El regrowing, que significa "volver a crecer", es la tendencia de cultivar nuevas plantas a partir de restos de vegetales, partes de plantas y supuestos desechos de cocina.
En la vida cotidiana, no es raro comprar más frutas, verduras o hierbas aromáticas de las que se pueden consumir o acumular una montaña de restos de comida tras cocinar. Muchos de estos residuos se pueden reutilizar para cultivar nuevas plantas, promoviendo así la autosuficiencia.
En principio, esto es posible en todas las plantas que se desarrollan a partir del tallo que brota de la semilla (hipocótilo). El procedimiento les resultará familiar a los jardineros aficionados experimentados, ya que el regrowing está relacionado con los métodos de propagación por esquejes.
Cómo Funciona el Regrowing
Para practicar el regrowing, basta con colocar el vegetal u hortaliza en un recipiente lleno de agua, asegurándote de que solo la base del tallo esté en contacto con el líquido.
Esto permite que la planta desarrolle rápidamente un nuevo sistema de raíces. Una vez que estas estén completamente formadas, la planta se puede trasladar a su propia maceta con tierra y crecer de manera adecuada.
un Ejemplo con Lechuga Romana
Con un poco de paciencia, es posible cultivar hojas frescas a partir de los tallos de lechuga romana. Para ello, no tires los restos cortados de la cabeza de lechuga; en su lugar, colócalos en un vaso plano con agua.
Durante los días siguientes, cambia regularmente el agua del recipiente y rocía el tallo con agua para mantenerlo húmedo. Asegúrate de que el recipiente esté en un lugar cálido y luminoso. Luego, espera y observa cómo la naturaleza hace su magia.
En pocos días, brotarán hojas de lechuga frescas y tiernas desde el tallo, listas para adornar tu próxima ensalada o para preparar sándwiches. Este truco sencillo es efectivo y funciona tanto con la lechuga romana como con la lechuga iceberg.
Si, además, el tallo desarrolla raíces mientras está en el agua, incluso puedes trasplantarlo a una maceta con tierra para asegurar una cosecha continua.
Consejos para el Éxito con el Regrowing
Si tienes en cuenta algunos aspectos clave, el regrowing es bastante fácil. Sin embargo, requiere algo de trabajo y atención, por lo que es útil aprender de los errores de principiantes para obtener buenos resultados. A continuación, te explicamos cómo lograrlo:
- Utiliza vegetales en buen estado: asegúrate de que las verduras y hortalizas estén en buenas condiciones, sin manchas de podredumbre ni moho. Los restos en mal estado dificultan el desarrollo de nuevas raíces.
- Con una base intacta: la base de las hojas de lechuga y repollo debe estar completa para permitir el desarrollo de nuevas raíces y hojas. Las lechugas disponibles comercialmente suelen tener tallos demasiado cortos, lo que las hace inadecuadas para el regrowing. Lo mejor es seleccionar lechugas adecuadas al comprar.
- En el lugar adecuado: coloca el recipiente con la verdura en un lugar que reciba suficiente luz solar, como una ventana, el balcón o una terraza. Una ubicación hacia el sur proporciona la mayor cantidad de horas de sol.
- No te olvides de cambiar el agua: cambia el agua del vaso diariamente para evitar que las raíces se pudran y el proyecto fracase. Esta es una tarea clave que requiere constancia. Utiliza agua sin cloro (si dejas que el agua repose durante unas horas al sol, el cloro desaparecerá).
- Trasplante y riego: dependiendo de la variedad y el progreso del crecimiento, la planta debe trasladarse a una maceta adecuada con buen drenaje o directamente al jardín tras una o dos semanas. Continúa regando regularmente para asegurar su desarrollo.
Un proyecto de regrowing requiere paciencia y dedicación, pero los resultados producen una gran satisfacción. Al reutilizar restos de plantas, evitas el desperdicio y aprovechas todo el potencial que aún tienen para crecer. ¡Dale una nueva vida a tus vegetales!