Psicóloga especializada en sexología, relaciones sexo-afectivas, terapia sistémica y psicología perinatal, Elena Crespi, con una ya increíble trayectoria profesional, cada día trabaja por divulgar sobre educación sexual, para poner en primer plano el placer femenino, de una vez por todas.
Será una de las ponentes del festival Vibra, una nueva feria que llega a Barcelona para crear un espacio en el que muchas mujeres puedan aprender sobre su propia salud y bienestar, de manos de grandes expertas y expertos.
Hoy nos responde a grandes dudas que surgen día a día, y más aún en un momento lleno de descubrimientos, de información y de un cambio histórico de los protagonistas.
-Hay un auge, quizá gracias a las redes sociales, de la información sobre sexualidad y mujer. ¿Percibes esto como algo positivo o a veces la información en exceso y descuidada puede ser perjudicial?
-Es muy positivo que se hable de sexualidad en general y de sexualidad de las mujeres en concreto, porque hemos sido las grandes olvidadas. De hecho se nos ha educado como objetos de deseo sexual y eso nos ha quitado nuestro poder como sujetos de deseo para conocer y tener poder sobre nuestra propia sexualidad.
Siempre es recomendable tener claro cuál es la información que tiene finalidades de divulgación a través de experiencias personales, y cuál es la que proviene de profesionales. Pero siempre es imprescindible poder hablar para poder combatir todos los mitos que aún quedan. Tenemos que hablar con más naturalidad y con más perspectiva feminista.
-Vibra es un nuevo festival que gira sobre la mujer, su salud y su sexualidad. ¿Crees que se necesitan más espacios así, que no existe aún la visibilidad suficiente de estos temas? ¿De qué hablarás tú en tu ponencia?
-Es imprescindible contar con proyectos como el Vibra en los que haya un espacio específico para hablar de la sexualidad de las mujeres. Mi ponencia mezclará la perspectiva feminista con la sexualidad. Haremos un repaso de los aprendizajes machistas que hemos normalizado y que son perjudiciales para la sexualidad de hombres, mujeres y otras identidades. La idea es encontrar una receta que nos permita vivir nuestra sexualidad de una manera más amplia, donde el placer tenga un lugar importante.
-Explicas que nuestra sexualidad se sigue sosteniendo muchas veces sobre una visión machista. ¿En qué sentido y cómo afecta esto a las mujeres?
-La sexualidad que hemos aprendido gira en torno al placer masculino. Todo el modelo en general prioriza el sexo que tiene en cuenta al hombre. Además de machista, tiene otros muchos “istas” que olvidan a otros colectivos y sus respectivos placeres.
-La maternidad es una época de cambios y reflexiones, ¿Cómo se transforma la sexualidad, el deseo de la mujer?
-La maternidad es una época esencialmente sexual, pero muchas veces, al no formar parte de esa sexualidad hegemónica en la que la penetración es el centro del universo, parece que el placer de la mujer termina cuando la maternidad entra por la puerta. Pero realmente entra en juego una visión mucho más amplia, y menos machista de la sexualidad.
Muchas mujeres se dan cuenta de que siempre han tenido un sexo que siempre les ha servido para mantener su papel en la pareja, pero que ahora quieren otro tipo de relaciones. El deseo de la mujer después de la maternidad se transforma cuando descubre que la sexualidad es mucho más, aunque es verdad que a vece, el deseo sexual se ve mermado, porque la idea de volver a tener sexo coitocéntrico, donde la cantidad es la prioridad y donde el placer del hombre es la prioridad, pues no apetece.
-Existen muchos prejuicios en torno a la edad y el sexo. ¿Cuáles son las principales dificultades con que se encuentra la mujer a la hora de disfrutar de su sexualidad plenamente a partir de ciertas edades?
-La máxima dificultad está en ese modelo coitocéntrico y esa visión tan reduccionista de la sexualidad. Cuando el cuerpo cambia, la sexualidad solo sigue transformándose, como siempre.
Cada vez un mayor número de mujeres disfrutan ahora mucho más de su sexualidad a partir de los 40, 45 o 50 años, e incluso tiempo después de la menopausia. Además, desaparece el miedo al embarazo no deseado, y ahí, hay muchas mujeres que también se permiten empezar a disfrutar.
-Vemos cada día noticias y sucesos que hablan de la mala educación sexual que han recibido los más jóvenes. ¿Por dónde empezamos para cambiar esta realidad?
-Cómo erradicar esta “mala” educación sexual es transversal, porque no podemos solo responsabilizar a un único agente. Es importante que las familias generemos un espacio de confianza, pero debemos entender que la educación sexual no es solo hablar de sexo, sino la relación que tenenemos con nosotras mismas, con los demás, cómo entiendo el respeto, cómo influye la presión estética, etc.
No solo las familias tenemos responsabilidad, tenemos que cambiar también el modelo que aparece en los medios, en las películas, y crear un debate para distinguir entre realidad y ficción. Las escuelas formales y no formales deben implicarse también.
-¿De qué modo puede una terapia sexual con un enfoque más feminista ayudar a mejorar las relaciones de pareja?
-La terapia sexual desde la perspectiva feminista ayuda a mejorar porque ayuda a entender el modelo tan mentiroso que hemos aprendido, un modelo que solo nos abre una puerta a una manera de tener sexo. Muchas veces la terapia sirve para poner ahí el foco y ver otras parcelas de la sexualidad. Es un espacio para abrir conocimientos y abrir más puertas a las diversidades de los placeres, y para resolver problemas que tenemos por estar enganchados a una concepción de la sexualidad que no es realista.
-Cada vez hablamos más y entendemos mejor el orgasmo femenino. ¿La llegada masiva de juguetes sexuales ha sido positiva para el placer femenino? ¿Son algunos perjudiciales?
-Es súper positiva la llegada de los juguetes sexuales, porque es un sector que ha priorizado los destinados a las mujeres cis y a las personas con vulva. La industria del juguete erótico la manejan muchas mujeres y por eso se ha acertado en la creación de los juguetes. Si alguien dice que es peligroso usarlos es porque no le interesa que las mujeres tenga autoconocimiento de su cuerpo y de su sexualidad.
Es tan peligroso usar un único juguete como masturbarse siempre de la misma manera, por acostumbrar al cuerpo solo a esto. Lo importante es la variedad.
-En tu vídeo sobre el clítoris explicas que es un órgano que existe solo para generar placer, ¿por qué entonces, durante tanto tiempo, ha sido desconocido para tantas mujeres? ¿El orgasmo vaginal no existe?
-El clítoris, a pesar de que en tiempos remotos se vinculaba con la reproducción, se ha demostrado que no es así. En la visión machista no interesaba que las mujeres fueran dueñas de su placer. ¿Te imaginas que el mundo no supiera lo que es un pene? Es impensable.
El orgasmo lo dispara el cerebro, y en la mayoría de los casos es a través del clítoris. Hay personas que orgasman cuando están teniendo una penetración, pero no sabemos cuántas de ellas están recibiendo estimulación del clítoris, ya que sus raíces están en el interior.
Puede existir orgasmo vaginal, como puede existir el orgasmo a través del lóbulo de la oreja, del pezón, o de la propia imaginación. Podemos tener orgasmos estimulando mil zonas, o incluso ninguna. Podemos tener orgasmos mientras dormimos. Hay un único orgasmo, pero lo provoca el cerebro, y la parte en la que lo notamos es el clítoris, pero se puede conseguir por muchas vías y de muchas maneras.