El melocotón recibe en latín el nombre de ciruela de Persia (Prunus persica), lo que durante mucho tiempo llevó a suponer que procedía de las montañas de Irán. Sin embargo, como el del albaricoque, procede de China, donde aún crece en estado silvestre. Allí, donde su cultivo se inició como mínimo hace cuatro milenios, esta fruta es un emblema de la longevidad y la inmortalidad y aún existe la costumbre de poner las bellas flores del melocotonero en las casas para propiciar la salud y el bienestar anímico de sus habitantes.
La mejor manera de consumir el melocotón para que contribuya a la longevidad es en crudo, como fruta de mesa o como ingrediente de ensaladas u otras recetas, pero el melocotón también resulta delicioso en postres que podemos preparar de forma saludable. El melocotón te alegra, como manda la tradición china, con solo pegarle un bocado. Ahora bien, las tartas son, sin duda, una fabulosa opción para disfrutar del sabor de esta fruta. Podemos preparar bizcochos, tatins, cheesecakes y todo tipo de tartas.
Aquí te proponemos una tarta de melocotón abizcochada hecha con quinoa y harina integral, lo que la hace más rica en proteínas que otras tartas y bizcochos similares. Además se endulza con azúcar integral de caña y los melocotones se caramelizan con miel.
En este vídeo encontrarás un resumen de qué aporta el melocotón y cuáles son sus propiedades:
Qué melocotones elegir y cómo guardarlos en casa
En el mercado los más fáciles de encontrar son los de agua y de viña, diferenciándose en que los primeros son más jugosos y los segundos de carne más firme. También existen los melocotones planos, denominados paraguayos, que tienen un sabor más dulce y harinoso.
El melocotón genuino tiene siempre la piel aterciopelada, sus colores son muy variados y pueden ir desde los intensamente amarillos, incluso de color blanquecino, hasta los de piel y carne roja. La nectarina es otra variedad de melocotón, obtenida al cruzar el melocotón con la ciruela.
El melocotón es una fruta muy delicada de temporada corta, pero también muy fácil de conservar, lo que permite disfrutar de ella todo el año. Por eso estos consejos a la hora de elegirlo y conservarlo te pueden venir bien:
- Es necesario recolectar el melocotón en su punto de maduración, lo que lo hace aún más perecedero y sensible a la manipulación. Esta fruta está en su punto idóneo de madurez si al presionarla suavemente con el dedo su pulpa cede un poco.
- Un buen melocotón se identifica por su fragante aroma. Esta será la primera referencia a la hora de escogerlo.
- También se deben elegir los más redondos, pesados, y aquellos que tengan la hendidura bien marcada, pues es señal de jugosidad. Es preferible excluir los que tengan la piel cortada o golpeada.
- Es mejor adquirir solo la cantidad que se vaya a consumir a corto plazo, desechando los que sean demasiado verdes, a menos que se vayan a destinar a compotas.
- Los melocotones se deben guardar en la parte baja del frigorífico, pero sin apilarlos, pues se dañan muy facilmente. De esta manera se pueden conservar en buenas condiciones hasta 5 días si están en su punto de madurez, y algunos días más si son más verdes.
- Para comerlos crudos lo mejor es consumirlos a temperatura ambiente, así que conviene sacarlos del frigorífico una hora antes como mínimo, si es que se quiere disfrutar plenamente de su delicado aroma.
Melocotón para hacer postres saludables
Este carnoso fruto se presta muy bien a diferentes formas de preparación, en especial en deliciosos postres. Su delicada pulpa, de fina textura, y su riqueza en vitaminas y enzimas lo hacen ideal para comer crudo y con piel si procede de cultivo biológico.
Es cierto que el melocotón permite preparar refrescantes ensaladas con todo tipo de ingredientes verdes, enriquecidas en proteínas con queso fresco o tofu. Pero es en los postres donde alcanza su mayor protagonismo, sea en compotas, suflés, tartas, pasteles, helados y sorbetes.
Es ideal para macedonias, pues combina bien con la mayor parte de las frutas, yogur, frutos secos y especialmente con las frambuesas.
Los melocotones de viña, de pulpa amarilla, son más firmes y se prestan mejor a la cocción y conserva, mientras que los de agua, con su carne más jugosa y tierna, deben reservarse únicamente para mesa, tomándolos naturales. Los melocotones más verdes se emplean para jaleas, mermeladas o en la elaboración de salsas, tanto para ensaladas como para acompañar verduras.
Tarta de melocotón con polenta: receta paso a paso
Una tarta abizcochada rica en hidratos de carbono pero en el que el uso de harina integral y polenta permite aumentar el porcentaje de proteínas.
Ingredientes (para 6 personas):
Preparación (15'+50' cocción):
- Precalienta el horno a 180 °C y pinta con aceite un recipiente para bizcochos. Pela y corta los melocotones en trozos medianos de igual tamaño y coloca en la base de la tartera, rociándolos con la miel.
- En un cuenco bate el azúcar con las yemas de los huevos, el aceite y el zumo de limón. Tamiza la harina con la polenta y mezcla con la mixtura de huevo hasta conseguir una masa cremosa.
- Bate las claras a punto de nieve e incorporan a la masa. Vierte esta mezcla sobre los melocotones e introduce en el horno hasta que la tarta esté cocida (45- 50 minutos). Retira del horno y se deja enfriar antes de desmoldar. Se puede servir acompañada de crema.
Información nutricional:
- Calorías: 464
- Proteínas: 7 g
- Hidratos de carbono: 53 g
- Grasas: 25 g
- Colesterol: 157 mg.
Cómo pelar y deshuesar el melocotón
Gran parte de la vitamina C reside en la piel, pero muchas personas prefieren quitarla porque al tener esos finos pelillos es especialmente propensa a coger polvo e incluso los productos de la agricultura química. La parte del rabillo es la que suele acumular más productos químicos.
Se pueden pelar tanto con un cuchillo como con la mano en algunas variedades.
Para pelarlos fácilmente esta técnica resulta especialmente útil, sobre todo cuando se necesita pelar gran cantidad de melocotones sin dejar marca de cuchillo, por ejemplo, para hacerlos en almíbar. Se escalda la fruta en agua hirviendo de la siguiente forma:
- Con un cuchillo se hace un corte superficial en forma de cruz en la base.
- Se pone a hervir una olla con agua y se introduce la fruta con una espumadera.
- Se calculan 10 o 20 segundos justo hasta que la piel empieza a abarquillarse y a continuación se pasan por abundante agua fría.
- Por último se separa la piel con la punta de un cuchillo pequeño.
Para deshuesar un melocotón, se hace una incisión por la línea de la juntura que discurre por su piel. Seguidamente se separan las dos mitades girándolas con las manos en direcciones opuestas, y, por último, con la punta del cuchillo se extrae el hueso de la mitad a la que haya quedado adherido.
Qué aporta el melocotón desde el punto de vista nutricional
Como sucede en la mayoría de las frutas, el contenido en proteínas o grasas del melocotón es bajo, mientras que el de azúcares naturales, agua, minerales, vitaminas y fibra es alto.
Una de las características del melocotón es su extrema variabilidad de forma, color y tamaño, con un gusto bastante definido para cada especie. Existen diferentes tipos de melocotón en función de su carne, piel,color, sabor y forma.
Todas las variedades tienen un valor nutricional similar con una excepción: los de más colorido son más ricos en unas sustancias denominadas xantófilos (flavonoides, betacaroteno ... ) y poseen una mayor actividad antioxidante. Eso significa que el "blanco", muy apreciado por el paladar, en principio aporta menos betacaroteno que los amarillos o rojizos.
El betacaroteno, elemento precursor de la vitamina A, es un potente antioxidante y por ello preventivo de las enfermedades crónicas y degenerativas. Es el que hace especialmente recomendable al melocotón, pero no es su única virtud.
Una ración de 200 gramos de melocotón aporta apenas 90 calorías (el 4% de las que se precisan al día) y bastantes vitaminas: 150 mg de provitamina A, 20 mg de vitamina Cy 1,2 mg de vitamina E. Eso cubre respectivamente el 16%, el 33% y el 10% de las necesidades diarias de las tres vitaminas con capacidad antioxidante.
Comer 200 g de melocotón satisface, además, el 10% de la cantidad de vitamina B3 necesaria y aporta cantidades también significativas de vitaminas B1, B2 y B6. En cuanto a los minerales, aporta potasio (10% de las necesidades diarias ingiriendo 200 g), hierro (8% hombres, 6% mujeres), magnesio y fósforo (5%), flúor y manganeso (4%).