No hay plato más socorrido que la pasta. Un día con prisas, en el que no tengas demasiado tiempo para preparar la comida, una receta de pasta puede solucionarte el problema. Aunque no siempre es una alternativa saludable. Con tomate frito de bote y queso en grandes proporciones, se convierte en una receta rica en calorías y deficiente en nutrientes.
Por suerte, existen muchas formas de preparar la pasta, todas ellas deliciosas. Y mucho más saludables que los socorridos macarrones con tomate o espaguetis con queso. La que te traemos hoy mejora la digestión, es rica en antioxidantes y puedes prepararla en menos de diez minutos. ¿Te animas a probarla?
Pasta con espinacas, limón y ajo
Esta pasta de espinacas con limón y ajo es fácil de preparar, muy ligera y sienta de maravilla. Para prepararla, necesitarás los siguientes ingredientes:
Ingredientes (para dos personas)
- 200 g de pasta (preferiblemente integral)
- 2 dientes de ajo, picados
- 200 g de espinacas frescas
- Ralladura de 1 limón
- Zumo de medio limón
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de semillas de sésamo
- Pimienta negra al gusto
- Sal al gusto
Preparación
- Pon una olla al fuego con abundante agua y una pizca de sal. Lleva a ebullición y cocina la pasta siguiendo las instrucciones del paquete (los tiempos pueden cambiar en función del tipo de pasta elegido).
- Cuando esté al dente, escúrrela y reserva un poco del agua de cocción (aproximadamente ¼ de taza) para más tarde.
- En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio y añade los ajos picados. Cocínalos hasta que estén dorados (1-2 minutos), teniendo cuidado para no quemarlos.
- Incorpora las espinacas frescas a la sartén y cocina durante 2 o 3 minutos, removiendo de forma constante, hasta que se reduzcan y queden tiernas.
- Añade la pasta escurrida a la sartén con las espinacas y el ajo. Agrega la ralladura y el zumo de limón.
- Si la mezcla queda muy seca, añade un poco del agua de cocción que habías reservado para que todo se mezcla bien.
- Añade sal y pimienta al gusto.
- Sirve la pasta y espolvorea por encima las semillas de sésamo para darle un punto crujiente.
¿Cómo conseguir que la receta sea aún más saludable?
Aunque esta receta es por sí misma una alternativa muy saludable, gracias a la elección de ingredientes ricos en nutrientes y bajos en calorías, hay una forma de mejorar aún más el plato. Y es elegir la pasta integral por encima de la de harina blanca.
Beneficios de la pasta integral
La pasta integral está elaborada con harina integral, que incluye todas las partes del grano de trigo (el salvado, el germen y el endospermo). Esto hace que su contenido en fibra sea mayor, un nutriente esencial para la salud digestiva y que te ayudará a sentirte satisfecha con menores cantidades, algo especialmente útil para controlar el peso.
Además, la pasta integral tiene un índice glucémico más bajo que la pasta de harina blanca, lo que significa que provoca un aumento más gradual en los niveles de glucosa en sangre. Esto es muy beneficioso para el organismo, puesto que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando sufrir picos de energía seguidos de caídas bruscas, que suelen causar hambre y antojos de dulce.
Esta fuente de fibra sigue teniendo otras ventajas adicionales. Por ejemplo, está demostrado que la fibra soluble que se encuentra en las harinas integrales puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (el malo) en sangre, lo que mejora también la salud cardiovascular y reduce el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Por si todo esto fuera poco, la harina integral con la que se prepara esta pasta contiene más vitaminas (especialmente del grupo B) y minerales (hierro, magnesio y zinc). Y es que, al fin y al cabo, la pasta integral es menos procesada que la pasta blanca. Esto significa que mantiene más de sus componentes originales. Menos procesamiento es siempre sinónimo de menos pérdida de nutrientes y menos aditivos y tratamientos químicos, que suelen aplicarse a los productos procesados.