Cierra los ojos y piensa en la mejor persona que conozcas. Quizá no sea necesariamente aquella a la que más quieres, sino aquella cuya personalidad admiras. Es amable, atenta, divertida… ¿La tienes? Ahora piensa en la última conversación que tuvisteis. Al repasarla, es muy probable que descubras algunas de las frases que vamos a repasar hoy.

Y es que, aunque no nos demos cuenta, a través de nuestras palabras revelamos aspectos clave de nuestra personalidad. Incluso aquello que intentamos esconder, sale a la luz en una conversación larga. La psicología coincide en que estas frases y expresiones, en particular, revelan que alguien tiene una personalidad increíble. ¿Te suenan?

Estoy aquí, cuenta conmigo

No siempre encontramos las palabras adecuadas para ayudar a alguien. Es duro, pero es importante aceptarlo. Porque solo así descubriremos la verdad que se oculta tras este hecho: en realidad, no es necesario encontrar las palabras perfectas, basta con estar ahí.

Hay personas que, por su recorrido personal o una intuición poderosa, saben que no es necesario nada más. Que, de hecho, a veces los consejos no solicitados, los comentarios y las opiniones, restan más de lo que sumo. Esas personas son increíbles, y lo son porque saben que es mucho más importante decir: “Estoy aquí”.

¡Gracias!

Seguro que recuerdas un día que haya sido especialmente duro. Quizá las cosas no han ido bien en el trabajo, quizá has sentido que todo iba mal. Y entonces… Alguien te da las gracias con una sonrisa. Es así de simple. Un simple agradecimiento puede cambiarte la vida.

Los beneficios de la gratitud han sido probados por neurocientíficos y psicólogos, que aseguran que mejora la vida tanto del agradecido como del que da las gracias.

Las personas que dicen “gracias” de forma habitual harán mejor tu vida. Además, tener la costumbre de agradecer a los demás por lo que hacen, demuestra que no eres alguien que de las cosas por sentado y no permites que el orgullo te impida reconocerlo.

¿Puedo ayudar?

Uno de los grandes errores que cometemos cuando vemos a alguien que lo está pasando mal es asumir que sabemos qué es lo que necesita. En lugar de eso, quienes merecen la calificación de “personalidad increíble” saben que es mejor preguntar una de estas tres: ¿Puedo ayudar? ¿Necesitas ayuda? ¿Cómo puedo ayudarte?

Cualquiera de estas frases demuestra, en primer lugar, que estás ante alguien que siempre está dispuesto a echar una mano. Y, además, que reconoce que no tiene todas las respuestas.

Cada uno reacciona de forma distinta a cada una de sus emociones, por lo que es mejor preguntar y darle a cada cual lo que realmente necesita, sin asumir nada.

Lo comprendo

Está demostrado que la mejor forma de calmar el dolor de una persona es, sencillamente, reconociéndolo. Reconocer y validar una emoción es, además del método más eficaz para calmarla, el primer paso para poder reaccionar. Por eso, cuando te encuentras con alguien que te escucha con atención y te dice que te entiende, que te comprende, sabes que estás ante una persona increíble.

Esta frase, además, mejora la confianza y fomenta las relaciones sólidas, siempre y cuando se use con sinceridad.

¡Lo estás haciendo genial!

¿Cuándo fue la última vez que felicitaste a un amigo o una amiga por estar haciendo bien las cosas? Puede que te hayas cortado por vergüenza, o por pensar que a nadie le importará tu opinión, pero lo cierto es que todos necesitamos un poco de ánimo de vez en cuando. Escuchar “lo estás haciendo bien” puede cambiarte el día.

Con esta frase, además, demostrarás que eres una persona atenta y que aprecia los esfuerzos de los demás. No es necesario que aquello que felicites te beneficie de forma directa. ¡Todos nos sentimos orgullosos al ver a nuestros seres queridos conseguir lo que se proponen!

El refuerzo positivo mejora las relaciones, porque nos permite demostrar a los demás que los apreciamos. Además, ayuda a generar un entorno basado en la confianza y el apoyo mutuo.

Lo siento

Los extremos no son buenos, así que debemos tener cuidado con esta frase. Quien tiene una buena autoestima, sabe disculparse cuando se equivoca, pero no abusa de la disculpa para cubrir la culpabilidad.

Hace falta una gran fuerza persona (y cierto nivel de autoconciencia) para saber cuándo es el momento para disculparse. Y si ya queremos apuntar alto, no hay nada mejor que aquel que, además de pedir perdón, sabe darte tu espacio y devolverte el favor cuando eres tú quien se equivoca diciendo “te perdono”.

Te quiero

No es fácil expresar en voz alta lo que sentimos por los demás. ¡Qué miedo nos da el rechazo! Pero lo cierto es que comunicar a los demás que los apreciamos es una poderosa forma de demostrar que eres alguien increíble.

Al decirle a alguien que lo queremos, reforzamos el vínculo que nos une, le hacemos sentir valorado y le recordamos lo especial que es. Decir “te quiero” demuestra que eres valiente, cálida y cercana a los tuyos. Que aprecias las relaciones que compartís. Y no son muchas personas que saben hacerlo.

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