El tono de voz es una de las herramientas más poderosas que tenemos a la hora de comunicarnos, aunque muchas veces la usemos sin darnos cuenta. Al interactuar con otros, lo que decimos vale tanto (a veces, incluso, menos) que la forma en la que lo hacemos. El tono con el que emitimos lo que decimos puede transformar completamente el mensaje que intentamos transmitir.

Es por eso que, el hecho de que algunas personas hablen siempre en un tono de voz bajo, sin duda llama la atención. Hay muchas maneras de percibir este nivel reducido en la voz, teniendo en cuenta en entorno y la situación en la que se da. Sin duda, susurrar cuando hay que evitar hacer ruido es natural. Pero, ¿qué sucede cuando se vuelve una constante? En estos casos, el tono de voz baja llama la atención, y la psicología puede ayudarnos a comprender por qué ciertas personas lo mantienen de forma habitual.

¿Por qué algunas personas hablan siempre en un tono bajo?

Aunque pueda parecerlo, hablar en un tono de voz bajo no es una característica aleatoria o sin sentido. Puede estar profundamente relacionada con distintos factores de nuestra personalidad, emociones y la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Si conoces a alguien que, de forma natural, tiende a hablar en un tono de voz bajo, o te sucede a ti misma, esto es lo que la psicología nos explica sobre este fenómeno.

Timidez o introversión

La primera opción, y la más extendida tanto entre expertos como de forma popular, es que estés ante una persona tímida o introvertida. Es la teoría que Susan Cain, firme defensora de los introvertidos y autora de El poder de los introvertidos, asegura que las personas con este tipo de personalidad se sienten más cómodas cuando hablan en un tono de voz bajo.

Esto se debe a que este tono de voz les ayuda a evitar ser el centro de atención, así como a expresarse con cautela ante los demás.

Las personas tímidas procuran evitar la exposición constante, por lo que prefieren controlar su volumen de voz para mantener un perfil bajo, a veces sin ser conscientes de que esto se puede interpretar como una señal de inseguridad.

Este tono de voz, además, puede ser una herramienta importante para controlar el ritmo de la conversación, y llevarla a un plano más reflexivo, introspectivo y privado.

Emociones que intervienen en el tono de voz

El tono de voz está fuertemente vinculado a nuestras emociones. Seguro que alguna vez has notado que, tras un día complicado, o cuando te encuentras débil físicamente, tiendes a usar un tono de voz más bajo de lo normal. Esto sucede porque, como nos muestra la psicología, las emociones pueden influir en cómo decidimos modular nuestra voz.

La voz tiende a volverse más suave y profunda, por ejemplo, cuando sentimos tristeza o melancolía. También adopta un volumen más bajo cuando estamos en momentos de calma o reflexión. Y cuando estamos enfadados o en un momento de gran excitación emocional, lo subimos.

Por tanto, el tono de voz bajo de una persona puede no indicar algo intrínseco de su personalidad, sino ser un reflejo de sus emociones.

Dinámicas de poder

Otra interesante perspectiva sobre el tono de voz nos lo ofrece Deborah Tannen, socióloga, profesora de lingüística y autora de You Don’t Understand. Aunque en su libro aborda, principalmente, las dificultades que encuentran hombres y mujeres para comprenderse mutuamente, también analiza las posibles implicaciones del tono de voz.

En su obra, Tannen sugiere que el tono de voz no solo refleja la personalidad o el estado emocional de una persona, sino que también se puede usar de forma estrategia para establecer control en una conversación.

Hablar en un tono bajo puede ser una forma de comunicar autoridad, de marcar una distinción de poder. Este tipo de comunicación, explica Tannen, puede hacer que el hablante sea percibido como serio y confiable, mientras que un tono de voz más alto puede interpretarse como menos formal o incluso menos competente.

Este uso del tono en las interacciones se vuelve especialmente evidente en contextos laborales o situaciones en las que la comunicación debe ser más formal y respetuosos.

Inseguridad o falta de confianza

Para acabar, el tono de voz baja puede estar influenciado por la falta de seguridad o confianza en uno mismo. Las personas que se sienten inseguras o dudan de su valor en una conversación, tienden a reducir el volumen de su voz para evitar llamar la atención.

Este tipo de comunicación puede funcionar como mecanismo de protección emocional, operando a un nivel inconsciente. Sin darse cuenta, la persona empieza a hablar suavemente para sentirse menos expuesto o vulnerable, minimizando así el riesgo de ser rechazado o juzgado.

En algunos casos, esta falta de confianza está relacionada con la percepción de no ser valorado o escuchado por los demás, lo cual empeora la situación. A través de este tono de voz baja, estas personas consiguen crear una distancia que hace que su mensaje no sea directo o confrontativo. Sin embargo, esto también puede provocar problemas en la comunicación, dado que los demás pueden interpretar esta forma de comunicarse como una falta de autoridad o convicción.

Puede que tú misma hayas notado que, cuando algo te causa inseguridad, lo expresas con un tono de voz más bajo. Como cuando cuentas un secreto.