Vivimos en un mundo en el que por poco que algo se estropea lo tiramos enseguida a la basura. Si se agujerea una prenda de ropa, en lugar de coserla, son muchas las personas que la tiran y adquieren otra nueva. Si se estropea un electrodoméstico, lo mismo. Esto, además de ser innecesario, genera una cantidad de residuos increíble que tiene un efecto devastador en el planeta.
Igual sucede con las cremalleras de los pantalones, abrigos, bolsos… la mayoría de personas no dedica un mínimo tiempo a buscar una solución, aunque lo cierto es que en muchos casos se pueden arreglar fácilmente en casa siguiendo unos sencillos pasos.
Cómo arreglar una cremallera atascada
Una cremallera no es más que dos tiras de tela con una fila de dientes cada una conectadas por una pieza deslizante (a menudo denominada carro) que se mueve a lo largo de las tiras y junta los dientes o los separa, en función de la dirección en la que se mueva. Los dientes deben encajar perfectamente entre sí.
Cuando la cremallera cuesta de subir o se encalla no tienes por qué desesperarte. A menudo, repararla solo requiere algo de paciencia y maña. Lo principal es no ejercer presión ni intentar abrirla bruscamente, pues lo único que conseguirás será empeorar el problema o incluso romper la cremallera. Prueba estos consejos para arreglarla:
- Limpia la cremallera con jabón: a veces, el atasco es debido a una acumulación de polvo u otro tipo de suciedad que ha quedado atrapada entre los dientes de la cremallera y la mejor forma de desatascarla consiste en mezclar unas gotas de agua con jabón y aplícalo en los dientes con un algodoncito, frotándolos bien. Después de unos segundos, prueba a abrir la cremallera (sin brusquedad para que no se rompa).
- Lubrica la cremallera: también puede funcionarte aplicar un lubricante. Puedes probar a poner un poco de vaselina, crema de manos o cera en los dientes de la cremallera y ver si se desliza mejor.
Cómo arreglar una cremallera rota
A veces el problema no es que la cremallera se atasque, sino que se sale de su sitio. En este caso, puede que los dientes estén doblados, que no encajen bien o que el tope de la cremallera esté roto. Prueba estos consejos para arreglarlo:
- Intenta alinear lo dientes: si el problema está en que los dientes de la cremallera están doblados, puedes intentar doblarlos y volver a colocarlos en su lugar con la ayuda de unos alicates. Esta operación es muy delicada y debes hacerlo muy suavemente porque puedes romper los dientes y, en ese caso sería necesario cambiar la cremallera.
- Cambia el tope: si la cremallera se sale porque no hay tope inferior o porque este está desenganchado, puedes cambiarlo o fijarlo con unos alicates.
- Aprieta la pieza deslizante: si la cremallera se abre por los lados, prueba a llevar la pieza deslizante hasta cerca del final de la cremallera y apretarlo con unos alicates por ambos lados de los dientes. Si funciona y vuelve a salir bien, deberás colocar un tope al final de la cremallera (o coserlo para que no vuelva a abrirse).
El truco del tenedor
El del tenedor es un truco muy popular para volver a colocar la pieza deslizante si se ha salido de la cremallera o si has tenido que cambiarla por una del mismo tamaño porque estaba rota (puedes comprarla en la mercería).
Lo único que tienes que hacer es colocar la pieza entre las dos púas centrales del tenedor. Luego, coge las dos tiras de la cremallera e introdúcelas lentamente dentro de la pieza deslizante, sin forzarlo. Verás como vuelve a encajar.
Como ves, estos métodos requieren paciencia. Si ninguno de ellos te funciona, puede que haya llegado el momento de buscar ayuda en la tienda de arreglos o el sastre, allí valorarán si realmente se puede arreglar o hay que cambiarla por una nueva.