La felicidad es ese premio por el que todos peleamos, ese tesoro que todos buscamos y ese don que pocos parecen poseer. El problema, posiblemente, es que lo buscamos en lugares incorrecto, pensamos que se trata de una competencia en la que solo uno puede conseguir el gran premio, en lugar de entender que la felicidad se encuentra en algo mucho más profundo. Algo más universal. Y al mismo tiempo, muy difícil de ver.

Pero hoy no venimos a hablar de qué es la felicidad. Más bien, venimos a analizar lo contrario. Todo aquello que, aunque pensamos que define la felicidad, está lejos de hacerlo. Hábitos que todos tenemos y que, según Arthur Brooks, catedrático de la Universidad de Harvard y experto en felicidad, asegura que no debemos hacer si queremos llevar una vida plena. ¿Cuántas de ellas forman parte de tu día a día en este momento?

intentar ser como eras hace 20 años

Seguro que en esta primera no estás de acuerdo. Tú aceptas que has cambiado, ¿verdad? Aceptas que tu cuerpo, tu vida, tu mente haya cambiado con el tiempo, con la edad… ¿O quizá no? Pues el primer consejo que nos da Arthur Brooks es no intentar ser la misma persona que hace 20 años.

Lo cierto es que, cada vez más, nos aferramos a lo que fuimos. Vemos a otras personas a la que superamos en edad, nos comparamos, nos imaginamos cómo podría haber sido nuestra vida si hubiéramos hecho esto o aquello. Y así, nos estancamos en el pasado, negando nuestra propia evolución.

En lugar de ello, el experto nos recomienda mirar al futuro, no al pasado. Se trata de aceptar que eres otra persona, y que eso está bien. No niegues tus errores, porque te han convertido en quien eres, pero tampoco olvides tus logros. Todos, sin excepción, hemos conseguido en la vida cosas de las que podemos sentirnos orgullosas, y tenemos en nuestro presente otras tantas que nos hacen felices. Negar tu evolución, renegar de las canas, las arrugas y el paso del tiempo, es deshonrar todo ese camino recorrido.

Además de aceptar el presente, Brooks nos sugiere que debemos “buscar en el futuro”. Da igual la edad que tengas, todavía puedes soñar, imaginar y crear cosas nuevas. Y si no, que se lo digan a Iris Apfel, que se hizo influencer a los 89 años. O al propio Brooks, que a sus sesenta años sigue buscando formas de evolucionar y aportar a la humanidad por medio de su carrera profesional.

Pensar demasiado en lo material

Vivimos en una sociedad consumista y materialista. Es innegable. Las grandes marcas nos venden la idea de que solo por medio de los objetos podemos alcanzar la felicidad, solo comprando alcanzaremos ese estatus soñado. Arthur Brooks se opone frontalmente a esta idea. Asegura que la felicidad no está en “tener más, sino en querer menos”.

Es difícil hacer frente a este deseo constante que todos tenemos de querer más cosas, más riquezas, más dinero, más objetos, más viajes, más y más y más. Pero enfrentarte a ello y comprender que la felicidad no reside en nada que el dinero pueda comprar, es el primer paso para liberarte de la esclavitud del consumismo y comprender que la vida es algo más.

Practicar el desapego y la humildad, nos explica el experto, es esencial si queremos cosechar una vida feliz y satisfactoria. 

Preocuparte solo de tus “hojas”

Para acabar, Brooks nos pide que nos imaginemos a nosotros mismos como un árbol. Las personas exitosas, a las que vemos en televisión, en el cine, las pasarelas y las redes sociales, cuidan mucho de sus hojas. Se aseguran de lucir verdes, brillante, con flores y frutos que todos envidiamos. Pero la felicidad no está en las hojas, está en las raíces.

Lo que hace que un árbol crezca saludable es, precisamente, aquello que lo une a todo lo que lo rodea. Aquello que lo ata a la tierra, y lo convierte en parte del todo: sus raíces.

Brooks asegura que a los humanos nos sucede lo mismo. Para crecer, para ser felices y saludables, debemos cuidar de nuestras raíces, de lo que nos conecta a los demás. De las relaciones. Porque, afirma el experto, al final de la vida no nos queda el éxito. Solo nos queda el amor.