1. Desactiva el piloto automático
Para alcanzar una forma de vida sencilla, alejada de la inquietud constante y el estrés, necesitamos plantearnos un cambio de actitud.
En tu día a día, deja de proceder de forma mecánica. Frena. Tómate tu tiempo. Respira hondo. No corras.
No pierdas la serenidad. Aprende a afrontar los momentos de estrés (inevitables) con sosiego y paciencia.
Concéntrate en tu vida. Vive a través de todos tus sentidos. Vive en el presente, en el ahora, sin preocuparte constantemente del antes o del después.
2. Escucha los mensajes de la intuición
Nuestra intuición, si sabemos escucharla, nos ayuda a mantenernos centrados y serenos.Nos muestra las señales, tanto físicas como emocionales, de que algo no marcha bien. También nos indica cuándo estamos en desarmonía con nosotros mismos.
Reconecta con tu intuición, aprende a escuchar las señales de tu cuerpo y de tu inconsciente. Dedícate tiempo para contemplar tus necesidades y satisfacerlas.
También, ayúdate de la intuición para liberarte de la ira, del resentimiento, de esos apegos externos que te retienen, te afligen y te impiden vivir una vida sencilla en armonía contigo mismo.
3. Siente con tus cinco sentidos
El ritmo trepidante de nuestras vidas nos aleja de nuestros cuerpos, nos hace olvidar que tenemos cinco sentidos y que todos son importantes para reencontrar nuestro propio tempo.
Tenemos que recuperar la curiosidad y conexión natural que teníamos con nuestro cuerpo en la infancia.
Camina observando los colores, sintiendo la brisa, siendo consciente de tus movimientos. Detente a oler el aroma de la mañana. Come disfrutando de las texturas y los sabores. Dúchate dejando que el agua te masajee. Vive, pausadamente, a través de tus cinco sentidos.
4. Carga de amor tu día a día
Los pequeños acontecimientos cotidianos son los que conforman nuestra vida. Darle importancia a cada acto emprendido, a cada movimiento realizado, a cada palabra pronunciada, nos aportará ilusión y felicidad.
El desayuno junto a tu familia, besar a tus hijos, acariciar a tu perro, te nutrirá y te ayudará a alcanzar tu equilibrio interno. Estos instantes, no por ser cotidianos, pierden su importancia; muy al contrario, las pequeñas cosas recargan día a día nuestro cuerpo de amor, ternura y armonía. La vida te las regala a diario.
5. Suelta lo que no necesites
Hoy en día, las personas tendemos a acumular. En apariencia, poseer muchos bienes nos aporta felicidad. Sin embargo, ¿necesitamos tanta ropa, tantos
aparatos, tantos coches y tantos complementos para ser felices? En realidad, no. La abundancia material no nos acerca a la felicidad. Incluso, a veces, esta necesidad de comprar y acaparar no es más que el indicio de nuestras carencias emocionales.
Si reducimos nuestras posesiones, lograremos más espacio libre en nuestras casas y mayor simplicidad en nuestras vidas. Es mejor tener poco, útil y bien escogido, que mucho, inútil y prescindible.
6. Practica la desconexión tecnológica
Desde la aparición de los teléfonos inteligentes, hemos perdido libertad. A todas horas del día y de la noche, las notificaciones nos bombardean. Estamos saturados.
Para alcanzar la sencillez en nuestras vidas, resulta imprescindible aprender a desconectar de la tecnología.
Silencia tu móvil a la hora de las comidas. No estés con tus hijos y pendiente de las notificaciones. Por la noche, apaga las pantallas.
Recupera actividades tan placenteras como leer un libro, pintar, tejer... Tareas relajantes que te ayudarán a serenarte y a encontrar equilibrio.
7. Crea tu espacio de silencio
En una sociedad tan saturada de ruidos como la nuestra, no todo el mundo consigue estar y mantenerse en silencio; sin embargo, sus beneficios son muchos y valiosos. El silencio nos ofrece calma, quietud, reposo, conexión con nuestro interior.
Crea un rincón para la serenidad en tu hogar y utilízalo a diario. Y en esos momentos de silencio, libera tu mente de preocupaciones. Si piensas en algo, déjalo pasar, concéntrate en el silencio, en la serenidad que te aporta, en el sosiego que te invade.
8. Escoge relaciones nutritivas
Reducir nuestras pertenencias materiales nos aporta libertad física y mental, pero además podemos aplicar el mismo criterio con nuestras relaciones,
disminuyendo aquellas obligaciones sociales que nos saturan emocionalmente.
Si no te apetece, no tienes por qué cumplir con todo el mundo. Simplifica tus contactos sociales. Visita a las personas que te hacen sentir bien, disfruta de largas sobremesas charlando con los que te nutren emocional e intelectualmente. En el amor y el sexo, busca una(s) persona(s) con la(s) que mantener una relación de complicidad e igualdad, lejos de lo complejo y lo tortuoso.
9. Sigue el ritmo de la naturaleza
Qué mejor forma de recuperar una vida sencilla que volviendo nuestra vista hacia la naturaleza. Durante miles de años, el ser humano vivió inmerso en unos ritmos naturales que le transmitían sosiego y plenitud.
Tómate tu tiempo para observar e integrarte en el ritmo de los bosques, de la playa, del parque. Déjate inundar por la solemnidad de los árboles, la armonía de los pájaros o la cadencia de las olas del mar.
Al igual que ellos, tú puedes vivir de forma sencilla, sin sentirte continuamente ansioso. Estás diseñado para ello, en tu mano está.