Seguro que alguna vez te has lamentado de tu suerte, has pensado que has tenido un mal día y te has quejado de lo que te sucede hasta la saciedad. Lo cierto, sin embargo, es que la felicidad no depende de lo que nos ocurre, sino de cómo lo interpretamos. La ciencia lo ha demostrado sobradas veces.

“Cuando ya no podemos cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiarnos a nosotros mismos”, dice Viktor Frankl, superviviente del holocausto, en su libro, El hombre en busca del sentido. “A un ser humano se le puede quitar todo, excepto una cosa, la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias dadas, elegir el propio camino”. Tras leer esta obra, la neurocientífica de Harvard, Jill Bolte Taylor lo tuvo claro. Debía comprender cómo funcionaba esta última libertad humana, qué condiciona la reacción y como gestionarla. De sus investigaciones surge la famosa regla de los 90 segundos que puedes usar para multiplicar tu bienestar. ¿Te atreves a probarla?

La regla de los 90 segundos

Jill Bolte Taylor se formó como neurocientífica, en la Universidad de Harvard, con la que ahora colabora como investigadora. Uno de sus descubrimientos más revolucionarios es el de la regla de los 90 segundos. Pero, ¿en qué consiste esta regla y cómo puede ayudarte a gestionar tus emociones?

Indudablemente, nuestras emociones surgen de los acontecimientos que nos suceden en el día a día. Si, por ejemplo, te despiertas por la mañana, te metes en la ducha y el agua sale fría, cuando esperabas el calor de un buen baño, es muy posible que sientas enfado, frustración e incluso ira. La neurocientífica Bolte Taylor se propuso medir cuánto tiempo invierte tu cerebro en esta reacción. ¿Cuánto dura la emoción de forma orgánica en tu mente? La respuesta te sorprenderá, porque su duración es de tan solo 90 segundos.

Es probable, sin embargo, que, tras esa ducha de agua fría, a ti el cabreo te durase mucho más de 90 segundos. Esto sucede, como explica Bolte, porque entramos en un bucle emocional.

“Cuando una persona reacciona a algo de su entorno”, explica la neurocientífica, “ocurre un proceso químico de 90 segundos”. Cualquier otra respuesta emocional que exceda este tiempo, es responsabilidad nuestra. Es una elección que hemos hecho, ya sea a nivel conciencia o inconsciente.

¿Cómo usar la regla de los 90 segundos para gestionar las emociones?

Es posible que te cueste un poco al principio, pero para usar esta regla a tu favor lo primero que debes hacer es aceptarla como cierta. Por más que tú puedas estar enfadada toda la mañana porque alguien cruzó en la carretera cuando no le tocaba, la ciencia demuestra que podrías haberlo gestionado en tan solo 90 segundos. Fuiste tú la que decidió seguir enfadada por ello.

¿Y cómo lo evitamos? Dejando fluir la emoción sin bloquearla, enfrentarse a ella o aferrarse. Bolte lo explica de forma sencilla. Cuando sientas te suceda algo desagradable, coge el reloj y fíjate en el segundero. “En ese mismo segundo, obsérvate a ti mismo experimentando la respuesta fisiológica, pero no te involucres con ella. En menos de 90 segundos te sentirás mejor”, afirma la experta. “Y recuerda que siempre puedes volver a pensar en esos pensamientos que vuelven a estimular el bucle. De hecho, probablemente, en algún lugar de tu cerebro guardas el recuerdo de que alguien te hizo daño hace 20 años. Y, cada vez que piensas en esa persona, se reinicia la emoción.” Por suerte, explica Bolte, “solo necesitarás 90 segundos para volver a calmarla”.

Puede que suene más fácil decirlo que hacerlo, pero practicar la regla de los 90 segundos en tu día a día puede mejorar tu vida en gran medida. Al conseguir gestionar mejor tus emociones, conseguirás disfrutar de esos pequeños detalles que pueden opacar la ira y la tristeza, y también tendrás la mente despejada para tomar mejores decisiones.

Al fin y al cabo, la autorregulación emocional es una de las habilidades claves de la inteligencia emocional. Y todo lo que implique desarrollar este coeficiente te ayudará a mejorar tus relaciones personales, aumentar tu bienestar emocional, desarrollar tu capacidad para tomar decisiones y reducirá los conflictos en tu vida.