La televisión, los cuentos, los libros, el cine. En todas las formas de manifestación cultural en las que tiene cabida el amor, hemos visto representaciones del famoso amor verdadero, de las almas gemelas, de la media naranja, del chico conoce a chica y su vida cambia para siempre. Pero ¿es realista esta visión del amor?

La idealización del amor romántico se ha convertido en todo un problema. Hace que las relaciones sean menos profundas, que cortemos vínculos por no ser perfectos, y que nos conformemos con otros sin saber que el amor no lo es todo en una relación. Por eso las palabras de Mario Alonso Puig, escritor de El camino del despertar y todo un gurú de la felicidad, son tan importantes en el contexto actual.

La búsqueda de la media naranja

En una reciente entrevista que el equipo de Nudge Project hizo a Mario Alonso Puig, le preguntaron por el concepto de las almas gemelas, definidas como la media naranja. El experto expresó con total rotundidad que “la media naranja es un error conceptual”.

Esta idea tan arraigada en nuestra sociedad puede llegar a ser muy peligrosa desde una perspectiva psicológica por varias razones. El concepto implica que solo serás feliz y estarás completo si encuentras a una persona que “te complete”, lo que puede generar expectativas poco realistas, dependencias emocionales y, en última instancia, frustración y desilusión en las relaciones. De algo muy simular hablan Enrique Rojas y su hija, Marian Rojas Estapé, cuando hacen alusión al síndrome de SIMON, que impide a tantos hombres comprometerse en sus relaciones románticas.

Para Alonso Puig es un tema sencillo. “Si te crees que eres una media naranja, y buscas a la otra media, le vas a exigir que complete aquello que no tienes.” Esta situación, según el experto, pondrá una gran presión a la otra persona, haciendo que se sienta ahogado en la relación.

El peligro de estar incompletos

Aunque esta sensación de estar incompletos no solo es contraproducente para las relaciones. También puede tener fuertes implicaciones con nuestro bienestar personal. Algunos de sus riesgos más marcados, según la psicología, son los siguientes:

  • Fomenta la creencia de que no estás completo. Al pensar que necesitas a alguien más para ser feliz o sentirte completa, te sitúas en una posición de carencia. Esto puede dañar tu autoestima, puesto que te hará sentir que no eres suficiente por ti misma y que tu felicidad depende de factores externos.
  • Genera dependencia emocional. Creer que necesitas una pareja para sentirte completa puede llevar a generar una dependencia emocional malsana. En lugar de tener una relación basada en la autonomía y el crecimiento mutuo, te volverás dependiente de la validación y la felicidad de la otra personal, lo cual es sumamente destructivo a nivel emocional.
  • Descuida el crecimiento personal. Centrarte en la idea de encontrar a esa persona que “te complete” hará que olvides la importancia de desarrollarte a ti misma como individuo independiente. Esto puede llevar a la pérdida de la identidad personal, dado que priorizarás la relación sobre tu propio crecimiento y bienestar.
  • Relaciones tóxicas. Dejar en manos de la otra persona toda tu felicidad puede llevar a que toleres ciertos comportamientos tóxicos en la relación, convirtiéndote en un blanco fácil para perfiles tóxicos, narcisistas, manipuladores e incluso maltratadores.
  • Evita la responsabilidad personal. Al depositar la responsabilidad de tu felicidad en otra persona, evitas hacerte responsable de tu propio bienestar emocional. Esto te alejará de tu desarrollo personal y hará que tus expectativas sobre la pareja se vuelvan desproporcionadas.
  • Desvalora la diversidad de las relaciones. El concepto de “media naranja” refuerza la idea de que solo una relación romántica puede proporcionar una conexión significativa cuando, en realidad, las amistades, la familia y otro tipo de vínculos son fundamentales para la felicidad y el bienestar emocional. Limitarte a la búsqueda de una pareja hará que descuides otras relaciones importantes.

Eres tu propia naranja

Para Alonso Puig, la mejor forma de evitar todo esto es entiendo, sencillamente, que “todos somos naranjas completas.” En lugar de ir por ahí buscando a alguien que te complete, quédate con la definición de amor del experto: “Todos somos seres completos que nos encontramos, porque el ser humano es un ser de encuentro, y juntos caminamos, apoyándonos unos a otros para alcanzar nuestra plenitud”.

Comprender esto te ayudará a seguir creciendo, mejorar tu bienestar y construir vínculos más saludables, basados en el apoyo y el respeto mutuo, y no en la dependencia y en la idealización.