Una de las relaciones más complicadas que podemos tener en el mundo moderno es la que compartimos con nuestros padres. La psicología ha probado, de múltiples formas, que lo que sucede en nuestra infancia marca en gran medida nuestra personalidad. Así que, en cierto sentido, todo lo que eres, la forma en la que te relacionas con los demás, hasta aquello a lo que has decidido dedicarte, se lo debes a tus padres. Para bien o para mal.

Pero, ¿qué sucede cuando esta relación es mala? Sabemos que, por ejemplo, la falta de afecto durante la infancia puede hacer que desarrollemos problemas de apego en la adultez. Y cuando la relación es tóxica, acaban apareciendo otra serie de síntomas. No hablamos de un diagnóstico clínico, por supuesto, sino de patrones de comportamiento que saltan las alarmas y afectan a la salud mental de los hijos. Para saber si tu relación con tus padres ha pasado de complicada a oscura, presta atención a estas cinco señales que los expertos relacionan con la toxicidad parental.

No respetan tus límites

El primer signo que hace sospechas a los expertos de una mala relación con los padres, como explica la terapeuta Bonnie Scott, es la falta de límites. “Los padres tóxicos suelen tener dificultades para aceptar que sus hijos necesitan espacio para desarrollarse y crecer por su cuenta”, afirma la experta.

Así que lo primero en lo que debes fijarte es en si tus padres respetan los límites que les impones, o si los sobrepasan. Es decir, si insisten en controlar aspectos de tu vida que ya no deberían estar bajo su control, dado que eres adulto. Hablamos de cosas como controlar lo que comes, con quién sales, o no respetar que les pidas algo de espacio.

Esta falta de límites se manifiesta también en el plano de las relaciones de pareja. Si tu madre o tu padre insisten en opinar sobre tu pareja, o se inmiscuyen en situaciones en las que no deberían, claramente están sobrepasando los límites.

Usan la culpa para manipularte

Jenny Flora Wells, terapeuta, explica que muchos padres tóxicos usan la manipulación para “satisfacer sus necesidades emocionales a través de sus hijos”. En muchas ocasiones, incluso, “a costa del bienestar de estos”. ¿Te sientes identificada con esto?

La manipulación es un signo claro de que algo va mal en una relación, sea del tipo que sea. Para conseguirlo se puede usar tanto la culpa como el miedo, y su finalidad es alterar tus decisiones y comportamientos. Puede que tu madre asegure que “se siente sola” si no pasas la tarde con ella, o que tu padre amenace con que “te quedes sin nada” si planeas esas vacaciones con las que llevas tiempo soñando. Tras estas formas de relacionarse, tus padres buscan satisfacer algunas de sus necesidades. En estos ejemplos, podría ser el deseo de compañía.

No hay nada de malo, por supuesto, en comunicar las necesidades que uno tiene. Pero hacerlo por medio de la manipulación y la extorsión sin duda es cruzar una línea roja.

No se responsabilizan de sus acciones

Las personas tóxicas también pueden ser padres. Y si por lo general no se responsabilizan de sus acciones ante nadie ni nada, tampoco lo harán ante sus hijos. ¿Cómo se refleja esto? En forma de unas figuras paternas incapaces de pedir disculpas o de asumir sus errores.

Si tus padres culpan siempre a los demás o, peor aún, te echa a ti la responsabilidad de todo, sin duda algo está yendo mal. Está bien tener compasión hacia uno mismo, pero evitar la autocrítica a cualquier precio no solo es un claro rasgo de toxicidad, sino que además es perjudicial para el crecimiento personal.

Te castigan con la Ley del Hielo

La famosa Ley del Hielo, esa táctica que pasa por negarle la palabra a alguien cuando no nos satisface su forma de comportarse, no es solo una táctica de manipulación, es una forma de maltrato, según explican diferentes psicólogos y expertos.

Si cada vez que discutes con tus padres, deciden ignorarte para castigarte, están haciéndote daño de forma deliberada. Este comportamiento, además de ser profundamente inmaduro, revela que tus padres no tienen una relación especialmente sana contigo. Además, es probable que te haga sentir ansiedad y que hasta consiga hacerte dudar de ti misma.

Durante la infancia, este tipo de castigo puede herir profundamente la autoestima, haciendo que de adulto te cueste relacionarte con los demás de forma saludable.

Te obligan a ser el adulto de la relación

Para acabar, los expertos aseguran que los padres tóxicos a menudo hacen uso de la “parentificación”. Si no habías escuchado este término jamás, hace referencia a cuando el hijo o hija, desde una edad muy temprana, debe asumir responsabilidades que no le corresponde. Puede tratarse de cuidar de sus hermanos o de proporcionar cuidados emocionales a sus padres.

Es un claro desequilibrio en la relación padre-hijo que, a la larga, tiene consecuencias. Al tener que crecer más rápido, sacrificas tu infancia y tu autoestima se ve afectada. Tanto este, como otros síntomas de toxicidad, podrían estar afectando a tu salud mental, por lo que si te sientes identificada con lo que te hemos contado, hablar con un experto puede ayudarte a gestionar mejor estas complicadas relaciones.