La búsqueda de la felicidad es uno de esos temas que persisten a través de los siglos. Todos queremos ser felices, pero a menudo olvidamos que ser feliz no es cuestión de suerte ni de tener las circunstancias perfectas. La felicidad, como otras muchas habilidades, se debe entrenar y desarrollar con hábitos diarios.

Los expertos coinciden en que las pequeñas acciones, repetidas a lo largo de los días, pueden marcar una gran diferencia en nuestro bienestar personal. Un claro ejemplo es James Clear, autor de Hábitos atómicos, que es uno de los más firmes defensores de que los pequeños hábitos pueden tener un impacto profundo en la vida de las personas. Estos cinco que te dejamos a continuación son, según el experto, los más importantes para ser feliz.

Expresar gratitud a diario

El primer hábito que nos recomienda Clear es dedicar unos momentos cada día para expresar gratitud. Numerosos estudios demuestran que practicar la gratitud de forma regular puede mejorar el bienestar emocional y físico.

Pero, ¿en qué consiste esto de la gratitud? Se trata de tomarnos el tiempo de enfocarnos en lo que tenemos, y no en lo que nos falta, entrenando al cerebro para centrarse en los aspectos positivos de la vida.

Este pequeño cambio de perspectiva puede desencadenar una poderosa liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales están directamente relacionados con la sensación de bienestar. Además, expresar gratitud también puede mejorar la calidad del sueño y reducir los niveles de cortisol, la famosa hormona del estrés.

Lo mejor de todo es que incorporar este hábito no requiere de mucho esfuerzo. James Clear recomienda hacerlo de forma muy sencilla: dando las gracias por algo antes de cenar. Es una bonita tradición que puedes introducir en la familia, y que puede tener un efecto transformador en cada uno de vosotros.

Escribe una nota de agradecimiento

Si en el primer caso, Clear nos recomendaba dar las gracias de forma general por todo lo bueno que tiene nuestra vida, en este caso nos invita a agradecer directamente a alguien por aquello que te da. Por estar en tu vida. En cuanto a su periodicidad, Clear recomienda hacerlo una vez a la semana, con una persona diferente en cada ocasión.

Puede que te parezca un gesto insignificante, pero las investigaciones sugieren que las personas que dan gracias a los demás, experimentan un mayor bienestar emocional. Así lo prueba un estudio publicado en Emotion, en el que se demostraba que las personas que expresan agradecimiento pueden forjar vínculos más fuertes con sus iguales, lo que mejor considerablemente su bienestar emocional.

Tómate 30 segundos para respirar

No hay forma más sencilla de reservar algo de tiempo para ti misma y agradecer tu propia existencia. James Clear afirma que basta con cerrar los ojos, inhalar por la nariz, contar hasta tres y volver a exhalar, contando esta vez hasta cinco.

Una vez más, se trata de un hábito sencillo, pero profundamente transformador. En el mundo moderno vivimos con prisas constantes, por lo que tomarnos un momento para detenernos y respirar puede ser clave para la salud. Estudios demuestran que la práctica de la meditación y la respiración profunda pueden reducir significativamente los niveles de estrés y ansiedad, incluso si solo le dedicas unos segundos al día.

Este hábito ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, principal responsable de calmar el cuerpo y promover una sensación física de relajación. La respiración profunda nos permite desconectarnos del caos externo y conectar con el momento presente, lo cual puede ayudarnos a ver la vida con mayor claridad, reduciendo la sensación de agobio.

Así, pues, la próxima vez que sientas que todo te sobrepasa, tómate unos treinta segundos para respirar y recuperar el equilibrio emocional.  

Dos minutos para no hacer nada

El poder de este hábito, como nos explica Clear, consiste en demostrarte a ti mismo que no pasa nada por no hacer nada. Parar no hace que pierdas tu trabajo, que tu familia te abandone o te convierte en un fracaso. Nadie te va a juzgar por no hacer nada. De hecho, lo único que realmente sucede cuando te permites desconectar es que tomas consciencia de que puedes hacer que tu tiempo sea tuyo, para disfrutar de tu propia existencia, sin consumir nada (ni comer, ni ver la televisión, ni mirar el teléfono, nada).

Si eres una amante de la productividad, puede que este hábito sea el que más te cueste. Pero piensa que son solo dos minutos. Y si lo consigues, descubrirás el poder oculto en este hábito.

Pirque desconectar, incluso si solo son dos minutos al día, nos permite procesar las emociones y los pensamientos que aparecen en nuestra mente, reduciendo la sobrecarga mental y mejorando nuestra capacidad para lidiar con el estrés.

Llama a un amigo con el que llevas mucho sin hablar

Vivimos en la era de las redes sociales. Parece que todos estamos conectados a todos en todo momento. Y, sin embargo, vivimos también una crisis de soledad no deseada. Por eso es importante cuidar de nuestros vínculos, y de eso precisamente va este último hábito.

Clear recomienda ponerte en contacto con alguien que sea importante para ti y, simplemente, charlar. No hace falta que te pongas cursi, ni que habléis de lo mucho que os queréis. Sencillamente, disfruta de la conversación y da las gracias por tener a esta persona en tu vida.

Recuerda que la calidad de nuestras relaciones es uno de los mayores predictores de felicidad, como demostró no hace demasiado la Universidad de Harvard, por lo que cultivar y cuidar de tus lazos a través de gestos tan sencillos como una llamada de teléfono puede cambiarte la vida.