Las relaciones que no funcionan nos hacen sufrir. Y no solo hay que pensar en un contexto de relación de pareja: este malestar puede producirse en relaciones con miembros de la familia y también con personas del entorno laboral. Hay dinámicas que nos introducen en espirales que nos causan un daño emocionalque puede acabar por traducirse incluso en problemas de salud. Identificar la situación no es sencillo para la persona que lo sufre y cuando llega a hacerlo, no siempre se dispone de herramientas que permitan acabar con ello.
Saber reconocer las señales que contribuyen a la toxicidad de las relaciones y aprender a transformarlas es la propuesta del psicólogo Oriol Lugo en su libro “Corta por los sano” (Ed. RBA).
Poner límites y protegernos de forma asertiva, cuidar la autoestima, y alejarse de las conductas de manipulación, presión y chantaje o de maltrato, son las claves que desgrana este especialista. Su libro se presenta como un manual ilustrado y lleno de técnicas psicológicas y ejercicios prácticos, para liberarse de relaciones tóxicas y construir vínculos saludables.
señales de una relación tóxica
Hemos hablado con Oriol Lugo para aprender a escaparnos de las peligrosas telarañas emocionales y saber como esquivar caer en ellas a partir de ahora.
-Su libro se presenta como un manual para construir vínculos saludables, ¿cuál es la primera premisa para estar en el camino?
-Cuando pensamos en vínculos saludables podemos imaginar relaciones positivas con los demás, donde estos se muestran amigables, cercanos, optimistas... Pero olvidamos muchas veces nuestra parte de responsabilidad. Es indispensable que empecemos por nosotros/as. Si queremos estos vínculos, hemos de cultivar una actitud de simpatía, apertura y de alegría. La relación más importante que tendremos en la vida es con uno mismo/a.
-Si una relación te hace sufrir, ahí no es, ¿esa puede ser una regla infalible?
-El sufrimiento es una señal de que hay algo que no va bien. No tiene por qué ser siempre una regla inamovible para corta de inmediato con esa relación, pero sí nos da pistas para profundizar. Es fundamental no quedarnos en la superficie y poder cuestionarnos cuál es el elemento que nos causa este sufrimiento. Tal vez puede ser una herida emocional propia o una herida de la otra persona, o ambas. En todo caso, podemos encontrar maneras de gestionar esta situación y siempre nos queda el recurso de cortar por lo sano.
la regla de los 100 "NOES"
-Cómo saber qué estás en peligro, ¿cuáles son las banderas rojas para reconocer una relación nociva?
-El primer filtro lo encontramos en nuestro cuerpo y en nuestras emociones. El cuerpo nos habla, pero lo hace con un idioma sutil (dolores de cabeza, de cervicales, espalda, tensión mandibular...), estas señales pueden ya ser indicadores de que hay algo que nos está sentando mal. Además, existen las banderas rojas o de peligro como por ejemplo: las faltas de respeto, las mentiras, los celos, los conflictos constantes o que tu propio entorno de amigos y familiares te adviertan al respecto.
-Fallamos en la práctica de poner límites ¿por qué cuesta tanto a veces?
-Nos cuesta porque no nos han educado para ello. Nos es muy difícil porque buscamos la aprobación y evitamos el conflicto. También el hecho de decir "no" lo interpretamos como que estamos causando un daño o un perjuicio para el otro. Y en todo este proceso de no poner límites al final nos acabamos fallando a nosotras mismas. Es por esto que yo animo a que la gente practique la técnica de los 100 "noes". Durante un mes prueba de decir "no" de forma asertiva a todo tipo de propuesta: encuestas por la calle, llamadas publicitarias, invitaciones a planes que te aburren, a proyectos que no te llenan... Acabarás desarrollando el músculo de poner límites.
-¿Es más fácil hacerlo en la vida privada que en la laboral?
-Puede parecer que es así, aunque en la vida privada también podemos encontrarnos con familiares o amigos que muestren comportamientos manipulativos o muy invasivos. En el ámbito laboral también puede ser un buen reto si nos encontramos en una organización donde la cultura es tóxica. Debemos estar preparados para toda clase de entornos y situaciones. Esta es la clave para que podamos sentirnos a gusto con nuestras relaciones, sean del ámbito que sean.
Practica la técnica de "PAREPIA"
-Habla de la rueda de la violencia en su libro. ¿En qué consiste?
-La rueda de la violencia se basa en la idea de que la violencia genera más violencia. Es como un fuego que se extiende sin control. Una forma "kármica" de contarla consiste en imaginar a una oficinista que recibe una crítica destructiva de su coordinador/a; al llegar a casa lo paga con su pareja; esta pareja luego lo vuelca con su hijo/a; y este luego con el perrito de la familia; con la mala fortuna que se escapa y en ese instante el coordinador/a sale a hacer deporte corriendo y el can le acaba mordiendo en el culo. En la vida real no siempre se dan estas situaciones, pero es una forma metafórica de entender que nuestras acciones tienen unas consecuencias y a veces estás pueden volver a nosotros.
-Parece la palabra "PAREPIA", ¿en qué consiste esta técnica que propone en su libro?
-Delante de una situación de estrés o tensión: PARA (deja de hacer aquello que estés haciendo); RESPIRA (haz una profunda respiración que te sosiegue); PIENSA (con un poco más de tranquilidad trata de encontrar otras formas de resolver la situación estresante); y ACTÚA (pasa a la acción pero de una forma proactiva en lugar de reactiva o agitada). Si te repites el término PAREPIA en estos momentos, recordarás la secuencia de pautas de gestión emocional.
La violencia invisible
-La violencia verbal la identificamos de forma clara cuando hay agresividad y gritos, pero ¿qué ocurre con esa violencia verbal “sin gritos” y que no se visibiliza?
-Es otra forma de violencia que puede ser muy sutil, por ejemplo los diminutivos o alias que no son aceptados por la otra parte, o los términos que se ponen entre comillas, o aquellos comentarios que terminan con un "es broma". Si realmente no son bienvenidos por quien los recibe, pueden ser formas de causar daño o de influir negativamente en el otro. El problema es que como se disfrazan o se adornan con el humor o con un falso cariño pueden ser difíciles de detectar o de contrarrestar. Lo mejor es siempre hablar sobre como uno/a se siente con estos comentarios, términos o expresiones y pedir con respeto que no se repitan.
-¿Quererse más tiene que ver con aprender a esquivar una relación nociva?
-Totalmente. Nuestra autoestima es un pilar estrechamente conectado con el autorrespeto. Cuando más te quieras a ti mismo, de forma sana y equilibrada, menos vas a tolerar que hayan comportamientos tóxicos en tu día a día. Además, también podemos entrenarnos. El amor propio se puede trabajar a diario, como si fueras al gimnasio. Si cada día pones límites y tienes claro que eres una persona valiosa y que mereces tener relaciones sanas, esto va a facilitar que te enfoques en este tipo de vínculos.
Qué son los primeros auxilios emocionales
-Háblenos de primeros auxilios emocionales, ¿por dónde empezar?
-Lo primordial es empezar a validar y a reconocer nuestras emociones. Hemos sido educados en una cultura donde cuando uno/a lloraba, recibía comentarios como "no llores", "llorar es de débiles" o incluso "los hombres no lloran"... Esto ha generado una gran represión y negación de nuestras emociones. Entonces es básico que tengamos claro que reconocer las emociones y los sentimientos es el primer paso para poderlos canalizar. Todo aquello que no exteriorizamos acaba enquistándose. Al igual que el agua que no fluye, se estanca y se pudre. Lo mismo sucede con todo aquello que nos afecta. El siguiente paso sería hallar actividades que te faciliten el poder movilizar estas emociones, como el deporte, la meditación, la escritura o el arte. Y finalmente, disponer de una buena red de apoyo, personas con las que poder contar y así reducir la carga de aquello que nos aflige.
-Cuenta su experiencia personal de sufrir mobbing y cuando te hacen cuestionar que tú eres el problema…
-Exacto, el problema con el mobbing es que hay muchos factores que pueden condicionarte, para empezar el elemento económico (el salario). Aun así, es fundamental tener presente que la salud siempre va por delante. Pensamos que con lo que ganamos podremos sufragar nuestra salud, pero es un grave error. La salud mental y emocional puede llegar a mermar tu salud física (y viceversa) y no hay ninguna cifra en el mundo que pueda llegar a compensarlo. Mi mayor consejo es ser un buen observador/a de la cultura y el entorno laboral. Si detectas elementos de toxicidad, como por ejemplo que te hagan sentir que eres el problema, quizás es el momento de tomar acciones al respecto.
-Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti, ¿esa sería su máxima?
-Es la máxima de oro. La convivencia se basa en el respeto mutuo. Cuando nos relacionamos con los demás es básico tener en cuenta que aquello que damos en realidad nos lo estamos dando. Tan sencillo como salir a la calle con una sonrisa: es mucho más probable que la gente te devuelva esa sonrisa. Todos somos espejos que reflejamos las conductas de los demás.