que te ayuda a trabajar varias partes del cuerpo. Es muy práctico y se considera uno de los mejores ejercicios cuando quieres empezar a fortalecer tus músculos. Además, te ayuda a despejar la mente y a concentrarte en el momento.
- Con práctica, lograrás entrenar la resistencia física. Se aconseja practicarlas de manera progresiva. Es decir, hacer pocas repeticiones bien hechas antes que muchas flexiones en una mala posición. Con el tiempo, irás sumando repeticiones.
- Con solo un ejercicio trabajas muchas partes del cuerpo: espalda, cadera, tríceps, bíceps, abdomen y piernas. Es especialmente efectivo si tienes poco tiempo para entrenar. En estas circunstancias, buscamos ejercicios que con escasos minutos trabajen gran parte del cuerpo.
- Se activan también los músculos del abdomen y la parte baja de la espalda, lo que contribuye a mejorar la estabilidad del core, que es esencial para mantener una buena postura y prevenir lesiones.
- En su práctica, el corazón bombea más sangre e incrementa la respiración. De esta forma, se mejora la oxigenación y acelera el metabolismo. Aunque no es un ejercicio cardiovascular, pueden aumentar la frecuencia cardíaca y ayudar a quemar calorías, sobre todo si se combinan con otros ejercicios.
- Las lagartijas fortalecen muchas articulaciones como las muñecas, brazos, antebrazos y codos. Lo que mejora la capacidad de realizar actividades cotidianas que requieran fuerza en el torso y los brazos.
CÓMO HACER LAGARTIJAS CORRECTAMENTE: PASO A PASO
Como todo ejercicio, para aprovechar sus beneficios y notar los resultados no vale hacerlo de cualquier manera. Es necesario conocer la técnica a la perfección porque, además de trabajar bien los músculos, evitarás sufrir daños. Te enseñamos el paso a paso definitivo, así cómo los errores que no deberías cometer:
- Acuéstate en el suelo boca abajo, los brazos tienen que apoyarse en línea con tus hombros. Las puntas de los pies son las únicas que tienen que tocar el suelo junto a tus manos.
- Antes de subir, aprieta todo tu cuerpo. Desde cuádriceps, hasta glúteos, espalda y abdomen.
- Es muy importante que al subir y al bajar mantengas en todo momento el cuerpo alineado y empujes con todo el cuerpo. Si no, será demasiada presión para tu espalda.
- Al bajar, los codos deben ir pegados al cuerpo, es la única forma de trabajar correctamente el pecho, los tríceps y los hombros.
Si eres principiante, seguro que te han aconsejado que apoyes las rodillas en el suelo para hacértelo más fácil. ¡Primer error! Existen variantes más convenientes para comenzar a implementar este ejercicio en tu rutina. Las expertas recomiendan como alternativa las lagartijas pausadas.
- En esta ocasión, comienza desde arriba en posición de plancha con las manos.
- Baja muy lentamente.
- Al llegar abajo, aguanta lo máximo posible en posición de flexión.
- Una vez que no puedas más, descansa en el suelo.
- Pasados unos segundos, vuelve a la posición inicial.
Se trata de unas "lagartijas negativas". Es decir, las realizas de arriba a abajo y con descansos. Si las trabajas con consistencia te ayudarán poco a poco a conseguir más fuerza para trabajar con las originales.